domingo, 29 de mayo de 2016

Preso político más antiguo del mundo: el independentista puertorriqueño Oscar López Rivera cumple 35 años en cárceles de EE.UU.

DOSSIER
Marchan por la liberación de Oscar López Rivera
y otras informaciones

Este 29 de mayo, el puertorriqueño Oscar López Rivera cumple 35 años tras las rejas de una cárcel de alta seguridad estadounidense por “conspiración sediciosa” (y sin delito de sangre), sin cesar en su lucha por la independencia de su país. 
En 1981 el independentista puertorriqueño fue detenido por la Oficina Federal de Investigación (FBI). El "Mandela latinoamericano" es el preso político más antiguo del mundo. 

INFOS. RELACIONADAS:
- Solidaridad Internacional por el preso político puertorriqueño Oscar López Rivera. “La lucha es vida toda”: OLR (Samuel Pérez Ayala/ InfoGaia internacionalista y anticapitalista)
- El caso de Oscar López Rivera y la justa causa de su libertad (Alejandro Torres Rivera/ Red Betances)
- Oscar López Rivera: listo para lo que venga. “Vivo orgulloso de ser puertorriqueño (Cándida Cotto/ Claridad)
Mujeres en lucha por el indulto de Oscar López Rivera (Boricua Human Rights)

Conoce a Oscar López Rivera, el independentista puertorriqueño

El "Mandela latinoamericano" es el preso político más antiguo del mundo. Permanece tras las rejas desde hace 35 años en cárceles de EE.UU.
Telesur tv (extracto). Foto: Oscar López Rivera, con su hija y su nieta

Oscar López Rivera nació en 1943 en Puerto Rico. Fue veterano en la Guerra de Vietnam defendiendo la bandera de EE.UU., donde fue condecorado por su valor en combate. Tras su retorno a Chicago, lugar de residencia de su familia, se integró a la lucha y defensa de los derechos de los puertorriqueños. Fue un organizador comunal destacado y como parte de sus intentos para mejorar las condiciones de vida de su comunidad participó en actos de desobediencia civil y de militancia pacífica.
En 1976 se integra a la lucha clandestina en favor de la independencia de Puerto Rico como miembro de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). 
En 1981 fue capturado por el Oficina Federal de Investigación (FBI, por su sigla en inglés) acusado de "conspiración" y por pertenecer a las FALN. Al momento de su captura reclamó para sí la condición de "prisionero de guerra", amparado en el Protocolo I de la Convención de Ginebra de 1949, que reconoce tal condición en caso de personas detenidas en conflictos y luchas contra la ocupación colonial. 
De acuerdo con el protocolo, un prisionero de guerra no puede ser juzgado como un criminal común, mucho menos si la causa de tal procedimiento descansa en actos relacionados con su participación en una lucha anticolonial. El reclamo fue ignorado por el Gobierno de EE.UU. que le condenó a 55 años de prisión federal. Luego de fabricarle en prisión un caso de intento de fuga, la pena impuesta se convirtió en una sentencia de 70 años12 de los cuales los pasó en aislamiento total
López cumple 35 años en la cárcel. Es el único de los 13 militantes del FALN arrestados en aquellos años que permanece tras las rejas.
El expresidente estadounidense Bill Clinton en 1999 le ofreció un indulto condicional. La oferta fue ofrecida a 13 miembros que aceptaron, pero López Rivera la rechazó.
Para él la oferta presidencial incluía la condición de cumplir 10 años más en la cárcel con buen comportamiento.
"Para nosotros poder sobrevivir como pueblo no teníamos otra alternativa. Estamos hablando de un momento de bastante persecución y represión, y queríamos sobrevivir. Usábamos lo que se llama 'propaganda armada' para llevar el mensaje de nuestra lucha".
López no se arrepiente. “Mi experiencia había sido fatal los primeros 18 años en la cárcel y pensaba que sería imposible salir con buen comportamiento después de todo lo que me habían hecho".
El 18 de junio de 2012, el Comité de Descolonización de la ONU aprobó una resolución promovida por Cuba, como lleva haciéndolo los últimos 30 años, en la que pedía que se reconozca el derecho a la independencia y autodeterminación de Puerto Rico e instaba a la liberación de los independentistas prisioneros en Estados Unidos. El proyecto de resolución había sido apoyado por Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, y fue adoptado por consenso por el Comité. El gobierno de EE.UU. hizo caso omiso a la resolución. 
¿El Mandela de este tiempo?
La causa de la liberación de Oscar López Rivera ha sido apoyada por artistas de la talla de Calle 13, Andy Montañéz, Chucho Avellanet, el cineasta Jacobo Morales, así como intelectuales dirigentes políticos y sociales de Puerto Rico, América Latina y el mundo. 
Quienes respaldan a López comparan su caso con el del expresidente sudafricano Nelson Mandela, detenido por un gobierno al que se consideraba ilegítimo.
Óscar López Rivera y Ana Belén Montes: ¿Por qué le teme tanto el imperio a los puertorriqueños de conciencia?
El movimiento independentista puertorriqueño no fructificó, y la mayoría de la población se ha decantado por el paraíso washingtoniano. Una minoría de conciencia, permanece firme en su negativa a rendirse al Yanqui, como los espartanos en las Termópilas.

