Los trabajadores de ferrocarriles franceses dejaron de trabajar el 10 de Junio contra un proyecto de reforma ferroviaria presentado en el Parlamento a partir del 17 de Junio.
Gobierno y patronal aprovechan la crisis para eliminar los derechos sociales y atacar las condiciones de trabajo. Después de más de una semana de huelga y a pesar del frente de la patronal que coaliga a Fillon, Hollande, Valls y Berger, la determinación de continuar la lucha permanece intacta.
Rechazan la implosión de la SNCF prevista por la reforma y el fin del servicio público que irá de la mano de la liberalización del sector. Esta reforma prepara la llegada de operadores en las actividades susceptibles de generar beneficios (TER, TGV) dejando al estado el mantenimiento y gestión de una red considerada demasiado cara. Como contribuyentes pagaríamos el mantenimiento de las vías, como usuarios tendríamos un servicio degradado con precios en alza. ¡Esta reforma no es de nuestro interés!.