sábado, 16 de agosto de 2014

Treinta y cinco años después, ¿qué fue de la revolución sandinista?

El pasado siempre vuelve para desgracia de los desmemoriados. La identidad nacional, memoria colectiva de un pueblo, se construye sobre sus mitos, derrotas y esperanzas, en ocasiones traicionadas, abandonadas o travestidas. Así se hace la historia de América Latina, a retazos. Nicaragua pasó de la noche a la mañana a condensar los sueños de emancipación política del continente. 


Marcos Roitman Rosenmann / Mónica Baltodano. Tomado de Anticapitalistes.net


Los ojos del mundo se dirigieron hacia ese pequeño país centroamericano, desconocido para intelectuales, académicos y políticos occidentales. Tuvieron que recurrir al mapa para situarlo en el mundo. Nicaragua se puso de moda. El nombre César Augusto Sandino, general de hombres libres, quien luchó contra la invasión yanqui, asesinado en 1933, unió su gesta al Frente Sandinista de Liberación Nacional, cuyos militantes entraban un 19 de julio de 1979 en Managua ondeando banderas rojinegras en señal de triunfo doloroso, que dejó miles de muertos en la guerra contra la tiranía. Una insurrección popular, gestada en décadas, lograba deshacerse de una de las dictaduras más siniestras: los Somoza. Una saga familiar que se adueñó del país gracias a Estados Unidos. Sus posesiones cubrían todo el espectro económico, agencias de viajes, plantaciones, cementeras y alimentación. Hasta la compra y venta de sangre.

El fin de la dictadura fue una bocanada de aire fresco, en medio del pesimismo que asolaba a la izquierda, tras el golpe de Estado en Chile, que puso un final trágico a la vía pacífica al socialismo, defendida por el gobierno de la Unidad Popular. En este contexto, pocos apostaban por un triunfo armado e insurreccional. Estados Unidos se sentía cómodo apoyando dictaduras militares en Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Honduras, dejando a Costa Rica como el escaparate de una sociedad ordenada y democrática. Era una época en la que se expandían las dictaduras hegemonizadas por las fuerzas armadas bajo la doctrina de la seguridad nacional, el enemigo interno, la lucha contra el marxismo-socialismo y el comunismo internacional. Cuba sobrevivía en medio del bloqueo internacional y la acusación de instigar todas las revoluciones en América Latina. Las guerrillas y ejércitos de liberación nacional habían sido política y militarmente perseguidos, hasta reducirlos a nada. El asesinato del Che fue el comienzo de la debacle. De México a Chile la población civil pasó a ser objetivo militar en la guerra contrainsurgente.

Para darnos cuenta de la situación, en 1975 Regis Debray escribía una obra demoledora contra la lucha armada en América Latina: La crítica de las armas, las pruebas de fuego. Su autor acompañó al Che en Bolivia y encandiló a Fidel con su ensayo Revolución en la revolución. Sergio Ramírez, dirigente del sector tercerista del FSLN, escritor, figura destacada en la lucha antisomocista y posterior vicepresidente hasta 1990, en su ensayo Adiós, muchachos, recuerda corregir al intelectual francés el mismo M19 de julio de 1979: Viste, sí se pudo.

Pero la revolución se gestó en mala hora. Atacada desde todos los frentes, en medio de un vuelco neoconservador en lo político y neoliberal, en lo económico, la nueva derecha mundial cambió el itinerario de la guerra fría. La política de James Carter de criticar la violación de los derechos humanos pasó a mejor vida. Ronald Reagan y sus asesores, Henry Kissinger, Jeane Kirkpatrick, Roger Fontaine o Irving Kristol, tomaron las riendas de la política exterior hacia América Latina. La teoría del dominó, el miedo a la revolución centroamericana y la doctrina de las guerras de baja intensidad, precedió cualquier análisis geopolítico de seguridad hemisférica. La invasión de Estados Unidos a la isla de Granadam en octubre de 1983 marcó el fin de la distención. Las guerras de baja intensidad entraban en su apogeo, siendo Nicaragua el escenario perfecto para practicar la estrategia de reversión de procesos, eje central de la doctrina. Desertores, mercenarios, ex guardias somocistas y militares estadunidenses construyeron un ejército que hostigaba y desestabilizaba el proceso político. Se les llamó luchadores de la libertad. Desde Honduras y Costa Rica se acosó la revolución militarmente. Mientras tanto, el discurso ideológico descalificador corrió a cargo de la derecha occidental y parte de la socialdemocracia europea.

