Hibai Arbide Arza, en Diagonal. Foto: Un grupo de niños kurdos juegan con pistolas de juguete en Diyarbakir, capital del Kurdistán turco (Ángel Ballestero)
Elecciones en Turquía; Erdogan se la juega. Tras haber perdido la mayoría absoluta en las elecciones de junio, el presidente turco detuvo el proceso de paz iniciado con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en 2013, después de que el líder de éste, Abdullah Öcalan, decretara un alto el fuego unilateral. La estrategia del mandatario turco pasa por vincular al PKK con el Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP), formación legal que obtuvo el 13 por ciento de los votos en junio, para que éste pierda apoyo en las provincias del oeste (las no kurdas de Turquía) y recuperar la mayoría absoluta.
Proponemos a Telesur que, en vez de ir a Estambul, cubramos las elecciones desde Diyarbakir, capital del Kurdistán turco. El clima prebélico en la zona y el ascenso del partido prokurdo HDP parecen lo más interesante. Están de acuerdo.
Es nuestra primera cobertura internacional. Llevamos apenas dos meses currando en Telesur. Rodrigo Hernández, compañero en la productora Muzungu y nuestro maestro en lo de contar historias en la tele, no lo ve del todo claro. Tal vez nos viene grande una cobertura así, y no hablamos una palabra de turco ni kurdo. Familiares y amigas tampoco lo ven con entusiasmo. “Tened cuidado”. “No os flipéis, no sois reporteros de guerra”. “¡Pero si está sólo a 100 kilómetros de Alepo, Siria!”. “A un amigo mío le secuestraron por poner fotos de dónde estaba en Facebook”. Gracias por los consejos, no os preocupéis. Bocho y yo nos vamos a Kurdistán. Tendremos cuidado.
Llegada
Llegamos de noche. En el taxi, de camino al hotel, vemos restos de barricadas, blindados de la policía y calles desiertas. En el hotel nadie habla una palabra de inglés pero son extremadamente amables y amistosos. Esa será una constante en nuestro viaje. El recepcionista de un establecimiento cercano habla francés. Nos dice que no tengamos miedo, que viajar a Londres, París o Barcelona es más peligroso. No nos va a pasar nada. “Aquí el problema es político. No hay inseguridad de noche, ni de día”.
Nuestro hotel está situado junto a la muralla que delimita Sur, el barrio antiguo de Diyarbakir. Hace tres semanas, Sur se declaró autónomo: una asamblea vecinal decidió no reconocer la soberanía del estado turco en ese barrio, que a partir de entonces se autogobernaría por instituciones asamblearias propias. No fue el único lugar que respondió así a la escalada de violencia desatada por Erdogan. El gobierno decidió aplastar las rebeliones a hierro y fuego. Decretó el toque de queda en los barrios que se habían declarado autónomos. En el municipio de Cirze, las fuerzas especiales de la policía mataron a 20 civiles, según la Asociación Pro Derechos Humanos de Turquía.
En Sur vemos marcas de bala en todas partes. En la mezquita hay restos de disparos de mortero y niños jugando con pistolas. Nos señalan el minarete y gritan “sniper”. Un francotirador estuvo allí durante los cinco días del toque de queda. El periodista Andrés Mourenza fue de los primeros en entrar al barrio tras los combates. Su relato es escalofriante.
En Diyarbakir no hay paz
Todo está tranquilo. Caminando por la calle no tienes la sensación de estar en un lugar en guerra. De hecho, no lo estás. Tiendas abiertas, buses circulando, gente que va a trabajar. Todo normal. Sólo que, de repente, durante una entrevista a un abogado en su despacho, se oyen ráfagas de metralleta. El entrevistado y la traductora no se inmutan. Reconozco en la cara de Bocho una expresión que dice “eso no son fuegos artificiales”.Es la policía disparando al aire para tensar el ambiente electoral. Nos lo explica Delal, la amiga de una amiga de un amigo. Se ofrece para acompañarnos y traducir, buscar contactos, contextualizar, beber cervezas los pocos momentos que no trabajamos. Mil gracias, Delal.
Erdogan ha calificado al HDP como “el partido de los ateos, los armenios y los homosexuales”
“Los disparos al aire de la policía ya son normales. Yo vivo junto a un cuartel, da miedo salir al balcón. Un policía mató a una niña y a su madre cuando colgaban la colada”. Es de Estambul, hija de madre turca y padre kurdo. Hace su doctorado en la ciudad. “No me acostumbro a Diyarbakir. Amo esta ciudad pero no puedo acostumbrarme a la violencia. Yo estaba a muy pocos metros de la bomba que explotó en un mitin del HDP. Nos salvamos porque había tanta gente que varias filas absorbieron la onda expansiva. Están muertos o mutilados”.
