Para el título de esta conferencia (se trata de una conferencia dictada en la Sorbona de París, ndr), había la alternativa entre “esperanzas frustradas” y “esperanzas decepcionadas”. A fin de cuentas, “esperanzas frustradas” es más fuerte ya que incluye, sub-entendida, la noción de desposesión, lo que me parece que es el caso cuando se habla de herencias de la Tricontinental de las que han sido privados los pueblos de África, de Asia y de América Latina.
Bachir Ben Barka. En Contretemps. Traducción: Viento Sur
La Conferencia Tricontinental aportó sus esperanzas para exigir vivir en la libertad y la dignidad, para romper el corsé del colonialismo y de la explotación reaccionaria y neocolonial.
Es necesario situar la realización de la reunión de La Habana, en enero de 1966, en su contexto histórico y geopolítico. Sin llegar hasta el Congreso de los Pueblos de Oriente en Bakú en 1920 o a la Liga contra la Opresión Colonial y el Imperialismo de Bruselas en 1927, la filiación más directa en el proceso de la lucha anticolonial y anti-imperialista de los pueblos es sin duda la Conferencia de Bandung, que tuvo lugar en Indonesia en 1955. Ella fue un acontecimiento capital en la toma de conciencia de los pueblos de África y de Asia de la necesidad de organizarse, de hacer oír sus voces en la escena internacional y de apoyar sus luchas de independencia nacional.
La aportación principal de la Conferencia de Bandung fue la de afirmar el derecho de los pueblos a la liberación de la dominación colonial y al desarrollo, sin llegar sin embargo hasta el cuestionamiento de las estructuras arcaicas y anti-igualitarias en las que iban a dejarles las potencias coloniales. Planteará igualmente las bases del movimiento de los “no alineados”, nueva forma política del Tercer Mundo en el mundo bipolar de la guerra fría, entre países capitalistas industriales y países socialistas industriales.