miércoles, 11 de septiembre de 2013

A 40 años del golpe: ¡No perdonamos, No olvidamos, la lucha continúa!

A cuarenta años del Golpe de Estado contra el gobierno de Salvador Allende y el pueblo de Chile, desde el Movimiento Libres del Sur queremos saludar y honrar a los miles de compañeros y compañeras víctimas de la persecución política, la tortura y la brutal represión que vivieron a manos de los militares. A sus familias que han sufrido la desaparición de sus seres queridos y la amargura de no tener justicia hasta el día de hoy. A todos ustedes nuestro mensaje sigue siendo indeclinable: Nosotros No perdonamos, nosotras No Olvidamos.

Movimiento Libres del Sur, Chile. Septiembre, 2013

Mientras en este país a los criminales y torturadores se les siga cobijando y tratando como héroes, mientras no se sepa la verdad sobre los casos de miles de compañeros y compañeras detenidos desaparecidos, y mientras las injusticias de ayer, sigan oprimiendo a la mayoría de nuestro pueblo, no podemos perdonar y mucho menos olvidar. Es por esta razón que nuestro camino avanza retomando la senda de los caídos, impulsando la lucha por la recuperación del cobre, de los recursos naturales, de la educación gratuita, de la salud y la vivienda digna, de los trabajares y trabajadoras por sus derechos, de los pueblos originarios y de las miles que se levantan por todo Chile.

El Golpe militar de 1973 vino a combatir el proyecto político y social de los trabajadores y del movimiento popular que hasta ese momento había conquistado gran parte de sus reivindicaciones. El proceso revolucionario en los cortos años de la Unidad Popular, desarrollo una conciencia transformadora en las amplias masas de trabajadores la cual se manifestó directamente en la generación de espacios de poder dual (como los cordones industriales o los comandos industriales) y en la ampliación de sus demandas sectoriales, que fueron más allá de cuestiones económicas o reivindicativas.

El movimiento popular y su fuerza, que muchas veces sobrepasaron a los partidos políticos, fue el motor de las transformaciones que vivió el país en esos años. Cada fábrica, población o asamblea estudiantil, fueron los gérmenes de un nuevo Chile que nació desde abajo y a la izquierda.

En esa coyuntura de avances y conquistas para el pueblo, el golpe de Estado dejo caer toda su fuerza contra el despojamiento de los privilegios y de las riquezas de la burguesía nacional y trasnacional. Su fuerza se centró en reprimir abierta y masivamente a los trabajadores, desarticulando el poder que habían acumulado hasta esos días y eliminando los derechos sociales ganados por el pueblo.

El Golpe militar apoyado por la Derecha política y la complicidad de la Democracia Cristiana, truncó los sueños de miles de chilenos y chilenas por vivir mejor. Con él, comienzan una serie de transformaciones contra revolucionarias en el ámbito económico, político, social y cultural del país que significaron en concreto nuestra derrota. La profundidad de estas transformaciones llevó a que por un lado, se desmantelaran todos los derechos generales de los sectores populares y se cooptara y reprimiera a sus organizaciones. Por otra parte, a que se impulsara la  privatización de diversos sectores productivos y de servicios para entregárselos a capitales extranjeros, a que se desregularizara el mercado y se extendiera a casi la totalidad de los ámbitos de la sociedad y  que en términos políticos, el estado se despojara de toda responsabilidad en cuanto a derechos sociales y democráticos, secuestrando los espacios de participación, generando una institucionalidad coercitiva y excluyente que finalmente ha tenido por función garantizar la libertad del lucro, de los negocios privados y asegurar la gobernabilidad del duopolio político.

Es por estos motivos que nosotros y nosotras decimos que en Chile se respira dictadura, porque la contra revolución neoliberal siguió profundizándose con los gobiernos de la Concertación y de la Derecha hasta el día de hoy. Porque en Chile la palabra justicia no existe para los más desposeídos, porque todavía continúa el saqueo indiscriminado de nuestros recursos naturales, porque al pueblo mapuche lo siguen reprimiendo y asesinando en sus tierras usurpadas, porque en chile la palabra “derechos” no existe.

Somos un país donde lo único que no se ha privatizado es nuestra indignación y convicción de que la lucha continúa. Eso no lo podrán arrebatar jamás, porque la historia de nuestro pueblo está  presente la memoria de todos y todas los que se levantan contra el capitalismo y porque la historia la seguimos escribiendo hoy.

Por todos nuestros caídos: No perdonamos, No olvidamos. Nuestro mejor homenaje es seguir luchando.

Movimiento Libres del Sur.


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