Douglas Calvo Gaínza, en Aporrea

Si quizás la humanidad llegara al siglo XXII en un desierto tóxico, y al mirar atrás recapacita sobre los millones de Homo-Sapiens asesinados en silencio por las elites multimillonarias (mediante pobreza, guerras, inanición y abandono médico) entonces deplorará el triunfo de esos plutócratas egoístas que prostituyen niñas analfabetas y contrabandean con órganos. Y los puertorriqueños que vivan entonces, recordarán con respeto a sus rebeldes de ayer.

Hay dos boricuas admirables en las cárceles imperiales: Ana Belén Montes y Oscar López Rivera. Principalmente a este último dedicamos este artículo.

Oscar fue un activista político-comunitario, promotor del alfabetismo y la rehabilitación de drogadictos, quien sufrió dos condenas en USA.

La primera en 1981, por oposición al régimen neocolonial vigente en Puerto Rico, al exhortar a sacudírselo usando (supuestamente) la fuerza armada. Hacia tal fecha la sentencia promedio por un asesinato era de diez años. Él fue sentenciado a más de medio siglo entre rejas: 55 años.

En 1987 (¿quizás "entrampado" por provocadores?) le agregaron otra condena, por conspiración para escapar. Guiándonos por la sentencia promedio que entonces se imponía a los reos que cometían escape real de prisión, uno esperaría que se le gravara con unos dos años adicionales. Pero no: la suma consistió en nada menos que 15 años…

Un total de 70 años de cárcel, sin asesinar a nadie.

No se entiende tal saña. Y tampoco por qué no se mostró igual severidad con los policías boricuas pro-yanquis que en 1978 emboscaron y asesinaron a sangre fría a los independentistas Carlos Soto Arriví y Arnaldo Darío Rosado, en el Cerro Maravilla.

En cuanto a Oscar, el ensañamiento contra él ha sido pertinaz y desalmado: lo pusieron en celda solitaria por 12 años. Sufrió privaciones de sueño; destrucción de sus obras de arte y lectura; obstáculos a visitas familiares; negación a entrevistas con los medios hasta el 2013 en que se le permitieron las entrevistas (telefónicas). Un encono bastante similar al vertido sobre su compatriota Montes.

Pero el rebelde tenía corazón suficiente para enfrentar toda esa rabia. El hombre capaz de rehusar la propuesta de Clinton de una conmutación, ya que sus compañeros de lucha no estaban incluidos en aquella, es un alma grande, como Mandela. Eso incrementa la fiereza del verdugo, empequeñecido por tanta estatura moral.

Por eso, en 2011 se le negó a Oscar la libertad con un show donde se recordó un crimen que jamás le fue imputado en su sentencia original: el cruel acto de bombardeo al restaurante Fraunces Tavern en Wall Street, cuando los enfurecidos independentistas puertorriqueños les ocasionaron por una vez cuatro muertos y 55 heridos, a quienes atesoran sus capitales sobre la sangre y angustia de millones de víctimas, y durante incontables generaciones.

Personalmente, maldigo todo atentado a civiles, sin excepción, e incluyendo éste. Pero en el caso presente algo debería recordarse: "el infame ataque (…) fue una respuesta directa y explícitamente identificada, al atentado con bomba del 11 de enero de 1975 en Mayagüez, Puerto Rico, donde un operador entrenado por la CIA detonó una bomba que causó la muerte a dos independentistas y un niño, e hirió severamente a diez más" [1] Lleve Usted a un pueblo a la desesperación, y obtendrá estas respuestas condenables, pero comprensibles.

Muchas razones tienen los puertorriqueños de conciencia para irritarse contra la burguesía yanqui. Tras la conquista bélica a España, surgió una ficción de gobierno bajo la jurisdicción última del Congreso gringo. Había que jurar fidelidades al amo, aprender inglés y adaptarse a leyes foráneas, en una caricatura de país muy bien custodiada por el FBI.

