viernes, 18 de abril de 2014

Momentos cruciales para la izquierda revolucionaria en Grecia

En un contexto social continuamente marcado por los brutales ataques de la clase dominante seguidos de resistencia social, Grecia se aproxima a un importante calendario electoral.


Emil Ansker, de la coalición Antarsya. En Europe solidaire sans frontières. Tomado de VIENTO SUR

En el mes de mayo se celebrarán elecciones municipales, regionales y europeas. La coalición gubernamental PASOK (Partido Socialista)-Nueva Democracia (derecha), cuya política socava sus propias bases sociales, solo puede contar con una mayoría de dos diputados. Es probable que el primer semestre de 2014 vea el final de este gobierno agotado y que las elecciones legislativas se añadan al calendario que lleven al poder a Syriza. De forma reiterada, las encuestas le dan el primer puesto.

Syriza en los peldaños del poder


Creada en 2004,en las elecciones de junio de 2012 estla coalición de izquierda radical se convirtió en la primera fuerza de la oposición y la segunda del país. Los dieciocho meses transcurridos desde entonces han visto sufrir un cierto número de inflexiones políticas a Syriza hacia una política de gestión cuando, como ocurre a menudo, es objeto de un fuego mediático y político por parte de los “papagayos del sistema”. De este modo, en el último periodo, Alexis Tsipras se ha mostrado tranquilizador ante los acreedores afirmando en un discurso en Texas que Grecia no saldría de la zona euro por propia voluntad en ningún caso, “dado que las soluciones alternativas son peores” y “eso sería un desastre para Europa”. Esta posición que garantiza a priori el respeto al marco de la UE y de la zona euro está, por otra parte, en línea con con las posiciones del Partido de la izquierda europea (expuestas durante su reciente congreso de Madrid) que en octubre pasado decidió presentar a Tsipras a la presidencia de la próxima Comisión Europea. Sin embargo, internamente, no está excluido el escenario de una salida forzada de la zona euro, lo que lleva al “camarada-presidente” a abrirse, puntualmente, a las observaciones de la izquierda del partido.
Si en su último congreso Syriza adoptó los textos programáticos que establecían las grandes líneas de un gobierno de izquierdas, parece que la dirección aspira a soslayarlas, al igual que los trabajos de las comisiones internas, mediante la organización de siete “forums temáticos de personalidades y movimientos”. Se supone que mediante ellos, Syriza se va abrir a personalidades salidas del espacio de la socialdemocracia y va a formular orientaciones programáticas. Un ejemplo emblemático de esta “apertura”, el exdiputado del PASOK Louka Katselli, votó a favor del primer memorándum de 2010 y todavía hoy sostiene que era inevitable. La peliaguda cuestión de su acercamiento a Syriza, del que se habla desde hace meses, podría encontrar una modalidad concreta en estos fórums.

Durante esta apertura hacia la derecha, el congreso constituyente de julio de 2013, que hizo de la coalición un partido unificado, permitió a la dirección intentar imponer la disolución del conjunto de organismos que participan en Syriza. Esta medida aspiraba claramente a convertir la elección del presidente en un plebiscito y a hacer inaudibles los desacuerdos formulados por la izquierda del partido. Todo esto no impidió la formación de la Plataforma de izquierda que reúne el 30% de los delegados (representan más de 10.000 de los 35.000 votantes en el congreso) y el mantenimiento de varias organizaciones revolucionarias en el seno de Syriza.


Construcción de una oposición… una carrera contra reloj


El principal componente de la Plataforma de izquierda es la antigua corriente de Synapismos (eurocomunista, fuerza mayoritaria de Syriza hasta el último congreso) animada por Panagiotis Lafazani, portavoz del grupo parlamentario de Syriza. Salido del Partido Comunista griego (KKE), que abandonó en 1991 para tomar parte en la creación de Synaspismos, Lafazanis mantiene lazos y cuenta con una audiencia importante entre sectores obreros y sindicales de Syriza. Aunque reformista, su postura de clase más acentuada que la de la mayoría y su adhesión a la perspectiva del socialismo hacen de él la figura radical más conocida del partido. A pesar de una incuestionable toma de distancia en relación a la herencia “patriótica” y estalinista del KKE, a menudo las orientaciones de la Corriente de izquierda están marcadas por un enfoque monetarista de las cuestiones estratégicas, con la cuestión del euro como punto central. Veremos que esta problemática atraviesa toda la izquierda griega.

