Entrevista realizada por Rosa Moussaoui para el diario L’Humanité. Traducción: Griselda Piñero para CATDM
Para Toussaint, el gran peso de la deuda griega está ligado al plan de rescate de la banca, consecuencia de la crisis financiera de 2008. El domingo 15/2/2015 por la tarde nos encontramos con Toussaint en Atenas. Participaba en la manifestación organizada en la plaza Sintagma en la víspera de la reunión del Eurogrupo.
¿Continúa vigente la propuesta de anular una parte de la deuda griega, tal como fue presentada por Syriza durante la campaña electoral?
Éric Toussaint: El gobierno dirigido por Alexis Tsipras considera prioritario obtener de las autoridades europeas la posibilidad de aplicar su programa de anti-austeridad. Debido a eso, se ha optado por evitar el enfrentamiento directo sobre la cuestión de la deuda. La propuesta de una conferencia internacional para reducir radicalmente la deuda ha dejado lugar a la de Yanis Varoufakis, que piensa que es posible mantener el stock de la deuda, a partir del momento en que el Banco Central Europeo (BCE) transforme los títulos griegos en títulos perpetuos, de los que no se reembolsa el capital y cuyo tipo de interés estará indexado al crecimiento. Dicho esto, si esta propuesta se aplica conllevaría, en concreto, una reducción radical de la deuda. Es una opción táctica. Esta claro que el gobierno Syriza avanza esa solución de compromiso pensando que Grecia no conseguiría una verdadera concesión sobre el stock de la deuda, y que vale más no llevar el debate a ese terreno ya que lo urgente es parar las políticas de austeridad.
.- ¿Cuál es el origen de esa deuda insostenible? ¿Se puede incriminar a los planes de rescate posteriores a la crisis financiera de 2008?
.- Ese plan de ajuste estructural, que supuestamente debía sanear las finanzas públicas, finalmente condujo a la explosión de la deuda griega, que pasó del 113 % del PIB en 2009 al 185 % actual, según las últimas cifras publicadas por el gobierno griego. ¿Cuál es su explicación sobre eso?
Éric Toussaint: En 2012, mediante un hábil juego de prestidigitación, se presentó a la opinión pública griega y europea un plan de reestructuración que debía, decían en ese momento, aliviar la deuda en un 50 %. Pero este alivio estaba ligado a nuevos préstamos condicionados a los programas de la Troika, préstamos que aumentaron aún más el peso de la deuda. Era una falsa anulación de deuda, una superchería que costó caro a algunas estructuras públicas, a los bancos griegos y a las cajas de jubilación de la función pública que habían comprado títulos. Fueron golpeadas con fuerza por la reducción impuesta por esa reestructuración. Creo que esta deuda es, por lo tanto, ilegítima, ya que fue contraída, en gran parte, para satisfacer los intereses privados de los bancos extranjeros o de ciertos sectores griegos. El plan de ajuste estructural impuesto a Grecia es odioso, porque conduce a la violación de los derechos fundamentales de los ciudadanos griegos. Podríamos demostrar que también es ilegal, en la medida en que el programa de 2010 no respetó la Constitución griega. El parlamento no pudo deliberar, había sido desposeído por el procedimiento del voto bloqueado. Las reglas europeas habían sido también burladas ya que el artículo 125 del Tratado de Lisboa prohíbe a los Estados miembros responder a los compromisos de otro Estado miembro. Si se ha violado el Tratado, entonces los préstamos en cuestión son ilegales. En cuanto al FMI, también pisoteó sus propios estatutos que prevén que esa institución financiera solamente puede conceder préstamos a un país si ese préstamo hace sostenible el pago de su deuda. Ya está demostrado que ese no fue el caso. Así que existen contundentes argumentos para protestar la deuda griega. El discurso que culpabiliza a Grecia es mentiroso. Puesto que lo que está en juego no es en realidad el pago de la deuda, si no la continuación de las políticas de ajuste estructural, las privatizaciones, la precarización de los contratos de trabajo. La deuda es un medio de chantaje para que se apliquen las brutales reformas neoliberales.
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