ENTREVISTA A ESTELA DE CARLOTTO
En una visita relámpago a Euskadi, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo reclama que el gobierno de Rajoy entregue los archivos secretos de su embajada en Buenos Aires.
Danilo Albín, en Público. Foto: Guido Montoya Carlotto mira a su abuela, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto (Efe)
Ni el cansancio acumulado por varias horas de viaje, ni el dolor de rodilla, ni tan siquiera las noticias que señalan que España prestó apoyo político y económico al régimen que mató a su hija y a otros 30 mil jóvenes. Ya no hay nada que logre borrarle la sonrisa a Estela Barnes de Carlotto, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Hace tres meses, esta mujer de 84 años logró encontrar a su nieto Guido, nacido en junio de 1978 en uno de los campos de concentración de la dictadura de Videla. Hace tres meses, la vida le metió otro gol a la muerte.
"Lo bueno es que tengo cosas lindas que contar. El dolor, transformado en lucha, sirve para seguir, para no abandonar", comenta Carlotto a Público en el hall de un céntrico hotel de Bilbao. Ha venido hasta Euskadi para participar en el IX Festival Contra la Censura que se celebra esta semana en la capital vizcaína. Antes pasó por Roma, donde fue recibida por el Papa Francisco. La acompañaban sus 14 nietos, que ahora son 14 porque Guido, por fin, ya es uno más de los Carlotto. Sólo de pronunciar su nombre, el rostro de esta abuela se vuelve aún más radiante.
Mi vida se ha llenado de felicidad. Algunos me dicen que parezco más joven. Estoy sonriendo todo el tiempo, compartiendo con Guido todos los momentos que podemos. Estamos conociéndonos mutuamente. Pero también hay otro ingrediente, fuera de lo personal: la noticia del encuentro de Guido fue un boom. Es el nieto de todos. No solamente en Argentina, sino también en Europa.
La semana pasada, usted y sus nietos estuvieron con el Papa en el Vaticano. ¿Hablaron de todo esto?
Sí, claro. Fue una conversación entre una argentina y un argentino. Hablamos de la situación país, de la paz, de la salud de la presidenta (nota de redacción: Cristina Kirchner fue ingresada hace algunos días por una infección), de la lucha en general por la paz... El Papa incluso habló de fútbol con mi nieto Guido, que es de otro equipo diferente al suyo. ¿Sabe qué pasa? Yo me eduqué en una escuela de monjas, donde parecía que había que reverenciar y besar el anillo. Aquí no: el anillo es de lata, la cruz es de lata y él es un hombre común.
La búsqueda en Europa
¿En España podrían existir casos de hijos robados por la dictadura argentina que ahora vivan aquí, sin conocer su identidad?
Sí. Por eso mismo, hace unos años nació en Madrid una Red Argentino Europea Por el Derecho a la Identidad. Estimamos que los apropiadores podrían haber traído a nuestros nietos a Europa cuando eran bebitos, escapando. También podrían haber venido ya siendo jóvenes, sobre todo con la crisis de 2001, e incluso es posible que estén viniendo ahora, que son adultos. Entonces, no sería extraño que encontrásemos casos aquí. Por eso estamos profundizando en esta tarea, sobre todo en Roma, donde se está agilizando mucho con la intervención del Estado italiano. En realidad, todo esto depende del tipo de gestión de gobierno: si hay un gobierno al que ni siquiera le interesa saber lo que pasó en su propio país, como es el caso de España, tampoco va a querer saber lo que pasó en Argentina.
Precisamente, habrá visto que en los últimos días una jueza argentina, María Servini de Cubría, pidió la extradición de 20 franquistas, en el marco de una querella presentada en Buenos Aires por los crímenes ocurridos durante la dictadura de Franco. ¿Por qué esto es posible en Argentina y no en España?
Lo que pasa es que ahora en España hay impunidad. Pero es imposible que un pueblo olvide. Lo que pasa es que ahora en España hay impunidad. Se dice ‘de esto no se habla' o ‘esto no se investiga', pero es imposible que un pueblo olvide. Los españoles residentes en Argentina quieren saber dónde están los restos de sus familiares y conocer quiénes fueron los responsables de esas muertes. También se buscan respuestas sobre los niños que fueron robados. Sabemos que el procedimiento no fue igual que en Argentina, donde secuestraban a las embarazadas, las dejaban vivir hasta que dieran a luz y luego las mataban. Aquí se hizo de otra forma, pero también se robó bebés.
Por otra parte, hay que recordar que en su momento Argentina tuvo que recurrir a España -con las denuncias presentadas en la Audiencia Nacional, ante el juzgado de Baltasar Garzón-, porque en nuestro país había leyes de impunidad. Aquello fue un alivio para nosotras. Ahora, cuando en España hay un retroceso, Argentina devuelve y agradece toda la ayuda que nos dieron.
¿Qué recomendaciones daría usted a quienes en España luchan contra la impunidad?
No hay que aflojar. Sin violencia, pero implacables. Nosotras no tenemos rencor, ni odio, ni venganza, pero sí mantenemos muy firme el reclamo de verdad, memoria y justicia. Estas tres palabras son claves para una democracia, y el pueblo español tiene derecho a todo esto.
"Lo que no se escribe, se olvida"
Durante las últimas semanas, el diario Público ha dado a conocer una serie de archivos secretos que revelan las conexiones entre España y la dictadura argentina. Entre otras cosas, hemos demostrado que España apoyó al régimen de Videla, tanto a nivel económico como político. ¿Qué le parece?
Era lógico. Aquí estabais empezando la transición... Vosotros también tenéis una historia que investigar. No para destruir, sino para construir. Lo que no se escribe se olvida, y las futuras generaciones exigen saber. Por eso mismo, es muy bueno que se investigue si hubo una relación de nuestra dictadura con el gobierno de entonces. Y si es así, que se hagan cargo, porque estaban ayudando a que se eliminase a toda una generación. Aquí hay que saber quién fue quién. El que no tiene nada que ocultar, genial. Pero el que tenga que ocultar... Quizás no haya sido él, sino su padre, pero todo lo que heredó fue robado por su papá, y tendrá que devolverlo. No quieren perder lo suyo, pero los nuestros perdieron la vida.
¿Recuerda si los organismos de derechos humanos mantenían contactos con la embajada de España en Argentina durante la dictadura?
Por supuesto. Había mucha gente que quería exiliarse y recurría a embajadas como las de Italia o España. De hecho, recientemente el gobierno italiano ha entregado carpetas con archivos secretos de su embajada en Argentina, con los testimonios de quienes pasaban por sus oficinas. Italia ha desempolvado y ha entregado esos archivos; ahora esperamos que España también lo haga. Esta es una deuda pendiente: deben aportar los documentos.
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