miércoles, 29 de febrero de 2012

La violencia prende de nuevo en el Sahara Occidental

LA POLICÍA MARROQUÍ DESMANTELA CON VIOLENCIA EL RECIBIMIENTO ORGANIZADO PARA EL EMBAJADOR DE LA RASD EN SUDÁFRICA Y LAS MANIFESTACIONES VUELVEN A LAS CALLES.


La temperatura se eleva de nuevo en el Sahara Occidental. El despliegue y el asedio policial que siguió al desmantelamiento del campamento Gdeim Izik ha vuelto a las calles del Aaiún, según denuncias de activistas por los derechos humanos saharauis que desde hace días no cesan de envíar al exterior documentos fotográficos sobre las golpizas que están recibiendo muchos de ellos. Esta vez, la mecha prendió el pasado 25 de febrero, cuando la policía puso fin de manera violenta a la recepción que organizaron los familiares del embajador saharaui en Sudáfrica, enmarcada en el programa de Naciones Unidas. Hoy, tanto el Aaiún como Dajla están tomadas por los uniformes.

Laura Gallego, en GuinGuinBali


Los militares, denominados “Bler” patrullan desde entonces en sus vehículos todoterreno junto con un gran número de policías. A pesar de ello, los manifestantes saharauis volvieron a concentrarse anoche pacíficamente en una plaza del denominado barrio “Amal” (La Esperanza) y sufrieron, según denuncian, brutales cargas policiales, cuyas consecuencias se desconocen en estos momentos, al menos en el caso de los ocho detenidos ya que Marruecos, según las familias, no les ha revelado su paradero.


Esta última agresión se une a las cometidas por las tropas marroquíes en El Aaiun el pasado 25, donde 19 saharauis resultaron heridos en la recepción de Lhrittani Lahcen,embajador de la RASD en Sudáfrica recién llegado de los campamentos de refugiados en Argelia para quien su familia había instalado una jaima con la intención de recibir a todos los saharauis que quisieran acercarse a saludarle.

La visita se enmarcaba dentro de las medidas de la ONU que permiten reencontrarse a las familias saharauis separadas por el muro; en este caso, llevaban 36 años sin verse. Unas 300 personas acudieron a esa recepción organizada según la tradición cuando la policía, una hora después de la llegada de Lahcen, se dispuso a disolver, como es habitual desde hace dos años, la fiesta por la fuerza. El gobernador, pachá de la ciudad ocupada, movilizó para la operación unidades de la policía marroquí, la gendarmería, unidades militares del ejercito y les ordenó arremeter contra las personas que se concentraron para el recibimiento.
La persecución por las calles de la ciudad duró varias horas, después de que destruyeron la jaima y los alimentos preparados para el almuerzo en honor del huésped. Según fuentes de defensores delos derechos humanos, Lehreitani fue también objeto de intimidación. Durante toda la tarde se incorporaron más ciudadanos a la protesta, coreando consignas contra la ocupación y eslóganes patrióticos, pidiendo el fin de la ocupación marroquí y la autodeterminación, tales como: “No tememos miedo, no tememos miedo”, “saharauis al Kalashnikov” y “No hay más solución que la autodeterminación”. Finalmente resultaron heridas 19 personas, entre ellas, una mujer embarazada que tuvo que ser trasladada urgentemente al hospital.
Según entienden las ONG que trabajan en la zona, el ataque se produjo “bajo la mirada de la ONU“, ya que Lahcen estaba bajo su responsabilidad. Una interpretación que valdría para todas las veces que estas visitas, en las que ondean banderas saharauis y los asistentes se animan con cantos independentistas, acaban por la fuerza que ejerce la policía contra los asistentes, sin importarle que sean mujeres o niños, y que este periódico ha documentado en más de una ocasión.
La Fundación Sahara Occidental ha emitido un comunicado en el que acusa a la ONU de desatender la protección de los derechos humanos de la población saharaui. “Denunciamos a las tropas de ocupación del régimen marroquí por la sistemática violación de los derechos humanos de la población saharaui, legítimos habitantes del territorio, cuya represión violenta intenta evitar el fortalecimiento de esta población y el referéndum, toda vez que cercena y viola los derechos elementales de la población saharaui, violando con ello, no sólo el derecho que ilegalmente tienen impuesto en el territorio, sino el derecho internacional y humanitario así como todos los tratados internacionales suscritos cínicamente por Marruecos”.

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