Redacción de Agencia ACTA. Fuente: Facultad de Ciencias Agropecuarias; Notas.org.ar
Esta vez fue la Facultad de Ciencias Agropecuarias (FCA) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) la que, a regañadientes de su decano Marcelo Conrero, confirmó la derogación de un convenio firmado el 8 de agosto pasado con la compañía multinacional. La semana anterior, en el marco de un encendido debate con la participación de movimientos estudiantiles, el convenio había sido “suspendido” por el decano para que en un taller de la FCA se debatiera la continuidad o no del mismo. Concluido el taller, en el que participó la comunidad educativa de la FCA la conclusión fue derogar el convenio firmado con Monsanto a su vez que quedó expuesto el disenso con la realización de un nuevo acuerdo.
El decano Conrero propuso una medida aparentemente democrática para solucionar el conflicto de la vinculación de la FCA con Monsanto, la discusión en un taller abierto a la comunidad educativa, con la intención de hacer derivar la discusión hacia la firma de un nuevo convenio. El convenio derogado entre otras cosas incluía la revisión del Estudio de Impacto Ambiental ya rechazado por la Provincia, de la planta de Monsanto en Malvinas Argentinas. El mismo había sido elaborado por la consultora privada “Agroambiente”, de la cual Jorge Dutto, secretario General de la FCA es uno de los directores… una monada.
El taller se realizó en dos jornadas en un predio alejado de la facultad y rodeado por un fuerte operativo policial que requisó a varios estudiantes selectivamente. Fueron más de trescientos los participantes que finalmente debatieron dos ejes:
- La institucionalización de los vínculos de FCA con el medio (campo, ong’s, pymes, empresas nacionales, empresas internacionales) y
- Vinculación o no con la firma Monsanto: Fundamentos y acuerdos para la toma de decisiones.
El resultado de la maniobra fue contrario a los intereses de la dirigencia de la Facultad. Para tomar decisiones antidemocráticas no les funcionó, como tantas otras veces, un recurso “aparentemente democrático”. El convenio fue definitivamente derogado. Por último, en cuanto a la posibilidad de realizar un nuevo convenio con Monsanto, hubo una heterogeneidad de opiniones y la conclusión fue que no hay consenso al respecto pero que la discusión no terminó. Habrá que seguirla.
Malvinas Argentinas en el ojo de la tormenta
Dialogamos con el doctor Medardo, Ávila Vázquez, docente en la UNC y miembro de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, quien puso en contexto la discusión abierta en la Universidad. En el marco de la lucha del pueblo de Malvinas Argentinas contra la instalación de la planta de tratamiento de semillas de Monsanto en su localidad, con el debate abierto en la provincia y la virtual paralización de las obras merced a la intervención de la Justicia, señala: “la FCA firma un convenio con la empresa de colaboración y participación. Una parte del convenio plantea que si el fruto de esta colaboración genera algún producto biotecnológico la empresa tiene ventajas en cuanto a la propiedad intelectual”.
“Esto generó una discusión muy grande respecto al rol de la universidad y de cómo se vinculan las universidades públicas con las empresas que lo que buscan es desarrollar nichos de negocio. La universidad supuestamente tiene como intención mejorar las condiciones de vida de la población por eso el estado la financia”, señaló Ávila Vázquez.
Medardo describe que la UNC tiene doce facultades cuyos decanos, exceptuando a Conrero, rechazaron el convenio, “lo cual terminó haciendo que se anulara el convenio. Monsanto fue expulsado de Malvinas y también de la Universidad.”
Sobre el taller señaló: “A pesar de que los agrónomos de nuestra facultad están muy comprometidos con el agronegocio, con el sistema de agricultura con semillas transgénicas y muchos de nuestros graduados se dedican a vender agrotóxicos, a pesar de eso, más del 80% de las personas que participaron de esta asamblea rechazaron el convenio. Pero las autoridades de la facultad plantearon la posibilidad de hacer un nuevo convenio y volverlo a discutir.”
“Lo que pasa es que el secretario General de la FCA, el ingeniero Dutto es un hombre de Monsanto. Es quien firma el estudio de impacto ambiental que presenta Monsanto para la planta de Malvinas Argentinas. Es un empleado de Monsanto que trabaja a sueldo. Y el decano está muy vinculado a la empresa. Estas empresas se caracterizan por coptar áreas estatales. En el área médica, el área de Toxicología del Ministerio de Salud Pública de la Nación está en manos de médicos toxicólogos que trabajan para Monsanto”.
“Monsanto financia la política en Córdoba”
Por otro lado Ávila Vázquez señaló: “Hay muchas versiones, pero no tenemos como probarlo, de que Monsanto está financiando la política en Córdoba. Lo del intendente de Malvinas Argentinas (Daniel Arzani) es increíble, cuando todas las encuestas daban que el 80% de la población repudia la instalación de la planta, y el intendente sigue insistiendo demuestra que hay algún otro tipo de vínculos extraños por debajo de la mesa que los lleva a actuar de esta manera. Otros intendentes, como el de Río Cuarto, donde Monsanto iba a instalar un laboratorio, cuando la gente empezó a protestar, rápidamente se desligó del problema y le dijo que no a Monsanto”.
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