Constituida a finales de 2012, la Red Roja (que se expresa en el sitio Rproject) es el segundo componente de la Plataforma de izquierda. Reúne tres organizaciones trotskistas, la principal de ellas, DEA (Izquierda Obrera Internacionalista) cuenta con alrededor de 250 militantes. Kokkino (Rojo) no tiene más de una cuarentena después de la salida de una minoría que, sin embargo, apoya a la dirección de Tsipras, en 2012. APO (Grupo político anticapitalista) es una pequeña red en torno a un militante, Giorgos Sapounas. Hay un proceso de unificación de DEA y Kokkino pero no deberá finalizar antes del otoño de 2014, ya que la forma de intervenir y las características organizativas de estas dos corrientes son bastante diferentes.

Así pues, a oposición de izquierda se organiza a este doble nivel. En estos momentos, hay que apuntar los siguientes logros: los medias destacaraon los logros de la Plataforma en el congreso fue y la existencia de una oposición interna es un dato público conocido por todos. Además, a pesar de la tendencia natural de la Corriente a buscar compromisos con la dirección, la actitud de la Plataforma se radicalizó ligeramente al hilo de las últimas sesiones del Comité Central. En septiembre se abstuvo ante un texto que consideraba políticamente bastante correcto, haciendo críticas de fondo. Después, en el CC de octubre, la Plataforma propuso a votación un texto alternativo absteniéndose ante el texto mayoritario. Y en el CC de diciembre de 2013, votó contra la resolución política y el texto sobre la política europea de la mayoría, haciendo público un texto alternativo que no puso a votación. La tentativa de la dirección, este último verano, de hacer callar las voces discordantes mediante la exhibición de una unidad ficticia sigue siendo hasta la fecha un fracaso.

Sin embargo, la construcción de la oposición tropieza con límites y debilidades. El grado de integración de las estructuras de la Plataforma y de la Red roja es muy débil por no decir nulo. Por ahora, los militantes de cada grupo siguen interviniendo en el marco de sus organizaciones anteriores lo que, en parte, es fruto de la gran heterogeneidad de las perspectiva contempladas por unos y otros en caso de la constitución de un gobierno de izquierdas. Si DEA excluye el participar, Panagiotis Lafazanis y otros dirigentes de la Corriente de izquierda podrían ocupar algunos puestos ministeriales. De este modo, mientras unos tienden a mantener su independencia organizativa y se manifiestan dispuestos a asumir una eventual ruptura, los otros (mayoritarios) juegan a la crítica constructiva y la moderación con respecto a la dirección. Esto complica la estructuración de la oposición a nivel local y frena su capacidad de ganar y organizar a los miembros de Syriza.

La Red roja es el ala más radical de Syriza, pero es en gran medida dependiente de los diputados de la Corriente de izquierda para impulsar la oposición en las instancias del partido y en el grupo parlamentario. La Plataforma cuenta entre sus filas con 8 de los 71 diputados de Syriza, de los cuales dos son de DEA. Por último, la conservación de organizaciones separadas por parte de los impulsores de la Red roja plantea un problema a medio plazo. El compromiso al que se había comprometido la dirección en el congreso consistía en darles un “plazo razonable” para disolverse en las estructuras del partido, plazo nunca concretado. La interpretación de qué quiere decir “plazo razonable” estará sin suda relacionada a la evolución política general y a la voluntad de la dirección de no tener que ocuparse durante mucho tiempo de la oposición interna, por otra parte, ilegítima desde el punto de vista de los estatutos.

Antarsya y el ”frente común”


La coalición anticapitalisa Antarsya reagrupa desde 2009 una docena de organizaciones de extrema izquierda de tradición diversa, entre ellas la OKDE-Spartakos, sección griega de la IV Internacional. Las fuerzas con más peso en su seno son el NAR (Nueva corriente de izquierdas, salida de una antigua escisión del KKE) y el SEK (Partido socialista de los Trabajadores, vinculado al SWP británico). No cuenta con representación parlamentaria: obtuvo el 0,33% de votos en las elecciones de junio de 2012. En junio de 2013 Antarsya realizó un llamamiento a las fuerzas de la “otra izquierda” para construir una alianza de cara a las elecciones europeas . Esta llamamiento se tradujo en un encuentro el 3 del octubre pasado en el que participaron 6 organizaciones/1. Si la mayoría de ellas se sitúa en la perspectiva de un frente común, es la negociación con el “Plan B” la que concentra los debates.

