João Machado, en L´Anticapitaliste 383. Traducción: Faustino Eguberri x Viento Sur
Se ha abierto oficialmente una investigación por corrupción a 8 ministros del gobierno Temer (incluyendo a los más cercanos al presidente), 24 senadores y 42 diputados. El propio Temer está descartado de la investigación únicamente porque la Constitución brasileña dice que el presidente no puede ser juzgado durante su mandato por actos anteriores… Dirigentes de los principales partidos brasileños (PMDB, PSD, PT) están entre los denunciados, así como 9 gobernadores de estado…
El gobierno y el Parlamento están desmovilizados, pero la puesta en marcha de “reformas” neoliberales sigue de actualidad (actualmente las de la seguridad social y leyes sobre al código laboral).
El viernes 28 de abril hubo al fin una primera respuesta de los trabajadores a la altura de los ataques: un llamamiento unitario a la huelga general por todas las centrales sindicales y apoyado por varias organizaciones populares y por los partidos de izquierdas, que concernía a unos 40 millones de personas asalariadas.
Totalmente o en parte, la Huelga detuvo el transporte, los establecimientos de enseñanza y la actividad económica en numerosas capitales y ciudades. Hubo un número incalculable de manifestaciones y de bloqueos de calles y de carreteras a lo largo de toda la jornada, comenzando por iniciativas para apoyar la Huelga de los conductores de autobús y de metro.
El apoyo a esta Huelga ha ido más allá de lo que se podía esperar inicialmente, con declaraciones provenientes de diversos sectores, en particular de los obispos y arzobispos de la Iglesia católica y de los metodistas. Aunque los medios, sobre todo la televisión, hayan ignorado el movimiento hasta el 28, en los días precedentes era el tema de lo que más se hablaba en la calle, los autobuses, los metros y trenes, así como en las panaderías, los kioskos…
Dos aspectos deben ser puestos en evidencia para comprender el éxito de la Huelga. El gobierno ilegítimo ha perdido la batalla de la comunicación sobre su propuesta de “reforma” de las jubilaciones y ello a pesar del apoyo de los medios. Hay sondeos que indican que el 71 % de la población se opone a ella. Es muy difícil de convencer al pueblo de que “todo el mundo debe hacer sacrificios”… cuando la cúspide del gobierno y una gran parte de los diputados y senadores son objeto de investigaciones por el robo de miles de millones de reales… El segundo aspecto clave ha sido la unidad realizada por el movimiento sindical y popular. Ni siquiera las centrales sindicales “pelegas” (amarillas), que apoyan generalmente al gobierno, podían dejar de participar.
El mes de abril terminó con la publicación de sondeos que indican que solo el 4 % de la población apoya al gobierno: desde que existe este tipo de sondeos, no ha habido jamás un gobierno tan impopular en Brasil. De hecho, si Temer no cae, es a causa de la lentitud de las investigaciones de corrupción, y sobre todo porque las clases dirigentes le siguen apoyando y le garantizan, también, el apoyo de la mayoría del Parlamento. Pero no pueden garantizar que la mayor parte de los parlamentarios, preocupados por las próximas elecciones, voten a favor de las “reformas” en curso. Por ello, el gobierno se ha visto obligado modificar ya, en parte, el contenido de éstas y se contenta ahora con aprobar algunos de sus ejes generales.
Este mes de mayo, las movilizaciones de los trabajadores y de los sectores populares continúan. En particular, está prevista una “marcha a Brasilia” para este 24 de mayo. Quizás con una nueva huelga general en perspectiva.
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