Informaciones sobre el 'juicio' militar contra la resistencia saharaui, llevado a cabo sin garantías por parte del país ocupante, que condena a largas penas de prisión a activistas, víctimas de la política colonialista y represiva del régimen de Marruecos.
MACROJUICIO CONTRA 24 SAHARAUIS
Casi la totalidad de los presos políticos saharauis de Gdeim Izik han sido condenados, en esta farsa, a grandes penas de cárcel.
Sahara Libre
- CADENA PERPETUA para 8 saharauis.
- 30 AÑOS para 4 saharauis.-
- 25 AÑOS para 8 saharauis.-
- 20 AÑOS para 2 saharauis.-
- 2 saharauis puestos en libertad por considerar cumplidas sus penas.
- CADENA PERPETUA para 8 saharauis.
- 30 AÑOS para 4 saharauis.-
- 25 AÑOS para 8 saharauis.-
- 20 AÑOS para 2 saharauis.-
- 2 saharauis puestos en libertad por considerar cumplidas sus penas.
Como no podía ser de otra manera, con nocturnidad y alevosía, la pantomima de juicio militar seguido contra los 24 presos políticos saharauis de Gdeim Izik ha terminado esta noche, pasadas las 2:00 de la madrugada, con la comunicación de la sentencia a los acusados.
Todo parecía indicar que sería esta madrugada la representación teatral del Tribunal Militar de Rabat cuando, sobre la media noche, grupos de matones de los servicios secretos marroquíes se empezaban a concentrar en los alrededores del tribunal para impedir la presencia de los familiares de los presos saharauis acampados en la zona. Los familiares saharauis abandonaron la zona para no caer en las provocaciones.
Todo parecía indicar que sería esta madrugada la representación teatral del Tribunal Militar de Rabat cuando, sobre la media noche, grupos de matones de los servicios secretos marroquíes se empezaban a concentrar en los alrededores del tribunal para impedir la presencia de los familiares de los presos saharauis acampados en la zona. Los familiares saharauis abandonaron la zona para no caer en las provocaciones.
Alrededor de la 1:00 de la madrugada, los presos políticos saharauis eran trasladados en varios furgones, desde la cárcel al Tribunal Militar de Rabat.
La sentencia fue leída a los saharauis que, en todo momento, se comportaron con la máxima serenidad. Escuchada la sentencia, los presos empezaron a proferir gritos por la autodeterminación e independencia del Sáhara Occidental.
Muchas han sido las denuncias, por parte de observadores internacionales, sobre la falta de garantías procesales para los acusados, sobre la inconstitucionalidad del proceso, sobre la no aplicación de convenios internacionales claramente aplicables, sobre declaraciones obtenidas bajo tortura a los acusados, sobre declaraciones inculpatorias firmadas con huella digital por personal que saben leer y escribir. Incluso se riza el rizo en esta farsa, cuando por ejemplo se acusa, y se condena a 30 años de cárcel, al activista saharaui Ennama Asfari, que ya estaba detenido por las fuerzas de represión marroquíes antes de producirse los hechos que se le han imputado.
El Gobierno saharaui se encuentra reunido, en sesión permanente, durante toda esta madrugada, analizando las acciones a acometer ante este nuevo atropello a los derechos humanos por parte de Marruecos. En las próximas horas se harán públicas sus reacciones y decisiones.
OCHO CADENAS PERPETUAS Y LARGAS PENAS DE CÁRCEL EN EL JUICIO A LOS SAHARAUIS DE 'GDEIM IZIK'
Kaosenlared
Los 24 saharauis detenidos en relación con los sucesos del campamento de protesta Gdeim Izik han salido hoy del tribunal militar que los ha juzgado con la losa de unas sentencias que, en el caso de ocho de ellos, los condenan a pasar entre rejas el resto de sus vidas. Los demás no han resultado mucho mejor parados: cuatro de los acusados deberán cumplir penas de 30 años y otros ocho restantes, de 25.
La corte castrense que los ha juzgado en Rabat durante 9 días ha considerado probado que estos 24 saharauis, considerados presos políticos por diversas asociaciones de derechos humanos y de apoyo al pueblo saharaui, son culpables de “integración en banda criminal, violencia contra la fuerza pública con resultado de muerte y mutilación de cadáveres”.
En los sucesos desencadenados por la violenta intervención marroquí para desmantelar el campamento de protesta saharaui, el 8 de noviembre de 2010, murieron 13 personas, de acuerdo con la versión oficial de Rabat. Once de ellas eran agentes de las fuerzas de seguridad de Marruecos y otras dos, entre ellas un niño de 14 años, saharauis.
Ni huellas dactilares ni autopsias
Los jueces marroquíes han dictado estas duras condenas a pesar de que la Fiscalía no ha presentado ninguna prueba digna de ese nombre, según ha denunciado la defensa de los acusados y los numerosos juristas internacionales que han asistido al proceso como observadores.
Tampoco ha pesado en descargo de los saharauis el hecho de que no se les pudiera relacionar con las supuestas pruebas que el tribunal ha dado por buenas. En las armas presentadas por el ministerio público no había huellas dactilares de los detenidos. A los cadáveres de los fallecidos no se les efectuaron autopsias y en un vídeo presentado como prueba de su implicación en los hechos, era imposible reconocer a nadie.
La Corte militar aceptó a su vez las declaraciones de los acusados que, según ellos, fueron obtenidas mediante torturas y de las que además se retractaron en la sala del tribunal. Una de estas supuestas confesiones estaba firmada con una huella dactilar pese a que el acusado sabe leer y escribir.
Asociaciones de defensa del pueblo saharaui han denunciado además que un buen número de estos saharauis son conocidos activistas en favor del derecho a la autodeterminación. Uno de ellos es, por ejemplo, Sidahmed Lemjiyed, Presidente del Comité Saharaui para la Protección de los Recursos Naturales (CSPRON), condenado a cadena perpetua.
Otro conocido militante saharaui, Ennama Asfari, ha sido condenado a 30 años de cárcel, pese a haber sido detenido el día antes del desmantelamiento del campamento de protesta y, por lo tanto, antes de que se produjeran las muertes por las que en teoría ha sido condenado.
Los activistas saharauis que han seguido el proceso no se han mostrado sorprendidos por estas condenas, pues anteriormente ya habían calificado el juicio como “meramente político”. Antonio Masip, eurodiputado socialista que asistió a alguna de las audiencias, denunció en conversación telefónica con La Marea que este proceso ha sido “una pura pantomima” y lo comparó con los juicios de Burgos que, en 1975, terminaron con las últimas cinco condenas a muerte de la dictadura franquista.
Organizaciones internacionales como Amnistía Internacional han denunciado también que el juicio que ha terminado con estas durísimas condenas estaba “viciado” de partida.
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