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Entrevista radial con Gonzalo Gómez sobre los resultados electorales del 6D:
“Mencionar a la guerra económica como la razón de la derrota es muy simplista y parcial”
“Mencionar a la guerra económica como la razón de la derrota es muy simplista y parcial”
Comentarios al balance electoral de un funcionario que culpa al pueblo "desagradecido" por la derrota
“Nos derrotó la guerra económica”.
(Balance electoral de un funcionario)
Por: Gonzalo Gómez Freire, co-fundador de Aporrea.org. Foto: autor del artículo
Son dos argumentos que buscan culpables por fuera de los verdaderos responsables.
Señalan a la “guerra económica”, cuando no la han sabido combatir y hasta la han alimentado.
Cuando dejaron de impulsar el nuevo modelo económico de transición al socialismo y optaron por el capitalismo de estado, rentista y burocrático, y por el populismo electoral.
Cuando esa “guerra económica” fue sostenida con los dólares de CADIVI entregados al capital con participación de una burocracia corrupta.
Cuando desde adentro, los usurpadores de la propiedad social, convirtieron las empresas del Estado en cuasi-propiedades de las gerencias y directorios, mientras marginaron a los trabajadores y a las comunidades.
Cuando las bolsas de MERCAL dejaron de distribuir productos hechos en revolución, por la destrucción de las fuerzas productivas, y lo que contienen son los productos del “pelucón” saboteador.
Cuando las colas se volvieron “sabrosas” y el pueblo es un “desagradecido” porque no se las quiere seguir calando.
Lo que dio Chávez lo dio Chávez, con el pueblo movilizado y con nuestro aporte a través del IVA y del ingreso petrolero de todo un país.
No nos lo dieron los malos hijos políticos que disfrutan la herencia del padre con el aparato del Estado.
No le debemos gracias a los que sacaron sus comisiones, negociaron contratos, fugaron capitales y dejaron de ser plebeyos para convertirse en una nueva burguesía.
No le debemos gracias a quienes nos ignoraron, desatendieron nuestras voces de alarma, desecharon nuestras propuestas y nos negaron toda participación para tratar de enderezar las cosas.
No se le puede pedir al pueblo que agradezca el pedacito de torta cuando hay quienes se siguen llevando la torta casi completa, mientras proclaman que la distribuyen mejor.
Ahora están asustados y nos echan la culpa, mientras se preparan para negociar en la nueva correlación de fuerzas.
Chávez es todo un pueblo. Gana Chávez si ganamos todos. Chávez no gana con los oportunistas y aprovechados de turno.
Por eso Chávez tampoco perdió. Perdieron ellos.
No hay revisión, rectificación y reimpulso donde no hay espacio para la crítica ni hay autocrítica; donde la “autocrítica” está llena de excusas.
La oposición, que no se sienta sobrada, porque en estos resultados hay mucho, pero mucho de voto castigo, de un pueblo molesto que aspiraba a cambios en revolución y resolvió dar un sacudón electoral al verla descarriada.
Tengan cautela y no se equivoquen con las señales de ese pueblo que corazón adentro sigue siendo mayoritariamente chavista, valora las conquistas de su revolución y no quiere perderlas sino ampliarlas.
Ahora ustedes serán el gobierno de un Poder del Estado: la Asamblea Nacional y veremos qué leyes le querrán imponer al pueblo; ese pueblo elector que decidió estremecer el cuadro político, pero es el Constituyente Soberano y será la "oposición de la oposición" si pretenden dar marcha atrás a sus logros y beneficios.
El Poder Popular debe reivindicarse y ocupar su lugar, definir bien su rol y su responsabilidad en el esfuerzo de recuperación y relanzamiento de la revolución, para deslastrarse de la burocracia y del capital y construir su Estado Comunal.
Luchemos ahora por una ruta de emergencia revolucionaria con medidas urgentes para superar la crisis.
Preparémonos para frenar las ansias de la derecha.
Seamos conscientes de que tenemos dos enemigos de la revolución: la burocracia y el capital. Son ya dos caras de la moneda capitalista. Ambos compiten políticamente pero se pasan maletines por debajo de la mesa.
Necesitamos renovar y levantar la referencia política y moral capaz de corregir y reimpulsar la revolución.
Es hora de un balance descarnado dentro de las filas del chavismo, que incluya a todas sus corrientes y abarque toda su diversidad, sin jefes impuestos, sin manipulaciones clientelares, sin abusos, con los principios originarios de la revolución bolivariana y sin ladrones.
Es hora de rendirle cuentas a Chávez, la hora de la Auditoría Pública y Ciudadana, porque el Chávez de nuestra conciencia y de nuestros afectos está arrecho y pregunta: ¿Dónde está mi Golpe de Timón?
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