“Llaman provocación a las verdades que nosotros proclamamos,
mientras que las mentiras que ellos cuentan se convierten en verdades absolutas.
Nuestra lucha por la independencia y el bienestar de nuestros pueblos es tachada de insumisión,
y el saqueo que ellos hacen de nuestras riquezas se llama obra civilizadora.
Así escriben ellos la historia, y así se la aprende la mayor parte de la Humanidad”.
mientras que las mentiras que ellos cuentan se convierten en verdades absolutas.
Nuestra lucha por la independencia y el bienestar de nuestros pueblos es tachada de insumisión,
y el saqueo que ellos hacen de nuestras riquezas se llama obra civilizadora.
Así escriben ellos la historia, y así se la aprende la mayor parte de la Humanidad”.
Thomas Sankara.
En esta parte sur del hemisferio, poco se sabe sobre quién fue Thomas Sankara, conocido con el apodo de: “el Che Guevara negro”.
Efectivamente, como él denunció en uno de sus discursos, “ellos” son los que escriben la historia. Una historia de mentiras y engaños, de invisibilizaciones intencionadas y sesgo colonialista. De continuo desprecio por el África profunda, sus pueblos y sus luchas.
Conocer la figura de Sankara y rescatarla del olvido, nos hace re-conocernos en una misma lucha. Ayer y hoy, por la liberación de la esclavitud de la deuda. Una lucha que le costó su propia vida, pero que no se apago con él.
Por eso, este 15 de octubre, en el 25 aniversario de su asesinato, queremos reivindicar la figura de Thomas Sankara y su lucha contra la dominación de la deuda.
JUBILEO SUR / AMERICAS
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Texto: Pablo Herrero GaristoTraducción: Miguel Borba Sá / Jubileo Sur Américas
El 15 de octubre de 1987, era asesinado el presidente de Burkina Faso, Thomas Sankara. Había llegado al poder en 1983, a los 33 años, a través de un golpe de Estado dado por militares revolucionarios, organizado por él y su amigo Blaise Compaoré. El mismo que, cuatro años más tarde, lo traicionó y asesinó en un sangriento contragolpe auspiciado polos Estados Unidos, Francia y sus aliados africanos.
Apenas llegó a la presidencia, Sankara se pronunció a favor de llevar adelante una “revolución democrática y popular”, inspirada en el ejemplo de la Cuba socialista. Se definió como un ferviente antiimperialista y puso en marcha una serie de medidas, que en poco tiempo empezaron a mostrar cambios profundos en su país.
Su gobierno suprimió los honores y beneficios que gozaban los jefes tribales, incluyó a las mujeres en su gabinete de ministros y dispuso una serie de medidas de austeridad. Renunció al sueldo que tenía estipulado como presidente y se quedó con el modesto salario de capitán. Cambió el menú presidencial por el <TO>, la comida diaria de los pobres de su país, Vendió todos los automóviles Mercedes-Benz oficiales y los cambió por Renault 5, el más barato en ese momento. Cuando vio que sus hijos se distanciaban de la austeridad que había marcado su infancia, decidió llevarlos a vivir al Barrio de Chabolas, donde él había crecido, abandonando el Palacio presidencial. Su madre siguió teniendo, como una más, el puesto en la feria del mercado.
Sus medidas sociales fueron de avanzada para el África de ese tiempo. Prohibió y persiguió la ablación de los genitales femeninos, y fue el primer gobierno africano en reconocer que el Vih-Sida era una gran amenaza para la región. Dispuso que el depósito de provisiones del Ejército se convirtiera en un almacén estatal para abastecer a la población, lo que fue el primer “supermercado” del país.
Devolvió las tierras a los campesinos y promovió la pequeña agricultura familiar, dejando de lado el modelo agro-exportador impuesto, con el fin que la población se autoabasteciera y que las empresas multinacionales dejaran de lucrar con los alimentos. Una verdadera medida de soberanía alimentaria.
