Secretariado del Buró Ejecutivo de la Cuarta Internacional. 20 de junio de 2016
La resistencia de los trabajadores de la educación, enseñantes y profesores sobre todo de educación primaria, ha tratado de ser rota por el gobierno de Peña Nieto de diversas maneras. Se ha querido obligar a los profesores a someterse a un examen de evaluación educativa que en realidad es punitivo pues busca despedir de su trabajo a los que supuestamente no lo aprueben. El examen es diseñado con criterios mercantiles, en consonancia con la lógica privatizadora que desarrollan en todos los terrenos los gobiernos neoliberales en México. El examen sostiene criterios, por ejemplo, que no toman en cuenta las particularidades regionales y culturales del país. Le evaluación pretende estandarizar la educación eliminando estas particularidades regionales. Este tipo de evaluación afecta, por ejemplo, a los maestros de educación indígena que hablan otro idioma, además del español, pero que no es el inglés, sino lenguas indígenas. Al estandarizar la evaluación, ésta es discriminatoria y es pretexto para despedir maestros que supuestamente no aprueban el examen. El movimiento de oposición a la reforma educativa se ha negado a presentarse a los exámenes de evaluación pese a las amenazas de despido contra quienes no lo hagan.
El gobierno no acepta reunirse a dialogar con el movimiento que se opone a la reforma educativa y ha preferido abrir la represión contra el movimiento que incluye cada vez más sectores diferentes del magisterio, pero que tiene relevancia especial en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y en estados como Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Michoacán. En otros estados de la República la oposición está organizada por otras corrientes sindicales. Desde hace unas semanas la represión oficial ha venido subiendo cada vez más de tomo. Primero han empezado a despedir o dejar de pagar a miles de trabajadores en todo el país por no presentarse a los exámenes de evaluación y también por haber participado en alguna de las huelgas que han venido organizando secciones sindicales. Más recientemente han venido deteniendo ya a líderes sindicales, no solamente durante la represión de alguna movilización, sino con órdenes de aprehensión en sus casas y trasladándolos a cárceles muy lejanas de su lugar de trabajo y residencia. Ha sido el caso del secretario general de la sección 22, de Oaxaca, Rubén Núñez, quien ha sido llevado a una cárcel federal hasta el norteño estado de Sonora. Lo más grave ha ocurrido este fin de semana en que miles de policías federales han atacado simultáneamente en varios lugares del estado de Oaxaca a protestas del magisterio y bloqueos que realizaban en carreteras diversas. El domingo 19, además de decenas de heridos y detenidos, han matado por lo menos a 6 personas en estos ataques.
Recientemente se han venido organizando padres de familia, de niños en la escuela, en apoyo a los maestros en lucha. De tal manera que la represión de este fin de semana la han sufrido tanto los trabajadores de la educación como sectores del pueblo organizado, básicamente los padres de familia que apoyaban a los maestros de sus niños. La situación es muy grave pues en las horas siguientes la represión se extiende en varias partes del país. Incluso en la Ciudad de México, este lunes fueron atacados por la policía los que participaban en un mitin de solidaridad con Oaxaca. Es urgente frenar la represión y apoyar la lucha de los maestros de México contra la llamada reforma educativa. El gobierno dice que aceptará dialogar con el movimiento hasta que éste acepte la “reforma educativa” lo que es absurdo pues lo que los maestros quieren discutir es precisamente su oposición a la reforma. En realidad para el gobierno no hay otra opción que la de que los maestros se rindan y acepten sus condiciones.
La solidaridad internacional con el movimiento magisterial de México es fundamental en este momento. Así como en meses anteriores se expresó la solidaridad con el movimiento de Ayotzinapa por los 43 estudiantes todavía desaparecidos. Hay que recordar que los 43 son estudiantes de una escuela -la de Ayotzinapa- que forma maestros para educación rural e indígena. Este tipo de escuelas y maestros son también un objetivo de la reforma educativa que busca estandarizar la educación con criterios de eficiencia capitalista. Nuevamente el movimiento de solidaridad internacional con las luchas del pueblo mexicano debe expresarse en todas sus formas, con pronunciamientos específicos, protestas frente a consulados y embajadas mexicanas o como se ha hecho en otras ocasiones, de rechazo a las visitas de Peña Nieto a otros países del mundo. Mostrar en todo el mundo que los maestros y el pueblo mexicano no están solos en esta lucha. Que desde todas partes reclamamos el alto a la represión en México y la libertad de los nuevos presos políticos, activistas y dirigentes sindicales en oposición a la reforma educativa.
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