Desangrando a la juventud insular en sus innúmeras guerras, donde la usa como carne de cañón, el Dueño hace allí lo que desea. Ayer su Marina provocaba a la Isla daños ecológicos en Vieques. Otrora incluso ha emulado a los nazis, cuando promovió misóginamente la esterilización femenina de las boricuas (a quienes a veces se les negaba el acceso laboral, si antes no eran esterilizadas), o al permitir el probarse en ellas medicamentos experimentales.

Caso de peligrar el estatus quo, el Presidente de Washington-César de Borinquén podía enviar sus cañones, y todo resuelto. De hecho, los 19 asesinados en la masacre de independentistas en Ponce, y las salvas de la aviación y artillería estadounidense bombardeando Jayuya al proclamarse allí la emancipación, eran una señal clara de que no habría derecho a la "disidencia". Ésta se prohibió legalmente, pues con la famosa Ley 53 de 1948 se ilegalizó el "aconsejar", el "imprimir", y el "ayudar a organizar" el derrocamiento del gobierno colonialista [2]. Un ejemplo notable: Isabel Rosado Morales fue cuatro veces presa por "disidente" (1950, por violar "la Ley Mordaza" colonial; 1954, por su cercanía a Albizu Campos; 1979 y 2000, por manifestarse pacíficamente contra los militaristas ocupantes en La Isla Nena).

La frase justificativa para esas represiones era el temor al "uso de la violencia" independentista. Hipocresía. Los propios estadounidenses surgieron de una rebelión implacable contra un imperialismo. "Incitadores a la violencia anti-británica" fueron Thomas Jefferson, John Adams y Ben Franklin. El "Motín del Té", el Primer Congreso Continental, la Declaración de Independencia de los revolucionarios norteños, son actos insurreccionales anti-coloniales tan legítimos, como el izado por Lolita Lebrón en pleno Congreso Imperial de esa bandera tricolor tan similar a la cubana (y prohibida por Washington desde 1898 a 1952), la cual encarnaba el sueño de Martí sobre la independencia conjunta de Puerto Rico y Cuba.

Fue tratando de "cazar" a Samuel Adams y a Hancock, "inspiradores de la violencia sediciosa", que los Casacas Rojas del Rey Jorge III terminaron agredidos por los colonos sublevados en la batalla de Lexington. Acto desafiante de un pueblo ocupado contra su dominador, con idéntica valía al de los revolucionarios boricuas en la Base Muñiz, cuando el 12 de enero de 1981 dañaron 11 aviones yanquis (aparatos con buen historial de hazañas contra niños vietnamitas, quemados con Napalm).

Si George Washington y sus legionarios hubieran vivido en el siglo XX y tuvieran el chance de atacar la Corte londinense, no pienso que hubieran vacilado en hacer lo mismo que quienes pretendieron atentar contra Truman y el Congreso. Como mismo tampoco dudo de que los británicos, caso de atrapar al Comandante en Jefe de las 13 Colonias, hubieran sido tan "clementes" con él, como lo fue el FBI con el anciano luchador Filiberto Ojeda, a quien dejó morir desangrándose sin atención médica. O quizás hubieran experimentado médicamente en su cuerpo, tal como los doctores pro-yanquis, émulos de Mengele, con los rayos X emitidos sobre el inerme Pedro Albizu Campos, culpable de ejercer el Derecho Humano Universal de la Resistencia a la Opresión.

En esta lucha anti-colonial ha habido un claro deslinde: el pueblo descendiente de aquellos taínos que no creían en la divinidad de los españoles (tan rebelde contra la Corona ibérica como heroico ante británicos y holandeses) es el heredero espiritual de aquellos colonos-milicianos de Massachusetts, que en el siglo XVIII desafiaban a las tropas regulares de Londres y a sus mercenarios hessianos. Mientras que La Casa Blanca, se ha convertido en digna sucesora de los mismos tiranos aristócratas contra los cuales tronaba la Revolución Francesa: "Los hombres de todos los países son hermanos y los diferentes pueblos deben ayudarse entre ellos según su poder, al igual que los ciudadanos de un mismo Estado. Aquél que oprime a una nación, se hace enemigo de todas…" (Convención, 24/04/1793).

Hoy USA hubiera mandado a asesinar a Hidalgo en México, a Bolívar en Venezuela o a Carlos Manuel de Céspedes en Cuba, por predicar y organizar el derrocamiento del colonialismo. Y de ahí el gran temor del Imperio a los puertorriqueños de conciencia: porque ellos desnudan su máscara de "Adalid universal de las libertades humanas", y lo exhiben como rapaz conquistador y esclavizador de pueblos pequeños.