Este movimiento creado por Alekos Alavanos hace dos años/2, reúne a personalidades mediáticamente bastante influyentes, pero sin base militante. Políticamente es heterogéneo; Alavanos salió como Lafazanis de la izquierda Synaspismos. Entre sus filas se encuentra también el grupo Paremvasi (Intervención) escisión de un grupo maoísta que hoy apoya la mayoría de Tsipras en Syriza. El discurso con el Plan B se centra sobre la salida del euro como principal medio de reconstruir el aparato productivo griego (a través de un dracma devaluado) y la anulación de la deuda. Esta postura aparentemente más radical que la de la dirección de Syriza, hay que relativizarla: este monetarismo obsesivo no ha desembocado en un programa de ruptura anticapitalista sino en un salvavidas económico del país en el marco del sistema burgués y en un gran reforzamiento de la retórica patriótica. Esta idea de la reconstrucción de un capitalismo nacional contra el imperialismo, mantenido por una concepción estratégica muy etapista, es la primera fuente de desacuerdos con Antarsya.

La segunda, reside en el hecho de que Alavanos tiende a que el programa avanzado en el marco del frente común sea bastante “razonable” para no asustar a la pequeña burguesía. De este modo, se ha eludido la cuestión de la salida de la UE (cuando se anunció la salida de la zona euro como central), porque si bien es una reivindicación justa, todavía no sería comprensible. Para Antarsya, las dos están indisolublemente unidas. Por último, existe un gran desacuerdo respecto a la inmigración. Si Antarsya mantiene la idea de una regularización de todas las personas inmigrantes, Alavanos insiste en la derogación de los acuerdos de Dublin para que puedan dejar el país... dando a entender que son demasiados numerosos en Grecia.

La propuesta de declaración común formulada por Antarsya tras la reunión del 3 de octubre fue rechazada por el Plan B por ser demasiado anticapitalista. Después, eéste tomo la iniciativa de nuevas discusiones sobre bases más edulcoradas. Antarsya se partió en tres: Los “neoaltusserianos” de ARAN y ARAS mantienen una alianza con el Plan B a nada que este clarifique su posición sobre la salida de la UE (apoyándose en que una parte del Plan B está más a la izquierda que Alavancos). Por su parte, el NAR piensa concluir un acuerdo haciendo adoptar al Plan B lo esencial del programa de Antarsya. Finalmente, las organizaciones trotskistas SEK y OKDE Spartakos consideran que no se dan las condiciones para una alianza con el Plan B pero defienden la alianza con las otras fuerzas implicadas en el proceso.

Paralelamente a estas discusiones, Antarsya desarrolla una campaña contra la presidencia griega de la UE. El 8 de enero, la manifestación a la que convocaba fue prohibida y brutalmente reprimida por la policía. El KKE y Syriza condenaron esta prohibición, sin llamar a la manifestación; Tsipras boicoteó la fiesta oficial de inauguración. La ausencia de la mayoría de la izquierda en esta ocasión es más lamentable que en 2003, pues la anterior presidencia griega había suscitado una campaña masiva y unitaria.

Antarsya ha sido el motor de las manifestaciones populares desde 2010, lo que se traduce en una progresión de sus tendencias sindicales tanto en el sector público como en el privado. En el último congreso de la federación del sector público ADEDY, Antarsya obtuvo dos representantes en el comité ejecutivo (dos también el KKE, 3 Syriza). En la unión local de Atenas de la federación del sector privado GSEE, la izquierda obtiene 16 plazas de 31 (de las cuales 9 KKE, 4 Syriza, 2 Anarsya) además, la izquierda anticapitalista es mayoritaria en la federación de enseñantes de secundaria. Estos resultados sin precedentes dan a Antarsya nuevas perspectivas para pesar el futuro.

Cualquiera que sean los avances parciales y las dificultades encontradas por unos y otros, en el próximo periodo se producirán, sin duda, enfrentamientos y tests políticos en el nuevo contexto de una izquierda en el poder... y una Aurora Dorada gozando de buena salud, segundo partido de la oposición. A pesar del arresto de sus dirigentes después del asesinato del rapero Pavlos Fyssas, el partido fascista logro mantener sus porcentajes de 2012. Normalmente subestimado en las intenciones de voto, algunas encuestas lo sitúan delante de Nueva democracia en las próximas elecciones. Dato que debería ser tenido en cuenta por la izquierda revolucionaria en la época que se avecina.

Notas
1/ Organización reconstrucción comunista (escisión trotskysta del NAR, de menos de 100 personas); EEK (Partido revolucionario de los travbajadores, vinculado al PO argentino, un centenar de militantes); OKDE – Lucha obrera (que no se junirá al proceso de reagrupamiento; Combate obrero (grupo en fase de formación dentro y fuera del KKE); Club de teoría revolucionaria; Plan B.
2/ Antiguo mienbro del KKE, president de Synaspismos de 2004 a 2007, y portavoz de Syriza antes que Alexis Tsipras, Alekos Alavanos abandonó la coalición en 2010 para crear el Plan B.

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