Baudoin Loos, en A l'encontre. Traducción para VIENTO SUR: Faustino Eguberri
El punto culminante de ese movimiento de masas contra la hogra (el desprecio, el abuso de poder, la injusticia) y la marginación de la región debía haber tenido lugar el pasado 20 de julio en una manifestación anunciada como histórica. Desgraciadamente para los organizadores, el poder central marroquí reaccionó con una represión general, acentuando la que ya había soportado el movimiento desde su inicio.
Desde entonces, las reivindicaciones se han vuelto más concretas y se refieren a la liberación de los centenares de detenidos, condenados o a la espera de juicio, ligados a este movimiento de protesta.
Este 3 de octubre, en Casablanca, lejos el Rif, una veintena de detenidos comparecían ante sus jueces. Decenas de otros han sido ya condenados a diferentes penas, con un funesto récord para el joven (18 años) Jamal Ouled Abdennabi, condenado a 20 años de prisión en primera instancia. Y las detenciones continúan, diariamente. "Las asociaciones locales cuentan entre tres y diez nuevas detenciones al día", señala la ONG EuroMedDroits al final de un comunicado destinado a dar a conocer "el deterioro de las condiciones de detención de los presos políticos del Hirak".