El Watan. Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR
La jornada comenzó de forma extraña con un hombre que salía de una mesa electoral con una urna bajo el brazo en Bejaia. Más tarde, como si no hubiera pasado nada, el jefe del estado, que no había aparecido en público desde mayo de 2012, salió de su casa en silla de ruedas para acudir a la oficina electoral. Durante toda la jornada ha habido motines que han sacudido la Kabilia: en Bejaia unos jóvenes han quemado neumáticos y cortado la carretera nacional la noche del miércoles al jueves. En Tizi Uzu ha habido enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden.
En Buira se han producido saqueos en las mesas electorales. Al final de la jornada un balance señalaba más de sesenta heridos. Mientras la televisión oficial difundía imágenes de argelinos que corrían para ir a votar, felicitándose por “el ambiente de convivencia” y la “serenidad” en la que se celebraba el escrutinio, la policía y la gendarmería desplegaban más de 260.000 hombres en todo el país, apoyados con cobertura aérea. La jornada ha terminado finalmente con un diluvio de tasas de participación dadas por los cuarteles generales de los candidatos, de los medios, de los magistrados, sin que una sola tasa oficial haya sido anunciada desde las 17 h: 37,04%. Al fin, a las 22:40, salió el veredicto: 51,70%.
Teniendo en cuenta la falta de interés por los mitines, una participación masiva no era algo muy probable. El Ministerio del Interior decidió, por otra parte, a finales de la tarde, prolongar la apertura de los colegios electorales por una hora. “La participación es lo único que verdaderamente está en juego en estas elecciones, explica el politólogo Murad Gumiri, presidente de la Asociación de Universitarios argelinos para la promoción de los estudios de seguridad nacional. Es importante por las consecuencias que tendría: una tasa débil debilitaría al clan en el poder, mientras que con una tasa alta podría negociar mejor sus intereses en la transición que va a prepararse”.
Antes incluso de que sean conocidos los resultados de los candidatos y la tasa de abstención sea real o trucada, el gran vencedor ya es conocido: la abstención. Y los primeros a alegrarse por ello son los partidarios del Frente del Boicot. “Desde 1997, el mayor partido del país es el de los abstencionistas, recuerda la politóloga Luisa Ait Hammaduche. La particularidad de este escrutinio es que el boicot ha sido defendido de forma organizada, por una alianza heterogénea que ha permitido federar un electorado más amplio hacia la abstención. Mientras las elecciones sigan siendo pluralistas pero sin competencia, un gran número de argelinos considerará que votar es inútil”.
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