El proyecto sandinista: fundar una revolución nacional, antimperialista, popular, democrática y de economía mixta encontró múltiples trabas. El FSLN hubo de improvisar en un país destrozado por la guerra y el terremoto de 1972. Así, una revolución cuyo origen se asentó en los valores éticos y los principios más nobles de la justicia social, la igualdad, la democracia y la libertad entró pronto en barbecho. Mónica Baltodano lo refleja en su obra: Memorias de la lucha sandinista.

La contra, los errores propios, la desestabilización y el nacimiento de una nueva élite política, conocida como la piñata, dieron al traste con la revolución. El punto de inflexión lo constituyó la derrota en las presidenciales de febrero de 1990. El acoso y la invasión de Panamá se sumaron al coste humano, militar y económico de una guerra mercenaria que frustra el proyecto de liberación nacional. El triunfo de la derecha y el retorno de somocistas fue un balde de agua fría. El FSLN comenzó una deriva, en la que los principios éticos se relegaron en pro de un pragmatismo para recuperar el poder. Treinta y cinco años después de la revolución el FSLN gobierna, gana elecciones, pero es una caricatura de sí. Sólo le queda la retórica. La revolución sandinista se fue para no volver en 1990.

La Jornada, 21/07/2014



“Memorias de la Lucha Sandinista” es el resultado de más de 12 años de trabajo de investigación histórica. En el conjunto de los cuatro volúmenes convocamos el pasado épico del pueblo nicaragüense y al Frente Sandinista de Carlos Fonseca, pero ello ha sido por una razón vital: nos obliga e interesa el presente y, sobre todo, porque nuestra mirada y compromiso están de cara al futuro.
De la forja de la Vanguardia a la Montaña. Saltan a la vista las evidencias incontrovertibles y las pruebas materiales de una vasta historia pasada, acumulada, de múltiples resistencias y luchas populares, que explican el aparente misterio de las explosiones finales que echaron al traste a la dictadura somocista. En finas pinceladas se presenta el telón de fondo de la construcción del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), comenzando con el testimonio de la hija del General Sandino.»
El crisol de las Insurrecciones: Las Segovias, Managua, León arranca con testimonios sobre la figura de Carlos Fonseca, cuya firmeza ideológica, mística y compromiso nos impactan y que, sin duda, el vacío del presente evoca y agiganta. Se pasa revista a los procesos de lucha en distintos departamentos del país, comenzando con las históricas Segovias de Sandino -Nueva Segovia, Madriz, Estelí, Jinotega y Matagalpa-, escenario priorizado en las primeras fases de la lucha. Concluye el libro con los relatos de los combates en las estratégicas plazas de León y Managua.»
El camino de la Unidad y el Triunfo: Chinandega, Frente Sur, Masaya, y la toma del Búnker, comienza con una recopilación sin precedentes, de nombres y datos de mujeres que dieron su vida heroicamente, buena parte de las cuales habían quedado en el anonimato. Así como se recupera información de aquellas mujeres que dieron los más variados aportes a la lucha y sin cuya participación no se habría logrado la victoria.»
Rebeldía e Insurrección en el departamento de Carazo, es publicado como un tomo independiente, y tuvo su propia dinámica de construcción, pues contamos con el apoyo de un grupo de compañeros de Carazo en la realización de las entrevistas y en la búsqueda de la información. Esta investigación fue realizada como un zoom, acercando un paisaje al lente de la cámara de la historia, para apreciarlo y escudriñarlo mejor en sus detalles.

Mónica Baltodano

PRESENTACIÓN
Este libro contiene una apretada selección de conferencias, ensayos, discursos y entrevistas sobre el Sandinismo, la situación del país y las prácticas políticas de las organizaciones ligadas al pensamiento revolucionario nicaragüense.