En su juicio, Oscar no procuró justificarse ni defenderse. No le hacía falta: la causa de la libertad contra el coloniaje se defiende por sí sola. Aunque en una mazmorra, él está ya redimido; más que sus carceleros y que toda la nación opresora. Aquel pueblo que oprima a otro pueblo hermano, no es un pueblo libre.

Y unas pocas palabras sobre la otra insurgente: Ana. Como mismo George Washington fue un "traidor al servicio de potencias extranjeras", pues aceptó la ayuda de España y Francia para liberarse de Londres , la compañera Montes colaboró con Cuba contra el Monstruo devorador de la tierra y el alma de su pueblo. Ella siguió también la voz de la poetisa Lola Rodríguez de Tió, cuando aquella clamaba "Bellísima Borinquén, a Cuba hay que seguir".

Hoy el apellido "Tió" figura entre los de quienes luchan por Ana y Oscar. Y junto con éste, resuenan el de Betances y el de Ríus Rivera. Y el de Sandino, Guevara, Allende, Lumumba, Ho-Chi-Min, Gandhi… el de todos los que aman la emancipación de los pobres y el fin de todos los vasallajes.

Notas:
[1] https://portside.org/2016-01-06/oscar-l%C3%B3pez-rivera-and-cabanillas y https://lareviewofbooks.org/essay/oscar-lopez-rivera-and-the-cabanillas/
[2] Muestra clara de hipocresía en esos mismos Estados Unidos que tanto acusan a Cuba por aquella "Primavera Negra" del 2003, cuando se juzgó a los que colaboraban como quintacolumnistas con ésos que aún justifican oficialmente su Embargo, por la " Ley de Comercio con el Enemigo".

Oscar López Rivera, Nelson Mandela y el colonialismo de los Estados Unidos 


Oscar López Rivera es un luchador por la independencia de Puerto Rico. Tiene la distinción nada envidiable de ser el prisionero político puertorriqueño en los Estados Unidos que más tiempo lleva encarcelado. El cargo que se le imputó fue conspiración sediciosa, es decir, conspirar para acabar con el dominio del gobierno estadounidense en Puerto Rico mediante la fuerza, vía membresía en las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN)

Ángel L. Carrión Maymí, músico y bloguero puertorriqueño. En The Postcolonialist

Inicialmente, fue condenado a 55 años de prisión en 1981; luego en 1987, se le añaden 15 años adicionales a su sentencia por un alegado intento de escaparse de prisión, un cargo que según su abogada, Jan Susler, fue fabricado por el gobierno estadounidense.[1] En total, la sentencia de López Rivera suma 70 años de prisión. Hasta la fecha, ha cumplido 32 de esos años. Susler, en una entrevista con el periódico digital Noticel, dijo:
Cuando lo acusan a él y los demás [nacionalistas puertorriqueños] de conspiración básicamente es porque el gobierno no sabía quién había hecho qué, ni qué específicamente habían hecho. Conspiración no es haber hecho algo. Es una acusación de haberse puesto de acuerdo para terminar con el control colonial de los Estados Unidos en Puerto Rico. Si el gobierno estadounidense supiera que estas personas hubieran cometido algo específico, los hubiesen acusado de otros delitos, pero no fue así. Ante la falta de evidencia, sólo los acusaron de conspiración sediciosa.[2]
Al ser arrestados, López Rivera y sus compatriotas se negaron a reconocer la jurisdicción de los Estados Unidos, amparándose en que el control de Estados Unidos sobre Puerto Rico es ilegítimo y un crimen contra la humanidad, y que por lo tanto, son prisioneros de guerra y sus respectivos casos deben ventilarse ante un tribunal internacional. A pesar de ser esta una posición reconocida por diversos organismos de derecho internacional, el gobierno estadounidense se negó a reconocerla y los juzgó como criminales comunes.[3]

