Diversas organizaciones de paraguay@s en el exterior, como Paraguay Resiste, de defensa de derechos humanos, internacionalistas y sindicales del Estado Español, así como representantes sociales y políticos, han impulsado la campaña “Somos Observadores/as Internacionales de Curuguaty”, ante la próxima celebración del juicio sobre la masacre en esta población del Paraguay, establecida actualmente para el mes de julio. Por todo ello se celebró este pasado 15 de junio, tercer aniversario de dicha masacre, un concurrido y emotivo Acto en Madrid.
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Tod@s somos
Curuguaty
Por Lorena Cabrerizo
El pasado 15 de junio se cumplieron 3 años de uno
de los episodios recientes que mejor reflejan la vigencia histórica de un
sistema, el capitalista, que no permite la igualdad. Ocurrió en la pequeña
república del Paraguay, un país cuya triple condición de fronterizo (Brasil, Bolivia
y Argentina) ha facilitado el paso constante de
mercancías y corrupción. Con un sistema semi feudal de propiedad que concentra
la tierra en pocas manos, ostenta uno de los índices de
coeficiente Gini más altos de la región.
La masacre de 17 personas (11 campesinos y 6 policías) en
Curuguaty, cuna del prócer de la independencia
paraguaya, se produjo por una orden ilegal de desalojo y se enfrenta en
estos días al comienzo de un juicio absolutamente manipulado que carece de
garantías previas de imparcialidad. Y esta es la razón principal por la que se
ha iniciado la campaña “Somos
Observador@s Internacionales de Curuguaty”, con el objetivo de vigilar el
proceso, y apoyada, entre otras organizaciones, por Paraguay Resiste, quienes
la presentaron el lunes en Madrid en el siempre
comprometido espacio Traficantes
de Sueños.
Cinco fueron las voces elegidas para
llamar a convertir esta acción en una práctica de solidaridad internacional. Aitor Martínez, abogado y representante
de las víctimas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), puso
en antecedentes e hizo un repaso de los hechos, en cuya investigación, me
consta, no estuvo exento de riesgo. Su fundamental labor, con la elaboración del primer informe independiente y recogida de testimonios en directo, ha permitido retrasar la apertura
del proceso porque el fiscal es parte probada de unos hechos que fueron consecuencia
de/contra la entrada en vigor de la reforma agraria que puso en marcha Fernando Lugo
al llegar al gobierno en 2008. Dicha medida consistía, en pocas palabras, en
devolver tierras a los campesinos, lo cual no fue bienvenido por los oligarcas
que se siguen repartiendo el país a discreción.
Cuatro años después, el presidente fue
acusado de instigar a la masacre y sometido por ello a un juicio político, un
mecanismo que, como dijo contundentemente el mexicano Erik
Guerrero, activista de YoSoy132-Madrid, es una manera hipócrita de llamar a
los golpes de estado como el sucedido en Paraguay o en Honduras. Una trampa
política que cuenta con la connivencia de la comunidad internacional, la cual,
una vez que lo rechaza públicamente, se retira sigilosamente, "deja hacer" y participa de sus objetivos conseguidos. A
continuación, Iris Urquidi,
boliviana, experta en desarrollo y feminismo e integrante de Ahora Madrid,
pronunció unas breves palabras que apelaron al sentimiento de pueblo. De un
pueblo, el campesino, el indígena, el latinoamericano en definitiva, que lleva
mucho tiempo peleando por sus derechos, pisoteados por el rodillo del capital,
aunque ya se atisben cambios importantes en varios países del entorno.
Con un castellano más que digno, Remi Ottaviani, representante de la
organización francesa Collectif Paraguay-Paris, reiteró el apoyo que prestan a
la causa desde el principio y alentó a la solidaridad, dando paso al cierre del
acto en la voz de Txema Abaigar, conocido
internacionalista y anticapitalista. Estableció la hipótesis de que los golpes
de estado, como el que se produjo en Paraguay al amparo de la masacre,
mostraban un cambio de casuística y/o de forma gráfica (militarotes entrando en
las sedes de la representación popular) y ahora se amparan en supuestos
"juicios de estado", para llegar a los mismos fines. Txema, que hace año
y medio formó parte de la Observación internacional electoral a Honduras,
estableció similitudes entre los golpes de estado de aquel país centroamericano
en 2009, el de Paraguay en 2012 y de otras intentonas pasadas o presentes en
Latinoamérica. Y profundizando en tal reflexión habló de refinados
"putsch", como los que se proyectan desde las instancias
internacionales expoliadoras y protocapitalistas (Troika y demás) contra el
Pueblo griego.
Abaigar terminó invitando a una
solidaridad permanente y de ida y vuelta, global, porque tod@s somos campesin@s
de Curuguaty, estudiantes de Ayotzinapa, ciudadan@s grieg@s y, también y aquí, acosad@s por campañas antipopulares, enjuiciad@s por piqueter@s o
anticlericales o encarcelad@s
por anarquistas..., pues en todas partes sufrimos un mismo sistema
que nos oprime. Por eso, cualquier lucha que sea fruto de una injusticia es la
lucha de todos y todas, porque de su éxito depende el resto de nuestras
contiendas.
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