- Alcanza el 80% en el caso de los países de África occidental, como Burkina Faso, Camerún, Guinea y Sierra Leona, y en algunos países de Asia y América.
- Por ejemplo, más del 80% de las personas carecen de una protección social de la salud en la India.
Cuatro de cada 10 personas en todo el mundo están excluidas de la protección social en materia de salud, si bien el porcentaje aumenta hasta el 80% en el caso de los países de África occidental, como Burkina Faso, Camerún, Guinea y Sierra Leona, y en algunos países de Asia y América.
Estos datos figuran en el informe ‘Superar la crisis global de la salud: políticas universales de protección de la salud’, hecho público por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con motivo del Día Mundial por la Cobertura Sanitaria Universal, que se celebra este viernes.
El estudio indica que un 38,9% de la población carece de cobertura sanitaria, porcentaje que se eleva al 80% en 44 países, ubicados no sólo en África occidental, sino también en Asia y en América. Por ejemplo, más del 80% de las personas carecen de una protección social de la salud en la India, en tanto que también hay considerables deficiencias en la cobertura sanitaria en Azerbaiyán, Bangladesh, Haití, Honduras y Nepal.
“La protección universal de la salud es fundamental para luchar contra la pobreza, reducir las desigualdades y fomentar el crecimiento económico. El desarrollo sostenible con trabajo decente para todos precisa de inversiones en la protección de la salud. Esta relación no puede ser ignorada en la formulación de políticas”, declaró el director general de la OIT, Guy Ryder.
El estudio de la OIT denuncia un elevado empobrecimiento relacionado con el gasto privado en salud como un obstáculo al acceso a la atención medica. En muchos países, como Sierra Leona, el 75% del total del gasto en salud proviene de recursos privados en la forma de pagos directos de los pacientes, lo cual ha agravado el empobrecimiento.
Además, el grado del empobrecimiento causado por los pagos directos en un país aumenta con el nivel de la población que vive por debajo de la línea de la pobreza. “Por lo tanto, son los más pobres con las necesidades más urgentes los más afectados, por tener que pagar de su bolsillo los gastos de asistencia médica”, explicó Xenia Scheil-Adlung, coordinadora de Políticas de Salud de la OIT.
DÉFICIT DE SANITARIOS
Otro factor determinante que ha contribuido con la crisis mundial de la salud, según la OIT, se refiere a la escasez de trabajadores de la salud, quienes con frecuencia están mal remunerados.
De hecho, la OIT calcula que son necesarios 10,3 millones de profesionales de la salud adicionales para reducir los déficits actuales y garantizar la atención sanitaria universal. En países como Haití, Nigeria, Senegal y Sierra Leona, unas 10.000 personas dependen de los servicios prestados por cinco o menos trabajadores de la salud, mientras que en un país de altos ingresos como Finlandia hay 269 profesionales de la salud por cada 10.000 habitantes.
El estudio muestra que el 56% de la población mundial que vive en las zonas rurales no tiene cobertura de la protección de la salud, en comparación con el 22% de la población urbana.
La población rural es también la más afectada por la carencia de profesionales de la salud. De los 10,3 millones de trabajadores de la salud que faltan en todo el mundo, alrededor de siete millones son necesarios en esas zonas.
“Durante décadas, los sistemas de salud pública de los países de bajos y medios ingresos no recibieron los fondos suficientes y no pudieron desarrollarse adecuadamente. Las soluciones provisionales, como los pequeños programas verticales (de vacunación por ejemplo), son insuficientes. Los países necesitan inversiones en los sistemas de salud universales”, comentó Isabel Ortiz, directora del Departamento de Protección Social de la OIT.
MÁS DINERO EN SALUD
El informe recalca que, desde 2010, las políticas de consolidación fiscal han detenido o revertido los progresos hacia la cobertura universal de la salud al incrementar la carga financiera en los hogares, reducir los servicios de salud y disminuir o imponer un límite a los salarios de los profesionales de la salud.
Explica que superar la crisis actual de la salud requiere de un cambio de orientación de las políticas hacia la protección universal de la salud y agrega que las inversiones en los sistemas de salud producen un crecimiento económico sostenible, un incremento de la productividad y el bienestar de las poblaciones, una razón por la cual países como Benín, Gabón, China, Estados Unidos y Filipinas han extendido la cobertura de salud en los últimos años.
El estudio de la OIT muestra que, independientemente del nivel de ingresos de un país, es posible avanzar hacia la protección universal de la salud. Una condición previa para lograrlo es que los países se comprometan firmemente a poner en práctica los derechos a la salud, a minimizar el gasto a cargo del paciente y a garantizar el número suficiente de profesionales de la salud calificados y decentemente remunerados.
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