Antecedentes históricos

Para entender el caso de López Rivera, es necesario saber un poco acerca de la historia de Puerto Rico. El país sufre un problema centenario de estatus político desde que fue invadido por los Estados Unidos en 1898, a raíz de la Guerra Hispano-Estadounidense (conocida también como la Guerra Hispanoamericana), de donde Estados Unidos emergió como una potencia mundial. Hasta ese momento, la isla había sido una de las últimas colonias (junto con Cuba y las Filipinas) que le quedaban al Imperio Español luego de las guerras de independencia del resto de Latinoamérica. Desde entonces, la isla se convirtió en posesión de ultramar de los Estados Unidos, sujeta a la voluntad del Congreso estadounidense, el cual tiene la última palabra sobre los asuntos concernientes a Puerto Rico. Con el cambio de soberanía, se impuso un gobierno militar que duró hasta 1900, año en que el Congreso aprobó la Ley Foraker, que proveyó para la creación de un gobierno civil, y se decretó el inglés como idioma oficial de enseñanza pública, el cual se mantuvo hasta 1948.
En este mismo año se le permitió a los puertorriqueños elegir mediante el voto a su propio gobernador. Hasta la fecha, el gobernador era designado por el Presidente de los Estados Unidos. En 1952 se estableció el estatus actual de Puerto Rico, conocido como el Estado Libre Asociado (ELA), traducido al inglés en documentos oficiales como Commonwealth. En la práctica, el ELA no trajo un cambio real en las relaciones entre Puerto Rico y Estados Unidos, ya que la soberanía del país sigue en manos del Congreso y cualquier cambio a la Constitución de Puerto Rico tiene que contar con su visto bueno. Puerto Rico tampoco cuenta con representación ante el gobierno federal, salvo por un Comisionado Residente que no tiene derecho al voto en el Congreso. Los habitantes de Puerto Rico tampoco tienen derecho al voto presidencial. La isla está obligada por ley, además, a utilizar exclusivamente la marina mercante estadounidense, la cual se encuentra entre las más caras del mundo.
Desde el momento de la invasión, se luchó para librar a Puerto Rico del dominio estadounidense por distintos medios dentro y fuera del sistema electoral, incluyendo la lucha armada. Uno de los ejemplos más dramáticos de lucha armada fue la insurrección nacionalista ocurrida en 1950. José “Che” Paraliticci, en su libro Cien años tras las rejas: Historia de los presos independentistas puertorriqueños bajo el régimen de los Estados Unidos, escribió: “Desde que Estados Unidos invadió a Puerto Rico en 1898 y comenzó a regir política y militarmente sobre el país, no ha habido una sola década en que algún independentista no haya ido a la cárcel, tal vez con la excepción de la década del veinte.”[4] La persecución del independentismo se agudizó durante las décadas del cuarenta y cincuenta, convirtiéndose en uno de los momentos en que más violentamente se reprimió.

La campaña para excarcelar a Oscar López Rivera

El caso de López Rivera llama la atención por distintas razones. Primeramente, su sentencia es desproporcionalmente excesiva, considerando que no se le halló culpable de ningún acto violento. De hecho, cuando fue sentenciado en 1981, el promedio de años impuesto como sentencia por asesinato era de 10.3, lo que hace su sentencia sobre cinco veces más larga que el promedio por asesinato.[5] Otro aspecto que llama la atención es que en 1999 el entonces Presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, le ofreció a él y a otros prisioneros políticos un indulto si cumplían diez años más. López Rivera lo rechazó porque no se le extendió a dos de sus compatriotas en prisión, José Alberto Torres y Haydée Beltrán. Actualmente, Torres y Beltrán ya han sido excarcelados, mientras López Rivera sigue en prisión.[6] Por último, se destaca la atención internacional que su caso ha recibido en el último año, con un coro de voces abogando por su excarcelación entre las cuales se pueden contar ejemplos tan diversos como el cantante Ricky Martin, el grupo musical Calle 13, el arzobispo anglicano sudafricano Desmond Tutu, la líder indígena guatemalteca Rigoberta Menchú, la activista por la paz norirlandesa Mairead Corrigan Maguire, el activista argentino por los derechos humanos Arturo Pérez Esquivel y personas de todos los sectores políticos en Puerto Rico, en Estados Unidos y el resto del mundo.
La campaña para excarcelar a López Rivera ha cobrado ímpetu desde el 2012, al cumplirse 30 años de su encarcelación. Actualmente existen varios esfuerzos e iniciativas para crear conciencia del caso, tanto a nivel local como internacional, y para presionar al Presidente Barack Obama a que le conceda un indulto. Algunos ejemplos notables son las marchas simultáneas celebradas en las ciudades de San Juan, Nueva York, Chicago y Washington, D. C. el 23 de noviembre de 2013 y la manifestación realizada el último domingo de cada mes por el grupo 32 x Oscar. Adicionalmente, cada semana el periódico El Nuevo Día publica las cartas que López Rivera le envía a su nieta. Es muy probable que el ímpetu y la cierta urgencia con que se ha llevado a cabo la campaña en el último año para la excarcelación de López Rivera tenga que ver con el hecho de que el Presidente Obama esté en su segundo término. Al no poder postularse nuevamente en las elecciones de 2016 por disposición constitucional, es más probable que salga electo un candidato del GOP, aminorando considerablemente las probabilidades de conseguir un indulto para López Rivera.

