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asociación". (5 de junio. Esquerda.net)
Ricardo Cabral Fernandes. Master en Ciencias Políticas. En Esquerda.net. 4 de junio. Traducción: Txema Abaigar
La medida del PS de cortar con los contratos con los colegios privados ataca las rentas de un determinado sector de la burguesía, pero ello ¿significa que rompe con la línea que el PS ha seguido de defensa de los intereses de la burguesía? No, la práctica del partido en cuestiones bancarias y financieras son ilustrativas de eso mismo, como el caso del Banif demostró. Donde hay oferta pública de enseñanza, no hay financiación a la educación privada. Simple. Sin embargo, la medida quiere dar a entender que el PS es ahora firmemente de Izquierda, rompiendo con sus políticas de cariz social-liberal. Con este fin, los medios de comunicación social más claramente de derecha están desempeñando un papel clave en esta percepción. La burguesía nunca apuesta por un sólo caballo de carreras.
Una política de Izquierda sería unirse a esta medida de los contratos con los colegios otras que se basaran en una fuerte inversión en la escuela pública, como la construcción de escuelas donde no las hay y donde se escogió eligió para hacer estos mismos contratos, entre otros, entre otras. Se acabaría estructuralmente con esta financiación estatal a la enseñanza privada y se cumpliría con lo estipulado en la Constitución de la República Portuguesa (CRP), en particular, con el artículo 75, que establece en el apartado 1. "El Estado creará una red de establecimientos públicos de enseñanza que cubra las necesidades de toda la población."
Sin embargo, el PS no lo hará por "restricciones presupuestarias" y por respeto al Tratado de Presupuestos. Presentará propuestas que puedan mejorar la educación pública, que no tengan un impacto presupuestario significativo, pero no harán propuestas que la mejoren estructuralmente. No pasará de esto. El acuerdo entre éste y la Izquierda parlamentaria no ha cambiado su esencia, ni mucho menos. La nueva dirección del PS, personificada en António Costa, no rechazó el legado tanto de Antonio Guterres como de José Sócrates. El PS es y continuará perteneciendo al "arco de la burguesía" y el sueño de empujarle para la izquierda no pasa de ser un mero sueño. Es un acuerdo puntual que permite al PS mantenerse, en la percepción de su base social, como siendo de Izquierda, intentando evitar la creciente tendencia de disgregación por la que pasa la socialdemocracia europea. La ruptura del llamado "arco de gobernación" por Antonio Costa tuvo precisamente este objetivo. Cuanto más esperanza en el viraje a la izquierda del PS, mayor será la caída.
El movimiento de los colegios privados beneficia, en cierto sentido, al PS. Primeramente, tiende a "forzar" a la Izquierda parlamentaria a cerrar filas contra la derecha. Esta no puede dejarse encadenar por esta tendencia, apoyando la medida concreta, sino afirmando categóricamente que la defensa de la escuela pública no debe quedarse ahí. La presión sobre el PS es esencial. En segundo lugar, el movimiento no tiene fuerza suficiente como para obligar al gobierno a recular o, en caso extremo, a renunciar, por lo que no es peligroso por ahí tampoco. Tercero, aumenta la polarización entre la Izquierda y la derecha, sobre todo cuando se hace el contraste entre el anterior gobierno PSD-CDS y el actual, en este caso con el gobierno de Nuno Crato y de sus políticas que recuerdan lo peor de tiempos pasados. En cuarto lugar, esta polarización fortalece desmesuradamente la ilusión de que el PS ha abdicado de su cariz social-liberal, alejándose un poco más la "pasokización" (N.R.: minorización del Pasok griego) pero no evitando lo esencial. La polarización beneficia al PS por destacar las diferencias entre él y el PSD, un factor clave para la continuación de la alternancia gubernamental entre ambos. En quinto lugar, demuestra la naturaleza fundamentalista del CDS-PP y del PSD ante el votante común, que es considerado como mayoritariamente de centro y que defiende el Estado Social, lo que acentúa la crisis que la oposición de derecha vive en estos días. Los crecientes informes de que los colegios estarían obligando a los niños a escribir cartas y a participar en el movimiento, al mismo tiempo que pregonan la libertad de elección de los padres y alumnos sobre la institución educativa a la que quieren asistir, demuestra su fundamentalismo y su hipocresía, y que los argumentos no son coherentes con la práctica. Para defender el beneficio privado de unos cuantos colegios privados casi todo vale. Se prioriza el fundamentalismo en contra del sentido común de la racionalidad económica, especialmente teniendo en cuenta los fuertes recortes que la escuela pública ha sufrido en los últimos años. En consecuencia, las encuestas y y el apoyo al PS tenderán a aumentar en el corto plazo.
