25 de julio de 2012, recogido de Rumbo Alterno
Buenas días compañeras y compañeros:
Hace 34 años, y en este lugar, murieron los compañeros Carlos Soto Arriví y Arnaldo Darío Rosado. El 25 de julio de 1978, una emboscada de la policía, asesinó vilmente a ambos compañeros, quienes realizaban un acto no menos que heroico en solidaridad con nuestros presos políticos e importantes defensores de la independencia de nuestro país. Como sabemos, los sucesos del Cerro Maravilla fueron, y aún son ocultados por nuestra historia. Pero estos dos nombres, jamás podrán sernos indiferentes. Más que todo, porque Carlos Soto Arriví y Arnaldo Darío Rosado, representan el compromiso valeroso de una juventud consciente, capaz de dar la vida por la construcción de una sociedad nueva.
Por eso, la presencia de la juventud es fundamental en estos actos. Para nosotros representan una lección de valentía y fuerza, y el compromiso seguro para la continuidad de la lucha. No obstante, comparecer ante ustedes en representación de la juventud es una enorme responsabilidad. Las y los jóvenes nos destacamos por nuestra diversidad. Pero, aunque creo que esas diferencias nutren fuertemente la discusión y el pensar revolucionario, creo que es aún más importante subrayar los puntos de consenso que hemos logrado en espacios de lucha comunes, en contra de la opresión y del avance de las políticas neoliberales, en particular, la lucha por una educación de excelencia y accesible a los más desposeídos.