Oscar López Rivera y Nelson Mandela: Avatares del mismo espíritu

El caso de López Rivera expone las tensiones entre Puerto Rico y los Estados Unidos, producto de su relación colonial al ser un ejemplo obvio de cómo los puertorriqueños no tienen poder para decidir el destino de uno de sus ciudadanos, algo que instintivamente se (re)siente en la psiquis puertorriqueña, independientemente de las afiliaciones o simpatías políticas de cada cual.[7] El caso también revela las contradicciones inherentes al coloniaje. Recientemente, el mundo sufrió la pérdida de Nelson Mandela, quien fue, al igual que López Rivera, prisionero político por su lucha contra el apartheid en Sudáfrica. En medio de los múltiples honores ofrecidos a la memoria de Mandela, incluyendo de parte del Presidente Obama, es fácil olvidar que Mandela figuró en la lista de los terroristas más buscados de los Estados Unidos hasta hace poco y que su encarcelación en Sudáfrica se dio gracias a la cooperación del gobierno estadounidense. En 1990 se le organizó un homenaje a Mandela en la ciudad de Nueva York, en ocasión de su visita a los Estados Unidos a los pocos meses de haber sido excarcelado. Para aquel entonces, el alcalde era David Dinkins, el primer alcalde negro que había tenido Nueva York y cuya campaña recibió el apoyo de la comunidad puertorriqueña. Entre los organizadores del homenaje había varios puertorriqueños que jugaron un papel clave en la elección de Dinkins. Estos propusieron que se invitaran a compartir tarima con Mandela a los nacionalistas puertorriqueños Lolita Lebrón, Rafael Cancel Miranda y Oscar Collazo, quienes también habían sido prisioneros políticos. Al enterarse el Servicio Secreto de la intención de los organizadores, se comunicaron con Dinkins, quien hizo declaraciones públicas tildando a los nacionalistas puertorriqueños de “asesinos”. Lo irónico de este episodio es que para ese entonces Mandela todavía aparecía en la misma lista de terroristas que López Rivera.[8] Más adelante, Mandela declaró públicamente que hubiera sido un honor para él compartir tarima con los nacionalistas puertorriqueños, que al igual que él, luchaban por la liberación de su pueblo.[9]
Las similitudes entre Mandela y López Rivera son varias. Ambos hombres comparten la experiencia de ser prisioneros políticos, ambos fueron acusados de conspiración sediciosa, ambos abrazaron la lucha armada como mecanismo para alcanzar el autogobierno, ambos figuraron en la lista de terroristas de los Estados Unidos y ambos contaron con el apoyo abrumador de sus respectivos pueblos para su excarcelación. Como escribió Howard Jordan en un artículo para el Institute of the Black World:
While Oscar López Rivera’s name does not have the international immediate name recognition of Mandela’s, the parallels are striking. Both Mandela and now Oscar López were jailed for “seditious conspiracy” for trying to overthrow a colonial government that was violating international law and committing “crimes against humanity.” Also in their respective eras Mandela and Oscar were the longest held political prisoners, receiving disproportionate sentences though having never engaged in any act of violence. Both men were also tortured, held in solitary confinement, and had barbaric acts committed against their persons in prison.
Both freedom fighters garnered calls for their release from religious leaders, Members of Congress, elected officials and celebrities. Nobel Prize Laureate and South African Archbishop Desmond Tutu stated that López’s only crime was “conspiring to free his people from the shackles of imperial injustice.”[10]
Sobre la lucha armada es necesario añadir que las visiones de ambos hombres sobre la violencia son complejas. Tanto López Rivera como Mandela abogaron por la lucha armada para lograr sus objetivos en el sentido de que es el derecho de todo pueblo recurrir a ella cuando se le oprime y se le niega su derecho a la autodeterminación. Sin embargo, ninguno se regocijaba cuando se recurría a la violencia en nombre de la liberación nacional,[11] una actitud muy diferente del extremista fanático que indiscriminada y ciegamente está dispuesto a cometer atrocidades en nombre de su ideal, sea el que sea.
Oscar López Rivera es un prisionero político en un país que niega categóricamente la existencia de ellos en sus cárceles. Sin embargo, efectivamente los tiene. A pesar del esfuerzo llevado a cabo por el gobierno estadounidense para invisibilizar esta realidad, y en particular el caso de Oscar, el reclamo para su excarcelación ha sido demasiado fuerte como para ignorarse. Queda por ver si el Presidente Obama mejorará su pobre récord de conceder indultos (el más bajo de todos los presidentes en historia reciente)[12] y entenderá la profunda contradicción de ser ganador de un Premio Nobel de la Paz, y a la vez, carcelero de prisioneros políticos. 
NOTAS
  1. Jan Susler, “The Case of Oscar López Rivera”, The People’s Law Office, 31 de diciembre de 2012. http://peopleslawoffice.com/case-of-oscar-lopez-rivera/.
  2. Rafael R. Díaz Torres, “¿Por qué sigue preso Oscar López Rivera?”, Noticel, 2 de junio de 2013. http://www.noticel.com/noticia/142617/por-que-sigue-preso-oscar-lopez-rivera.html.
  3. Jan Susler, “The Case of Oscar López Rivera”.
  4. José “Che” Paraliticci, Cien años tras las rejas: Historia de los presos independentistas puertorriqueños bajo el régimen de los Estados Unidos, citado en Alejandro Torres Rivera, “El caso de Oscar López Rivera y la justa causa de su libertad ante la visita de Obama a Puerto Rico”, Red Betances, sin fecha. Accedido el 28 de diciembre de 2013. http://www.redbetances.com/columnas/alejandro-torres-rivera/752-alejandro-torres-rivera.html.
  5. Jan Susler, “The Case of Oscar López Rivera”. Cuando el juez federal Thomas McMillen leyó las sentencias de López Rivera y otros nacionalistas que estaban siendo procesados en el mismo juicio, mencionó lo siguiente: “You know, if George Washington had been captured by the British during the American Revolution he wouldn’t have been put in the penitentiary or jailed; he would have been executed. And that, as a matter of fact, is the penalty which should be imposed on Count 1 [seditious conspiracy] in this case.” U.S. v. Carlos Torres, Transcript of Sentencing Hearing, February 18, 1981, p. 20.
  6. Otros nacionalistas puertorriqueños encarcelados para el mismo tiempo que López Rivera fueron Luis Rosa, Ricardo Jiménez, Elizam  Escobar, Carmen Valentín, Carlos Alberto Torres, Dylcia Pagán, Adolfo Matos, Alicia Rodríguez, Alejandrina Torres, Edwin Cortés y Alberto Rodríguez e Ida Luz Rodríguez. Alejandro Torres Rivera, “El caso de Oscar López Rivera y la justa causa de su libertad ante la visita de Obama a Puerto Rico.”Red Betances, sin fecha. Accedido el 28 de diciembre de 2013. http://www.redbetances.com/columnas/alejandro-torres-rivera/752-alejandro-torres-rivera.html.
  7. En Puerto Rico, las afiliaciones políticas usualmente están definidas en base a la fórmula de estatus que se favorece para el país: independencia, anexión a los Estados Unidos como un estado, la libre asociación (república asociada) o alguna variante del estatus territorial actual.
  8. El nombre de Mandela se removió de la lista oficialmente en 2008. “Mandela taken off US terror list”. BBC News, 1 de julio de 2008. http://news.bbc.co.uk/2/hi/world/americas/ 7484517.stm.
  9. Wilma E. Rivera Collazo. “Mandela y Puerto Rico”. Correo del Orinoco, 18 de diciembre de 2013http://www.correodelorinoco.gob.ve/politica/mandela-y-puerto-rico-opinion/.
  10. Howard Jordan, “Nelson Mandela and Oscar López Rivera: Let Freedom Reign from South Africa to Puerto Rico”. Institute of the Black World, sin fecha. Accedido el 31 de diciembre de 2013. http://ibw21.org/news/nelson-mandela-and-oscar-lopez-rivera-let-freedom-reign-from-south-africa-to-puerto-rico/.
  11. Manuel de J. González, “Obama ante el martirio de Mandela y Oscar López”. 80 grados, 5 de julio de 2013. Publicado originalmente en el periódico Claridad el 2 de julio de 2013. http://www.80grados.net/obama-ante-el-martirio-de-mandela-y-oscar-lopez/.
  12. Cora Currrier, “Despite New Pardons, Obama’s Clemency Rate is Still Lowest in Recent History”. ProPublica, 5 de marzo de 2013. http://www.propublica.org/article/despite-new-pardons-obamas-clemency-rate-is-still-lowest-in-recent-history.
TRABAJOS CITADOS

