Traducción del inglés: María M. Delgado.
Cuadro de opinión pública israelí al final del texto
A medida que se acercan las elecciones, la temporada de encuestas de
opinión pública ya está entre nosotros. Pero he aquí una encuesta (1)
más preocupante y significativa en sus revelaciones que las que nos
informan si Yair Lapid está despegando o Ehud Barak está cayendo en las
encuestas.
Ésta pone al descubierto un retrato de la sociedad israelí, y la
imagen es muy, muy enferma. Ya no son sólo los críticos en el país y en
el extranjero, sino los israelíes mismos los que están abiertamente, sin
vergüenza y sin culpa, definiéndose a sí mismos como racistas
nacionalistas.
Nosotros somos racistas –están diciendo los israelíes-, practicamos
el apartheid e incluso queremos vivir en un Estado de apartheid. Sí,
esto es Israel.
Entre sus terribles resultados, la encuesta descubre un cierto candor inocente. Los israelíes admiten que esto es lo que son y no están avergonzados de ello. Encuestas similares se habían realizado antes, pero nunca los israelíes habían aparecido tan satisfechos de sí mismos, aun al admitir su racismo. La mayoría de ellos piensa que Israel es un buen lugar para vivir, y la mayoría de ellos piensa que éste es un Estado racista.
Es bueno vivir en este país, dice la mayoría de los israelíes, no a
pesar de su racismo, sino tal vez a causa de él. Si se revelara una
encuesta así sobre la actitud hacia los judíos en un Estado europeo,
Israel habría puesto el grito en el cielo. Pero cuando se trata de
nosotros, las reglas no se aplican.
La parte “judía” de la “democracia judía” ha ganado a lo grande. Lo
“judío” le hizo knock-out a la “democracia”, reventándola contra las
cuerdas. Los israelíes quieren más y más judío y menos y menos
democracia. A partir de ahora, no digamos más “la democracia judía”. No
existe tal cosa, por supuesto; no puede existir. A partir de ahora,
digamos: “el Estado Judío”, sólo judío, y nada más que para los judíos.
¿Democracia? Claro, por qué no. Pero sólo para los judíos.
Porque eso es lo que quiere la mayoría. Porque así es como la mayoría
define su Estado. La mayoría no quiere que los árabes voten por el
Parlamento, no quiere tener vecinos árabes ni compañeros de clase
árabes. Dejen que nuestro campo sea puro; tan limpio de árabes como sea
posible; y tal vez aún más.
La mayoría quiere carreteras segregadas en Cisjordania, y no se
inmuta ante lo que esto implica. Incluso la connotación histórica no le
molesta en lo más mínimo. Quiere discriminación en los lugares de
trabajo, y quiere transferencia [de población]. Basta de encubrimiento y
de simulación. Esto es lo que queremos. Porque eso es lo que somos.
La derecha probablemente atacará al Fondo Nuevo Israel por haber
encargado la encuesta. ¡Horror!, va a chillar; ¡izquierdistas que odian a
Israel! Pero el griterío de la derecha no va a cambiar el resultado.
Esto fue hecho por una empresa de sondeos confiable y reconocida.
Además, ¿qué hay de malo en la encuesta? ¿Qué hay de nuevo que no
supiéramos antes, aparte de la pérdida de la vergüenza? Dejemos que la
derecha demuestre que no somos así, que muchos israelíes quieren vivir
con los árabes. Que la mayoría ve a los árabes como gente como ellos,
iguales en derechos y oportunidades. Vamos a ver cómo demuestran que la
encuesta es errónea. Eso sería un verdadero motivo de celebración.
La encuesta no sólo enfrenta a los israelíes con su presente, sino
también con su futuro. Ese parece haber sido el principal objetivo de
quienes la llevaron a cabo. La encuesta les dice a los israelíes:
ustedes querían asentamientos, querían ocupación, quieren a Netanyahu, y
no han hecho nada por la solución de dos estados, que ya murió. Ahora
vamos a ver cuál es la alternativa.
La alternativa, como cualquier niño sabe, es un solo Estado. ¿Un
Estado? La mayoría de los israelíes dice que será un Estado de
apartheid, pero no hace nada para evitarlo. Algunos de ellos incluso lo
desean. Ni siquiera se preguntan: ¿Hacia dónde vamos? ¿Adónde nos están
llevando? ¿Cuál es la visión para los próximos 10 o 20 años? Bueno, si
todo va bien, si todo continúa tal como está ahora, los israelíes saben
cuál es la respuesta, y es una amarga verdad.
Hasta entonces, la imagen de Israel 2012 es la siguiente: no queremos
a los árabes, no queremos a los palestinos, no queremos igualdad, y al
diablo con todo lo demás.
Valores: shmvalores; moral: shmmoral (2).
Democracia y Derecho Internacional: esos son asuntos para los
antisemitas, no para nosotros. Nosotros seguiremos votando a Netanyahu,
recitando que somos la-única-democracia-de-Medio-Oriente, y gimiendo que
el mundo entero está contra nosotros.
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