Impulsó la inversión en políticas educativas, salud pública y combate a la pobreza, contrariando lo que habían dispuesto para su país el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Estás políticas lograron disminuir sensiblemente el analfabetismo y la mortalidad infantil en poco tiempo, gracias a las brigadas de vacunación.
En el primer aniversario de su gobierno, propuso cambiar el nombre de su país, la ex-colonia francesa de Alto Volta por Burkina Faso, que significa en mossi y djula, las dos lenguas mayoritarias, “el país-o la patria- de los hombres íntegros”.
Sankara, junto a Fidel Castro, fue uno de los pocos que se atrevió a denunciar el costo humano del pago de la deuda externa y su papel de dominación y control sobre los países del Tercer Mundo. En diferentes encuentros internacionales levantó su voz para denunciar la herencia colonial de la deuda externa.
Tal vez el discurso más significativo sea el que pronunció en 1987 en la Cumbre de Jefes de Estado Africanos:
“El origen de la deuda viene de los orígenes mismos del colonialismo. Quienes nos prestan dinero son aquellos que nos colonizaron antes. Son aquellos que gestionan nuestros estados y economías. Nosotros no teníamos ninguna relación con esa deuda. Por eso no podemos pagarla”.
“La deuda son los colonialistas transformados en «asistentes técnicos». En realidad, deberíamos decir asesinos técnicos. Y son ellos los que nos propusieron las fuentes de financiación, los prestamistas o «proveedores de fondos». Una expresión que se emplea cada día como si hubiera hombres cuya «provisión» fuera suficiente para crear el desarrollo en otros países”.
“La deuda, en su forma actual, es una reconquista de África […] De manera que cada uno de nosotros se convierta en un esclavo financiero, es decir, simplemente un esclavo de quienes han tenido la oportunidad, la astucia, la trapacería de invertir sus fondos en nuestros países con la obligación de que los reembolsemos”.
“La deuda no puede ser reembolsada [pagada] porque, en primer lugar, los prestamistas no se morirán en caso que no paguemos. Si pagamos, los que moriremos somos nosotros […] Aquellos que nos llevaron a endeudarnos, jugaron como si estuvieran en un casino. Mientras ellos ganaban, no había problemas. Pero ahora que ellos pierden, nos exigen que paguemos”.
“¡Nosotros no podemos reembolsar [pagar] la deuda, porque no hay nada que pagar! Nosotros no somos los responsables de ella. No podemos pagar la deuda porque, al contrario, nos deben lo que las mayores riquezas nunca podrán pagar: la deuda de sangre. Fue nuestra sangre la derramada”.
Y finalizó su discurso haciendo un llamado a la unidad de los países africanos y a la conformación de un club de países contra el pago de la deuda.
“Oímos hablar de muchos clubes, Club de Roma, Club de París […] Es nuestro deber crear un frente unido de Addis Abeba (*) contra la deuda. Sólo de este modo podremos decir hoy que negándonos a pagar no venimos con intenciones belicistas sino, al contrario, con actitud fraternal para decir la verdad […] Así, nuestro Club de Addis Abeba tendrá que explicar porque esa deuda no debe ser pagada.
“Si Burkina Faso, solo, se negara a pagar la deuda, ¡yo no estaré presente en la próxima conferencia! En cambio, con el apoyo de todos podríamos evitar pagar. Y evitando el pago podríamos dedicar nuestros magros recursos a nuestro propio desarrollo”.
Apenas tres meses y medio después de este discurso, Sankara fue asesinado por el que consideraba su hermano, Blaise Compaoré, el actual presidente de Burkina Faso.
Su figura, sin duda, es un ejemplo para el movimiento contra la deuda de los países del Sur. Por eso reivindicamos su lucha: ¡nuestra lucha!
Thomas Sankara ¡Presente! ¡Ahora y siempre!
