Netanyahu, Bennet, Lieberman, Ya´alon y Gantz: ¡os esperan en La Haya!
[El estado israelí y los jefes de su ejército acabarán siendo considerados como responsables de la masacre de masas premeditada en Gaza. Responsables ante el mundo, los tribunales de justicia y la historia. No habrá circunstancias atenuantes.]
Michael Warshawski (Mikado), activista anti-sionista israelí, que lideró la Marxist Revolutionary Communist League en los 90's y fundador de Alternative Information Center. Publicado en AIC. Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR
Nos hemos enterado por la prensa de que el gobierno israelí ha decidido llamar a filas a otros 16.000 soldados de la reserva, de tal forma que habrá 86.000 soldados participando en la campaña contra Gaza. Suponiendo que 1,7 millones de personas viven en Gaza, tras la deducción de unos 5.000 combatientes de Hamas y otras organizaciones (estimación exagerada), ese número significa que habrá un soldado por cada diez civiles en la región más densamente poblada del mundo. Sobre la cuestión de la densidad, voy a escribir más adelante, pero continuemos con las cifras. 86.000 soldados equipados con lo mejor de las armas modernas, con una artillería y una aviación, contra 5.000 militantes, es decir, 17 soldados por cada militante. La campaña ha durado ya tres semanas y se diría que está lejos de haber terminado.
Cualesquiera que sean los acuerdos de alto el fuego, Hamas ha ganado bastante claramente.
¿Y el estado de Israel? Debe prepararse para un refuerzo de su aislamiento internacional, y sus para que sus dirigentes tomen el camino del Tribunal Penal Internacional. Pues esto no es una guerra, es una masacre planificada. En este contexto, no tengo nada que añadir a lo que ha escrito el periodista B. Michael (Ha´aretz del 30/07/2014): “... y cuando el niño número 100, la anciana de 80 años, y los 300 “no implicados” son asesinados en un bombardeo de precisión y con bombas lanzadas con oficio, la excusa de la prisa no basta. Esto es ya intencionado, producto de una decisión, el fruto podrido de un mando consciente, voluntario, que sabe con certeza que los niños, las mujeres, las personas mayores, el indefenso y el inocente, serán asesinados. El ’no fue mi intención’ no funciona ya... Teniendo en cuenta el resultado, es una consecuencia de las órdenes. Y a partir de ahí, será difícil ser purificado”.
En efecto, cuanto antes mejor, los dirigentes del Estado y del ejército, con sus pilotos y sus artilleros, deberán rendir cuentas por la masacre de masas premeditada: cuentas ante el mundo, los tribunales de justicia y, ciertamente, ante la historia. No habrá circunstancias atenuantes.
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