En Colombia descienden las acciones violentas derivadas del conflicto armado en las zonas hasta ahora controladas por las FARC y se incrementan las agresiones, los apresamientos arbitrarios, los asesinatos selectivos contra defensores-as de los derechos humanos y contra la dirigencia social. Rechazamos el terror desatado en muchas regiones donde, por desgracia, la deseada paz es sólo un titular en las noticias.
Colectivo de Colombianos refugiados en Asturias “Luciano Romero Molina”. 30 de agosto/2016.
Hace una semana el gobierno de Juan Santos y las FARC firmaron los Acuerdos de La Habana. Hace 10 días el Programa Somos Defensores informó que en el primer semestre de éste año 35 activistas de los Derechos Humanos fueron a sesinados-as, además hubo 21 atentados, 22 detenciones arbitrarias por el uso perverso del sistema penal, 3 de robos de información y una persona desaparecida. En el 78% de los casos la responsabilidad es de agentes de seguridad del Estado y de los paramilitares. Las regiones más afectadas son Bogotá, Valle del Cauca, Cauca, Santander, Antioquia, Atlántico y Córdoba.
Ayer 29 de agosto en el primer día del cese al fuego bilateral y definitivo con las FARC, fueron asesinados tres dirigentes del Comité de Integración del Macizo Colombiano, CIMA, en Almaguer, departamento del Cauca. Una de sus activistas, LIDA, estuvo acogida por el Programa Asturiano de Atención a Víctimas de la Violencia en Colombia y nos enseñó a valorar ese proceso organizativo con el cual se han reunido varias Delegaciones Asturianas de Verificación del estado de los Derechos Humanos. Los tres líderes asesinados eran miembros del Proceso Campesino e Indígena de Almaguer: JOEL MENESES MENESES, líder histórico del CIMA, NEREO MENESES GUZMÁN y ARIEL SOTELO, quienes fueron bajados de un coche y asesinados en el sitio Monte Oscuro con disparos a mansalva.