(*) Addis Abeba es la capital de Etiopía, donde se llevo adelante la Cumbre de Jefes de Estado Africanos en 1987.
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CONVOCATORIA 15 DE OCTUBRE
Llamado a una movilización internacional contra la deuda pública para rendir homenaje a Thomas Sankara
El 15 de octubre de 1987, después de cuatro años como presidente de Burkina Faso, Thomas Sankara perdió la vida durante un golpe de Estado. Había luchado por la dignidad de su pueblo y por un nuevo auge de la liberación del continente africano con una nueva generación de jefes de estado dedicados al servicio de su gente y capaz de hacer frente a las potencias imperialistas. Thomas Sankara fue asesinado, sin duda, por su lucha contra el neo-colonialismo y más concretamente contra la esclavitud moderna, causada por la deuda pública.
En julio de 1987, en la organización de la Unidad Africana (OUA) y antes que cualquier otro líder africano Thomas Sankara, un pionero en la materia, denunció el sistema de la deuda implementado por las potencias occidentales, obviamente con la colaboración de algunos dirigentes del Sur y con el objetivo de recuperar la soberanía de los pueblos.
Ese nuevo sistema destinado a oprimir a los pueblos de África, América Latina y Asia se basó principalmente en la aplicación de los planes de ajuste estructural (SAPs) impuestos por las instituciones de Bretton Woods (FMI y Banco Mundial) con el apoyo de las viejas metrópolis y en favor de las multinacionales del Norte.
Consciente de que los principales acreedores internacionales pondrían en peligro su vida como consecuencia de esta última batalla, Thomas Sankara apeló a la creación de un frente unido contra la deuda pública. Su apelación, lamentablemente, no tuvo éxito entonces.
Veinticinco años más tarde, mientras el sistema de la deuda sigue provocando la apropiación de la soberanía popular y el empobrecimiento de la gran mayoría de la población africana, los pueblos del Norte también son víctimas de una crisis de la deuda sin precedentes. El colapso de la burbuja inmobiliaria y el rescate bancario llevado a cabo por los estados sin consulta pública – que ha agravado la carga de la deuda pública, en gran parte ilegítima – prueba hasta qué punto Thomas Sankara tenía razón cuando denunciaba el «casino» la economía.
En los últimos 30 años, lejos de los flashes y cámaras de televisión, el mundo financiero se ha opuesto a las personas, causando millones de muertes. Antes sólo compartidas por los países del Sur, las condiciones y medidas de austeridad se han extendido hacia el norte, sumiendo a las personas en una confusión y angustia devastadoras. La situación actual en Grecia, Portugal e incluso Irlanda, donde el FMI -junto con la Unión Europea y el Banco Central Europeo (BCE)- interviene directamente en los asuntos internos del Estado, nos recuerda la situación del Sur en la década de los ‘80.
En los últimos treinta años los pueblos del Sur han estado luchando contra la dictadura de los acreedores y en particular la del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial dos instituciones anti-democráticas que sirven a los mercados financieros así como a los grandes bancos privados y las multinacionales que provocaron la crisis económica actual.
En este contexto de crisis y para resistir los ataques de las políticas de austeridad en todo el mundo ha llegado el momento de que la población mundial, del Sur y del Norte, responda a la llamada de Thomas Sankara y cree un frente unido contra la deuda pública.
En respuesta a la llamada de Thomas Sankara y para rendir homenaje a su lucha pionera y como resultado del encuentro de Niono del 2 de noviembre de 2011, nosotras , las organizaciones y movimientos sociales de Burkina faso, así como muchas otras organizaciones y movimientos sociales africanos, hacemos un llamamiento a un Encuentro internacional y un diálogo Sur-Norte sobre Deuda Pública en Uagadugú (Burkina Faso) del 13 al 16 de octubre 2012 , con un día de celebración en memoria de Thomas Sankara, el 15 de octubre de 2012.
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