- Currier, Cora. “Despite New Pardons, Obama’s Clemency Rate is Still Lowest in Recent History”. ProPublica, 5 de marzo de 2013. http://www.propublica.org/article/despite-new-pardons-obamas-clemency-rate-is-still-lowest-in-recent-history.
Díaz Torres, Rafael. “¿Por qué sigue preso Oscar López Rivera?”. Noticel, 2 de junio de 2013. http://www.noticel.com/noticia/142617/por-que-sigue-preso-oscar-lopez-rivera.html.
González, Manuel de J. “Obama ante el martirio de Mandela y Oscar López”. 80 grados, 5 de julio de 2013. Publicado originalmente en el periódico Claridad el 2 de julio de 2013. http://www.80grados.net/obama-ante-el-martirio-de-mandela-y-oscar-lopez/
Jordan, Howard. “Nelson Mandela and Oscar López Rivera: Let Freedom Reign from South Africa to Puerto Rico”. Institute of the Black World, sin fecha. Accedido el 31 de diciembre de 2013. http://ibw21.org/news/nelson-mandela-and-oscar-lopez-rivera-let-freedom-reign-from-south-africa-to-puerto-rico/
Kurshan, Nancy. “America’s Own Political Prisoners”. Counterpunch, 16 de diciembre de 2013. http://www.counterpunch.org/2013/12/16/americas-own-political-prisoners/
“Mandela taken off US terror list”. BBC News, 1 de julio de 2008. http://news.bbc.co.uk/2/hi/world/americas/7484517.stm
Reverón Collazo, Wilma E. “Mandela y Puerto Rico”. Correo del Orinoco, 18 de diciembre de 2013. http://www.correodelorinoco.gob.ve/politica/mandela-y-puerto-rico-opinion/
Santiago, Francisco A. “Por qué nos manifestamos por Oscar frente a Corte Federal”. Libertad para Oscar López Rivera, 8 de julio de 2013.  http://libertadparaoscar.org/index.php?option=com_content&view=article&id=416:por-que-nos-manifestamos-por-oscar-frente-a-corte-federal&catid=98:oscar&Itemid=473
- Susler, Jan. “The Case of Oscar López Rivera”. People’s Law Office, 31 de diciembre de 2012. http://peopleslawoffice.com/case-of-oscar-lopez-rivera/
Torres Rivera, Alejandro. “El caso de Oscar López Rivera y la justa causa de su libertad ante la visita de Obama a Puerto Rico”. Red Betances, sin fecha.  http://www.redbetances.com/columnas/alejandro-torres-rivera/752-alejandro-torres-rivera.html.
Marchan por la liberación de Oscar López Rivera

