“En Hamburgo se está recuperando el espíritu de Praga, de Génova y de las grandes citas del movimiento antiglobalización” comentaba en redes sociales Raúl Camargo, diputado de Podemos en la Asamblea de Madrid y miembro de Anticapitalistas.
Poder Popular
Se trata de una percepción extendida de las masivas manifestaciones contra la Cumbre del G-20 en la ciudad alemana. El medio de comunicación “El Salto” titulaba su crónica con un ilustrativo “Génova en Hamburgo” y el despliegue de decenas de miles de policías, que han tomado casi militarmente la ciudad durante toda la semana, parece apuntar que para Merkel y compañía también tenía ciertas reminiscencias.
Camargo recordaba las protestas “que cercaban a 8 o 20 bandidos en fortalezas protegidas por centenares de policías mientras fuera reunían a decenas de miles de personas contra sus políticas criminales”. Así ha sido desde que la reunión de los 20 países más poderosos del mundo comenzó e incluso antes. La policía expulsó a los manifestantes que pretendían desde principios de la semana y que encontraron refugio en jardines de particulares o en el campo del Santk Pauli F.C. La situación explotó el jueves cuando 12.000 manifestantes de todo el mundo bajo el lema “G:20 Bienvenidos al infierno” se encontraron con 20.000 policías que cargaron con la simple excusa que había manifestantes con la cara tapada, según informa la inmensa mayoría de medios locales. Después de las primeras cargas los disturbios se alargaron toda la noche y hubo 44 detenciones, especialmente en el barrio dónde se encuentra el emblemático centro social Rote Flora.