He tenido oportunidad de asistir como invitada a diversos foros, conferencias y seminarios internacionales para presentar nuestras reflexiones sobre la Revolución Sandinista, sus enseñanzas para el presente, en particular, con el propósito de animar las luchas de otros pueblos de América Latina.

Debemos reconocer que no existe un análisis crítico de la Revolución Sandinista y sus enseñanzas, que sea resultado de una construcción colectiva de los sandinistas. Tampoco existe una historia oficial. Para mí, constituye siempre un gran desafío presentar mis valoraciones sobre algunos aspectos de esta etapa tan crucial de la Historia de Nicaragua.

Este libro comienza con la exposición sobre Sandino que presenté en uno de tantos eventos organizados por el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). En el Simposio de Florianópolis, en 1997, me pidieron que disertara sobre la filosofía del sandinismo y entonces, la resumí como el asedio perpetuo a la opresión. Aparecen luego mis reflexiones sobre la formación política de la militancia en la lucha contra la dictadura, así como algunas valoraciones sobre la Revolución Sandinista como parte de las experiencias de lucha de los pueblos de nuestro continente.

El contacto con los movimientos sociales de América Latina, que han jugado un rol protagónico en significativos cambios operados desde abajo y a la izquierda ̶ como dicen los zapatista ̶ , me llevaron a repensar el rol de las multitudes organizadas que de ninguna manera pueden sustituirse por vanguardias verticalistas; por ello incluyo algunas de estas miradas que expresan las discusiones y polémicas actuales.

A partir del quiebre ideológico-político que significó el camino de pactos y la política del reparto de poder que impulsó e impuso el Secretario General del FSLN, mi distanciamiento con esas políticas quedó plasmado en una gran cantidad de artículos, discursos y entrevistas para medios de comunicación nacionales e internacionales.

Escogí algunos que consideré son más representativos de mis posiciones y, sobre todo, de la de miles de sandinistas que repudiamos ese proceso de transmutación y retroceso al pragmatismo como ideología, al caudillismo como nueva forma del liderazgo político y quizás lo más grave: la tergiversación de los valores y principios que nos habían cobijado.

Mis críticas a la dirigencia del FSLN no pueden obviar decisiones como la criminalización del aborto terapéutico, el compromiso y aval que significó la ratificación del Tratado de Libre Comercio para la República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos de América (CAFTA), la falta de una política soberana del gobierno actual ̶ que se dice de izquierda ̶ frente a un tema como la onerosa deuda interna generada por las fraudulentas quiebras bancarias.

En la parte final presento un trabajo sobre la necesidad y posibilidad de seguir luchando por un mundo distinto, una Nicaragua diferente. Somos de la convicción que el capitalismo, como sistema económico social ha mostrado claramente su agotamiento. Sostengo que no es posible humanizar el capitalismo, pues su esencia conduce a la injusticia, a la destrucción de la naturaleza, a la concentración brutal de la riqueza en pocas manos. Este sistema es responsable de convertir naturaleza y sociedad en mercancías, dinámica implacable de la que ni el agua escapa.

Queda claramente establecida nuestra opción por el socialismo, que no se debe confundir mecánicamente con el que conocimos en Europa del Este y en la Unión Soviética, con su correspondiente incapacidad para incorporar la equidad de género, el respeto a libertades esenciales de los seres humanos, el respeto a la naturaleza y a la democracia.

Por último, debo enfatizar que todos estos trabajos fueron escritos o pronunciados en medio de y para la lucha política. Son sencillamente parte de mi actividad militante. Ninguno de ellos tiene pretensiones académicas. Conservan ̶ casi en la totalidad ̶ su contenido y forma original. De manera que pedimos disculpas por no cumplir en algunos casos con las formalidades, citas, fuentes, etc., que impone la academia.

Esta publicación tiene un sólo propósito: poner en manos de quienes siguen luchando por una Nicaragua mejor ̶ en especial las nuevas generaciones de sandinistas ̶ reflexiones que sean útiles para afinar los sensores y mejorar las estrategias para la lucha y el cambio revolucionario.

-> Descargar el libro AQUÍ

No hay comentarios:

Publicar un comentario