Por un lado, represión y asesinatos, y por
el otro, diálogo. Son las formas en las que el gobierno mexicano ha intentado
resolver los conflictos sociales desde que inició su período. Represión brutal
contra la disidencia y diálogo hipócrita.
Emilio Téllez Contreras, de la Coordinadora Socialista Revolucionaria (México). Para InfoGAIA internacionalista y anticapitalista.
Nota: Tras el artículo: infos. relacionadas.
¿Qué tipo de estrategia es esta? ¿Qué tipo de legitimidad intenta generar el gobierno? Si bien la anterior administración panista aplicó la violencia al movimiento social con el trasfondo, efectivo ideológicamente, de la guerra contra el narco, ahora que la lucha de clases se muestra más descarnada parece que se le ha acabado la imaginación a la clase gobernante y sus estrategas se atreven a jugar con fuego apostando sin reservas a la guerra sucia y la masacre.
Nota: Tras el artículo: infos. relacionadas.
¿Qué tipo de estrategia es esta? ¿Qué tipo de legitimidad intenta generar el gobierno? Si bien la anterior administración panista aplicó la violencia al movimiento social con el trasfondo, efectivo ideológicamente, de la guerra contra el narco, ahora que la lucha de clases se muestra más descarnada parece que se le ha acabado la imaginación a la clase gobernante y sus estrategas se atreven a jugar con fuego apostando sin reservas a la guerra sucia y la masacre.
Y la respuesta no se hizo esperar, la
represión en Nochixtlan, así como la desaparición de los 43 estudiantes en 2014,
despertaron nuevamente en México la indignación generalizada en un contexto de
lucha similar: la defensa de la educación pública. A esta indignación se suman
hoy las familias que tienen a sus hijos en escuelas públicas y observan de
cerca el peligro de la autofinanciación de las escuelas que propone la reforma
como estrategia de privatización. También se suman las comunidades y alcaldes en
el sur-suroeste ligadas al movimiento rebelde de los profesores, sobre todo en
Oaxaca y Chiapas. Otro actor relevante lo tuvo el ámbito de la salud, donde
enfermeras, trabajadores de limpieza y médicos salieron masivamente a marchar
contra la anunciada reforma a este sector, recogiendo sin titubeos las demandas
del magisterio. Este conjunto es el que ha logrado detener la represión del
Estado que alcanzaba niveles criminales.
Las marchas, inusuales en el norte del
país, se masificaron a nivel nacional mostrando que la confianza de lucha
volvía a los profesores. Pero el notable salto en la movilización y
organización que se dio en la capital del país, donde se encuentra la mayor
concentración de profesores, fue la que ha generado una nueva situación y una
relación de fuerzas mucho más favorable. Es destacable que los profesores de la
capital habían tenido en esta lucha un retraso inmenso en relación no sólo con
la movilización del sur y suroeste, sino con regiones más conservadoras al
norte del país. Pero en los días recientes, con centenas de escuelas en paro y
bloqueos en cerca de 50 puntos de la ciudad, el magisterio mostró su fuerza en
la ciudad ante la cuale el gobierno reaccionó de inmediato pactando con la
cúpula del sindicato charro (burocrático) el Sindicato Nacional de Trabajadores
de la Educación (SNTE), y retomando algunas de las demandas de los profesores
democráticos.
Los profesores lo saben bien, la
implementación de la reforma pasa por la destrucción de su capacidad de
organización en los centros de trabajo y por tanto, de sus derechos laborales.
Si los profesores resisten colectivamente no habrá nada que pueda permitir que la
reforma entre a las escuelas.
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