En este momento en que la defensa de la escuela pública se encuentra en la agenda política, urge profundizar las reivindicaciones en torno a su fortalecimiento. Es necesario exigir al PS que tome una posición más firme en la defensa de la escuela pública. Una posición que vaya más allá de esloganes, de anuncios simples y de meras cartas de intenciones y pasar necesariamente por una mayor inversión en la escuela pública. Una inversión para crear escuelas donde se necesitan y poner fin a la precariedad de los profesores, por ejemplo. Si mediante una significativa presión el PS no lo hiciera, entonces un poco más de su máscara de izquierda habrá caído. Si, por el contrario, lo hace, entonces quien gana es la escuela pública. Tod@s nosotr@s.
asociación". (5 de junio. Esquerda.net)
Ricardo Cabral Fernandes. Master en Ciencias Políticas. En Esquerda.net. 4 de junio. Traducción: Txema Abaigar
La medida del PS de cortar con los contratos con los colegios privados ataca las rentas de un determinado sector de la burguesía, pero ello ¿significa que rompe con la línea que el PS ha seguido de defensa de los intereses de la burguesía? No, la práctica del partido en cuestiones bancarias y financieras son ilustrativas de eso mismo, como el caso del Banif demostró. Donde hay oferta pública de enseñanza, no hay financiación a la educación privada. Simple. Sin embargo, la medida quiere dar a entender que el PS es ahora firmemente de Izquierda, rompiendo con sus políticas de cariz social-liberal. Con este fin, los medios de comunicación social más claramente de derecha están desempeñando un papel clave en esta percepción. La burguesía nunca apuesta por un sólo caballo de carreras.
Una política de Izquierda sería unirse a esta medida de los contratos con los colegios otras que se basaran en una fuerte inversión en la escuela pública, como la construcción de escuelas donde no las hay y donde se escogió eligió para hacer estos mismos contratos, entre otros, entre otras. Se acabaría estructuralmente con esta financiación estatal a la enseñanza privada y se cumpliría con lo estipulado en la Constitución de la República Portuguesa (CRP), en particular, con el artículo 75, que establece en el apartado 1. "El Estado creará una red de establecimientos públicos de enseñanza que cubra las necesidades de toda la población."
Sin embargo, el PS no lo hará por "restricciones presupuestarias" y por respeto al Tratado de Presupuestos. Presentará propuestas que puedan mejorar la educación pública, que no tengan un impacto presupuestario significativo, pero no harán propuestas que la mejoren estructuralmente. No pasará de esto. El acuerdo entre éste y la Izquierda parlamentaria no ha cambiado su esencia, ni mucho menos. La nueva dirección del PS, personificada en António Costa, no rechazó el legado tanto de Antonio Guterres como de José Sócrates. El PS es y continuará perteneciendo al "arco de la burguesía" y el sueño de empujarle para la izquierda no pasa de ser un mero sueño. Es un acuerdo puntual que permite al PS mantenerse, en la percepción de su base social, como siendo de Izquierda, intentando evitar la creciente tendencia de disgregación por la que pasa la socialdemocracia europea. La ruptura del llamado "arco de gobernación" por Antonio Costa tuvo precisamente este objetivo. Cuanto más esperanza en el viraje a la izquierda del PS, mayor será la caída.
El movimiento de los colegios privados beneficia, en cierto sentido, al PS. Primeramente, tiende a "forzar" a la Izquierda parlamentaria a cerrar filas contra la derecha. Esta no puede dejarse encadenar por esta tendencia, apoyando la medida concreta, sino afirmando categóricamente que la defensa de la escuela pública no debe quedarse ahí. La presión sobre el PS es esencial. En segundo lugar, el movimiento no tiene fuerza suficiente como para obligar al gobierno a recular o, en caso extremo, a renunciar, por lo que no es peligroso por ahí tampoco. Tercero, aumenta la polarización entre la Izquierda y la derecha, sobre todo cuando se hace el contraste entre el anterior gobierno PSD-CDS y el actual, en este caso con el gobierno de Nuno Crato y de sus políticas que recuerdan lo peor de tiempos pasados. En cuarto lugar, esta polarización fortalece desmesuradamente la ilusión de que el PS ha abdicado de su cariz social-liberal, alejándose un poco más la "pasokización" (N.R.: minorización del Pasok griego) pero no evitando lo esencial. La polarización beneficia al PS por destacar las diferencias entre él y el PSD, un factor clave para la continuación de la alternancia gubernamental entre ambos. En quinto lugar, demuestra la naturaleza fundamentalista del CDS-PP y del PSD ante el votante común, que es considerado como mayoritariamente de centro y que defiende el Estado Social, lo que acentúa la crisis que la oposición de derecha vive en estos días. Los crecientes informes de que los colegios estarían obligando a los niños a escribir cartas y a participar en el movimiento, al mismo tiempo que pregonan la libertad de elección de los padres y alumnos sobre la institución educativa a la que quieren asistir, demuestra su fundamentalismo y su hipocresía, y que los argumentos no son coherentes con la práctica. Para defender el beneficio privado de unos cuantos colegios privados casi todo vale. Se prioriza el fundamentalismo en contra del sentido común de la racionalidad económica, especialmente teniendo en cuenta los fuertes recortes que la escuela pública ha sufrido en los últimos años. En consecuencia, las encuestas y y el apoyo al PS tenderán a aumentar en el corto plazo.
En este momento en que la defensa de la escuela pública se encuentra en la agenda política, urge profundizar las reivindicaciones en torno a su fortalecimiento. Es necesario exigir al PS que tome una posición más firme en la defensa de la escuela pública. Una posición que vaya más allá de esloganes, de anuncios simples y de meras cartas de intenciones y pasar necesariamente por una mayor inversión en la escuela pública. Una inversión para crear escuelas donde se necesitan y poner fin a la precariedad de los profesores, por ejemplo. Si mediante una significativa presión el PS no lo hiciera, entonces un poco más de su máscara de izquierda habrá caído. Si, por el contrario, lo hace, entonces quien gana es la escuela pública. Tod@s nosotr@s.
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