sábado, 10 de agosto de 2013

La crisis de las hipotecas basura sigue sacudiendo Estados Unidos 6 años más tarde

- Los presidentes de las principales entidades que generaron la crisis mantienen su puesto.
- El Departamento de Justicia norteamericano investiga por la difusión de los créditos subprime que provocaron la crisis actual: Goldman Sachs (de donde procede Mario Draghi), Bank of America y JP Morgan acusados de monopolizar los derivados de crédito.
- A finales de 2007, un analista francés vaticinó: "En breve la Bolsa de Nueva York se hundirá".

Daniel Fernández, en Público

Los responsables de la crisis hipotecaria que estalló en Estados Unidos en agosto de 2007 empiezan a pagar el daño producido, aunque sea únicamente una pequeña parte. JPMorgan Chase & Co, el banco estadounidense más grande por activos, está siendo investigado desde este miércoles por las divisiones civil y penal del Departamento de Justicia sobre los ofrecimientos de valores respaldados por hipotecas.

Una cuestión similar ocurre con Bank of America. El Departamento de Justicia y el regulador bursátil han presentado este jueves una demanda contra el segundo mayor del país acusándole de "no haber revelado riesgos significativos" en relación a los créditos subprime. El Bank of America habría defraudado a los inversores omitiendo los riesgos asociados con bonos respaldados por títulos hipotecarios.

Estados Unidos continúa de este modo su cruzada contra las principales entidades que provocaron la crisis de los créditos subprime, también conocidos como créditos basura o de alto riesgo, en lo que fue la antesala de la crisis sistémica que se produciría posteriormente. No obstante, las sanciones que han pagado hasta ahora dichas organizaciones se antojan insuficientes, según varios analistas, en comparación con las ganancias multimillonarias que han obtenido gracias a tan arriesgadas medidas.

Varias de ellas se habían mantenido prácticamente indemnes hasta ahora: Goldman Sach pactó con la Comisión del Mercado de Valores el pago de una multa por valor de 550 millones de dólares tras cometer el "error" de dar "información incompleta" a sus clientes; sin embargo, su presidente, Lloyd Blankfein, mantiene su cargo al frente del banco de inversión. Mismo caso ocurre con Jamie Dimon en de JP Morgan, Brian Moynihan en Bank of America, Vikram Pandit en Citygroup y Deven Sharma en la agencia de calificación Standard & Poor's.
Una crisis anunciada
El 9 de agosto de 2007, del que este viernes se cumplen seis años, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo (BCE) inyectaron 250.000 millones de dólares para que los mercados, debilitados por la maltrecha salud bancaria, vieran garantizada su liquidez. La decisión de ambos bancos centrales fue una respuesta a la tensión que provocó en el mercado la decisión del banco francés BNP de suprimir tres fondos tóxicos. Este episodio fue el primero donde se vio que la crisis había contagiado a Europa.
No obstante, el origen de la misma en el país norteamericano se produjo un año atrás, cuando el 5 de diciembre de 2006 colapsaba el banco californiano Ownit Mortgage Solutions, el primero en especializarse en créditos subprime.
La concesión de hipotecas a las familias de menores recursos dio paso a la devolución de casas por parte de los hogares que no pudieron hacer frente al pago de unos créditos que habían aumentado de forma rápida y repentina. Al recuperar los bancos semejante cantidad de viviendas, el precio de ésta bajó violentamente, la burbuja inmobiliaria estalló y las entidades bancarias se vieron con millones de inmuebles vacíos y carentes de una fuente de ingresos vital.
El colapso de Ownit Mortgage Solutions implicó a otras entidades, como Merrill Lynch, y degeneró en la contracción del crédito que supuso el pistoletazo de salida de una crisis que el economista Immanuel Wallerstein calificó como "la fase terminal del sistema capitalista".
La Reserva Federal no sólo se limitó a inyectar enormes sumas de capital, sino que su intervención incluyó también una no menor bajada de los tipos de interés. 
Aquellos parches tuvieron un efecto balsámico, pero por poco tiempo. En Europa se escucharon voces de alama, como la del analista Jacques Attali, quien a finales de 2007 avisó: "En breve la Bolsa de Nueva York se hundirá". Aquel comentario se convirtió en profecía cuando Lehman Brothers, entonces el cuarto mayor banco de inversión del país, se declaró en bancarrota el 15 de septiembre de 2008.
Un mercado monopolizado

El pasado 1 de julio la Comisión Europea (CE) acusó a los trece mayores bancos europeos y estadounidenses de monopolizar el mercado de derivados de crédito, rama a la que pertenecen las hipotecas subprime, y de impedir la entrada entre 2006 y 2009 la entrada de grandes operadores en el mercado de futuros.
"Si se confirma que los bancos colectivamente bloquearon las operaciones en el mercado de derivados, la Comisión podrá imponer sanciones", afirmó entonces Joaquín Almunia, vicepresidente de la CE.
Entre los acusados por el órgano ejecutivo de la Unión Europea se encuentran Goldman Sachs, Bank of America y JP Morgan; que siguen copando, seis años más tarde, el mercado de unos créditos cuya proliferación ya produjo las más graves dificultades a las que se enfrenta en la actualidad el capitalismo.

1 comentario:

  1. Se parece ser una situación de Catch 22, ya que los consumidores van a los bancos para la financiación y los bancos siguen, de una manera u otra a desdibujar las líneas para hacer dinero.

    Siempre será que la oferta y la demanda siguen siendo la piedra angular de la economía de mercado, estos problemas seguirán. No olvidemos que, incluso después de que el gobierno federal rescató a los bancos, los bancos no dudaron en comenzar llenarse los bolsillos de las empresas con los mismos fondos que iban a ser utilizados para ayudar a los bancos a sobrevivir. Como consumidores, no debemos también ser responsable de tomar decisiones seguras y sano? ¿Seguimos a utilizar los productos de préstamos basura que ofrece el banco y poner en peligro a nuestros propios medios de subsistencia y los del mercado económico, que nos afectan a todos. Tal vez es hora de que nosotros, como consumidores, tomen una postura y decidir nada más y buscar mejores productos en otros lugares.

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