La actividad congregó a diversos sectores de la sociedad civil

Claridad, Puerto Rico



(Teresa Canino)

Diversos sectores de la sociedad civil coincidieron esta mañana en la marcha denominada “Oscar 100 x 35 excarcelación ya”, en reclamo a la liberación del preso político Oscar López Rivera, quien hoy cumple 35 años tras las rejas.
El licenciado Eduardo Villanueva, portavoz de la actividad, precisó que la marcha congregó a figuras políticas como el presidente del Senado, Eduardo Bhatia; la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz; la senadora y candidata a la gobernación por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), María de Lourdes Santiago; y el candidato a la gobernación por el Partido del Pueblo Trabajador (PPT), Rafael Bernabe, entre otros.
“También han dicho presente diversos sindicatos, movimientos universitarios y ecológicos, aparte de mucha prensa local e internacional”, dijo Villanueva a El Nuevo Día.
La marcha, agregó, partió a las 11 a.m. desde la marginal de la carretera PR-16, en los predios del Centro de Convenciones de Puerto Rico, y está supuesta a culminar en la Plaza de la Barandilla en el Viejo San Juan.
“Hay dos elementos en los cuales el pueblo de Puerto Rico, independientemente de su preferencia de status, hay consenso: el respeto y reclamo al derecho a la autodeterminación de Puerto Rico, y que se descolonice a Puerto Rico, sobre todo ahora que Estados Unidos ha asumido la postura de que estamos sujetos a los poderes del Congreso, es decir, que somos una colonia”, sostuvo Villanueva.
“Esos son los elementos que mantienen preso a Oscar López Rivera hace 35 años… por combatir ambas cosas. Creo que, según vayan avanzado los procesos sociales y políticos, la gente tendrá claridad de que el Gobierno de Estado Unidos ha dejado clara su posición sobre Puerto Rico”, agregó.
Se espera que la marcha concluya con un acto político-cultural con la participación de un junte de pleneros.
“Se seguirán uniendo organismos internacionales, varios jefes de estado y asociaciones de periodistas. Esto no es un reclamo de un sector específico, sino del pueblo de Puerto Rico. Oscar López Rivera se ha vuelto el símbolo de la resistencia y del proceso de descolonización”, concluyó.

1 comentario:

  1. Propongamos a Albert Rivera que luche por la libertad de este preso. Su especialidad son los derechos humanos de los presos de conciencia.

    ResponderEliminar