Desde las elecciones de junio ha habido 500 muertos entre víctimas del terrorismo de ISIS, guerrilleros del PKK, militares, policías y civiles a manos de éstos. Raci Bilici, presidente de la Asociación Pro Derechos Humanos de Turquía, resume: “El 24 de julio el ejército turco comenzó sus operaciones contra el PKK. Al mismo tiempo, las fuerzas de seguridad comenzaron las detenciones políticas. Más de cien periodistas, centenares de activistas y treinta abogados y candidatos del HDP han sido detenidos desde entonces. Las acusaciones de colaboración terrorista se usan como excusa para callar cualquier voz discrepante”.
El HDP
Vamos a la sede del HDP, coalición de organizaciones kurdas y formaciones de izquierda fundada en 2012. La exhaustividad con la que nos cachean en la entrada demuestra lo amenazados que se sienten. Treinta alcaldes del HDP y un centenar de candidatas han sido arrestadas en tres meses. El partido se presentó por primera vez a unos comicios en las elecciones legislativas de junio. La participación superó el 90% y recibió más del 80% de los votos en las provincias kurdas. El buen resultado en las zonas del oeste le permitió alcanzar el 13% de los sufragios. La ley electoral turca exige superar el 10% para tener representación.
El HDP no hace campaña. Además de la represión estatal, es el blanco del ISIS. Tras las bombas de Diyarbakir, Suruç y Ankara (que explotaron en actos del partido prokurdo y causaron 154 muertos) decidieron no hacer actos multitudinarios de campaña. Museyyen Akinci, miembro de la ejecutiva del HDP en Diyarbakir, resume: “No queremos dar más ocasiones a los terroristas. Sólo a nosotras nos ponen bombas, a ningún otro partido. Además, nuestros mítines y manifestaciones son actos alegres, llenos de música y baile. En estos momentos no tenemos ganas de fiesta”.
Erdogan ha calificado al HDP como “el partido de los ateos, los armenios y los homosexuales”. Para él eso son insultos. Para el HDP no. Selma Metin es una dirigente de la formación en Diyarbakir: “Desde que empezamos nuestro viaje político, nuestro objetivo no es sólo representar a mujeres, jóvenes o discapacitados, sino a todos. Eso es lo que ve en nosotros la gente. Nuestro partido no crece ‘a pesar de’ apoyar a los gays, sino que crece, precisamente, porque habla de todas las opresiones”.
Vamos a la sede del Congreso de Mujeres Libres, la organización feminista más importante de Kurdistán. Estoy emocionado; estas tías son la hostia. Ayse Gokan nos explica la importancia de espacios feministas no mixtos. “Participamos en muchas organizaciones junto a nuestros compañeros hombres. Pero para eso necesitamos espacios exclusivos donde sentirnos seguras, aprender, crecer políticamente”.
Gokan expone que, para ellas, el feminismo “no es un hobby, como para algunas europeas”, sino un método con el que construir “un sistema democrático, ecológico y que defienda la liberación de la mujer. Esto incluye la salud, la educación, la economía, la cultura y las leyes. La organización de la vida entera”.
Mujeres kurdas y autodefensa
Si dices “mujeres kurdas” piensas en las guerrilleras que combaten al ISIS en Kobane. Gokan se siente orgullosa de sus hermanas pero recuerda que, para ellas, la autodefensa no consiste sólo en tomar las armas. “Nosotras nos autodefendemos en dos sentidos. Primero contra el Estado, pero también contra el patriarcado. Garantizamos nuestra autonomía a través de organizaciones de mujeres independientes”.
La lucha antipatriarcal ha sido asumida por todo el movimiento, no es cosa sólo de las mujeres. El movimiento kurdo funciona con un sistema de coliderazgo paritario en todos los niveles: cada organización tiene un presidente y una presidenta, un alcalde y una alcaldesa, un candidato y una candidata, un comandante y una comandante.
Erdogan ganó. Recuperó la mayoría absoluta y sus dos propuestas principales se vieron reforzadas. Por un lado, su pretensión de acometer una reforma constitucional de corte presidencialista que le dote del poder de iure que ya ejerce de facto. Por otro, impulsar una guerra en el Kurdistán que le permita someter al movimiento kurdo y ganar posiciones en el tablero geoestratégico de Oriente Medio. Inmediatamente después de las elecciones ha intensificado los ataques en Silvan, municipio de la provincia de Diyarbakir que declaró el autogobierno.
La cobertura nos venía grande, pero hicimos lo que pudimos. En Turquía, cuanto más sabes, más tienes la sensación de que no te enteras de nada. Este enorme y complejo país, en estas elecciones, se jugaba mucho más que el nombre de su primer ministro. Se jugaba la paz y ganó la guerra.
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