Medio siglo después, las
autoridades estadounidenses han reconocido su implicación en el derrocamiento y
asesinato del líder congoleño Patricio Lumumba.
Al final de la noticia aparece un impresionante vídeo sobre el tema.
INFORMACIÓN RELACIONADA: Recordando la lucha del líder congoleño Patrice Lumumba contra el colonialismo
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Pedro
Antonio García, en CubAhora. Tomado
de Página/13
En efecto, el Departamento de Estado publicó un nuevo volumen de la historia de la diplomacia norteamericana, en el que se incluye numerosos documentos sobre sus operaciones secretas. Con estas nuevas revelaciones, la Administración estadounidense modifica la imagen que había tratado de dar en el año 1994, cuando en los documentos dados a conocer en ese año evitaban toda mención a la política secreta yanqui en los acontecimientos que condujeron a un dramático conflicto en la recien descolonizada República del Congo y, finalmente, al asesinato del líder antiimperialista Patricio Lumumba.
En efecto, el Departamento de Estado publicó un nuevo volumen de la historia de la diplomacia norteamericana, en el que se incluye numerosos documentos sobre sus operaciones secretas. Con estas nuevas revelaciones, la Administración estadounidense modifica la imagen que había tratado de dar en el año 1994, cuando en los documentos dados a conocer en ese año evitaban toda mención a la política secreta yanqui en los acontecimientos que condujeron a un dramático conflicto en la recien descolonizada República del Congo y, finalmente, al asesinato del líder antiimperialista Patricio Lumumba.
EL PAPEL HISTÓRICO DE PATRICIO LUMUMBA
Bélgica, la
antigua metrópoli, organizó una intensa campaña de desestabilización en el
país. Dada la dirección que había tomado el gobierno de Lumumba, los belgas
incentivaron la secesión de Katanga, una área geográfica del país
extraordinariamente rica en minerales. De igual forma, retiraron a sus técnicos
y especialistas con la finalidad de provocar en él un colapso económico total.
Por su parte, los servicios de
inteligencia norteamericanos y de otros países europeos comenzaron a
“subvencionar” a congoleños traidores que se prestaran a colaborar contra el
Ejecutivo recién elegido.
También como sucedió – y sucede – en
otras partes del planeta, con el pretexto de proteger las propiedades de los
belgas residentes en el país, la antigua potencia colonial envió contingentes
de paracaidistas a Katanga con el objetivo de ayudar a consolidar la secesión
iniciada en esa parte del país.
Ante la intervención militar belga,
Lumumba recurrió ingenuamente a las Naciones Unidas para expulsar a las tropas
extranjeras. El resultado fue catastrófico. Los belgas se negaron a retirarse
del país y las Naciones Unidas se sumaron de lleno a la conspiración contra el
gobierno central.
Fue entonces cuando el jefe del
gobierno, Patricio Lumumba, se vio obligado a solicitar la ayuda de la Unión
Soviética. A mediados de 1960 comenzaron a llegar asesores militares
soviéticos. Lumumba no estaba dispuesto a ceder ni un ápice de la soberanía que
tan recientemente había conquistado su país.
Como en tantas otras ocasiones
precedentes, el gobierno estadounidense encabezado por el Eisenhower, dio la
orden expresa de asesinar a Patricio Lumumba. Para ello envió al país africano
al conocido agente de la CIA Frank Carlucci, que años más tarde sería nada
menos que Secretario de Defensa con Ronald Reagan. Los resultados de la
presencia del siniestro Carlucci se comenzaron a apreciar rápidamente. Un golpe
de Estado derrocó a Lumumba, que fue detenido, torturado y asesinado por
mercenarios europeos y congoleños.
En enero de 1961, en plena sabana de
katangeña, iluminado por las luces de los automóviles de sus asesinos, fue
atado a un árbol y a la orden de un mercenario belga, acribillado hasta la
muerte. Su cuerpo, sin vida, fue troceado y disuelto en ácido sulfúrico,
procediendo luego a esparcir sus restos en diversos lugares para que no fuera
reconocido por nadie.
Días antes de su asesinato, Lumumba le
había escrito a su esposa: “Ninguna brutalidad, maltrato o tortura me ha
doblegado, porque prefiero morir con la cabeza en alto, con la fe
inquebrantable y una profunda confianza en el futuro de mi país, a vivir
sometido y pisoteando principios sagrados”.
Después de décadas de silencio la
verdad terminó abriéndose paso. En el 2001, el parlamento belga reconoció la
responsabilidad del Estado en la muerte del líder congoleño. Y ahora, los
papeles de la administración norteamericana han dado a conocer a los otros
partícipes del asesinato de un hombre que hoy es considerado por su pueblo como
Héroe Nacional. Ahora son los archivos de la administración norteamericana los
que revelan algo que ya todo el mundo sabía: su complicidad en el asesinato.
-> INFORME ESCRITO (Voltairenet): State Department admits own involvement in Patrice Lumumba's overthrow.
Que fuerte
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