Pierre Rousset. Fuente: NPA
El general Võ Nguyên Giáp
murió en Hanoi el 4 de octubre de 2013 a la edad de 102 años.
Militante anticolonialista y luego comunista desde los años
treinta, se convirtió en el responsable político-militar vietnamita
más renombrado, conocido principalmente por su papel en la batalla
de Điện Biên Phủ, que fue la sentencia de muerte del imperio
francés.
Después de Hồ Chí Minh —el Tío Hồ, del quien
estaba cerca—, Võ Nguyên Giáp
es el único dirigente del partido Comunista de Vietnam con renombre
internacional. Aunque otros cuadros del PCV merecerían ser más
conocidos, el prestigio de Giáp no es infundado: en el seno de una
dirección colegiada, Giáp encarnaba, a través de sus sucesivas
funciones, la vertiente político-militar de una lucha de liberación
nacional que se prolongó durante 30 años frente a las ocupaciones
francesa, japonesa y estadounidense.
Ya en la Segunda Guerra Mundial fue el encargado de constituir las
Brigadas de Propaganda armadas de las que nacería —tras la
revolución de agosto de 1945, la proclamación de la independencia
del país y la nueva invasión francesa en 1946— el Ejército
Popular, del que fue comandante en jefe. En 1954, jugó un papel de
primer orden en la victoria de Điện Biên Phủ, que firmó la
sentencia de muerte del imperio colonial francés. Tras ser apartado
en los años sesenta, ocupó nuevamente responsabilidades centrales
en las ofensivas de 1973-1975, que llevaron a la caída del régimen
de Saigón y a la huida desordenada de las últimas fuerzas
estadounidenses.
Un pensamiento político y militar
Inicialmente, el pensamiento militar vietnamita y la organización
del ejército de liberación deben mucho al precedente maoísta y a
la ayuda de asesores chinos. Los principios de la guerra del
pueblo son los mismos, pero tuvieron que ser adaptados a un
contexto diferente: Vietnam no podía, como China, jugar con la
inmensidad geográfica y demográfica o con la rivalidad entre
imperialismos (excepto en 1945). El PCV, sobre todo, desplegó como
nunca se había hecho antes el campo de acción política y
diplomática internacional: ayudar al desarrollo de los muy diversos
movimientos de solidaridad, reducir el coste de la fractura
chino-soviética, imponer progresivamente su propia autoridad en las
negociaciones de paz...
El vínculo entre movilización militar masiva, Frente de
Liberación Nacional y revolución social es uno de los principios
básicos de la llamada guerra del pueblo. En este terreno,
todos los textos de referencia vietnamitas subrayan los peligros
simétricos del «izquierdismo» (reducción del frente de
resistencia nacional por medidas sociales demasiado radicales) y el
«oportunismo» (desmovilización del campesinado por falta de
respuesta a sus demandas en materia de reforma agraria). La
originalidad de los escritos de Võ
Nguyên Giáp está en que no habla de generalidades, sino que
indica, aunque sea brevemente, cuándo cometió el PCV errores así.
Un gran prestigio
Marginado en el buró
político por el declive de Hồ Chí Minh, muerto en 1969, Giáp
conservó una rara libertad de expresión y dirigió la batalla
contra el núcleo
duro de
la dirección del partido y el «modelo
chino», con sus errores «de izquierda» (como la reforma agraria en
Vietnam del Norte) o «de derecha» (como la apertura generalizada al
mercado mundial). Todavía en 2009 libró —con cierto éxito— uno
de sus últimos combates, contra un proyecto gigantesco y destructor
de explotación por parte de China de minas de bauxita a cielo
abierto en las mesetas del sur.
Excluido del Comité Central en 1996, Võ
Nguyên Giáp no estaba en olor de santidad en el seno de la
dirección del PCV, pero conservaba un grandísimo prestigio no sólo
en el plano internacional sino también en Vietnam, y de ello da
muestra la considerable afluencia a las ceremonias oficiales en su
honor, el 13 de octubre, en numerosas ciudades, sobre todo en Hanoi,
en su provincia natal de
Quảng
Bình y en Ciudad Hồ
Chí Minh (Saigón). Una afluencia espontánea, de
norte a sur, con una más que notable presencia de una juventud que
no ha conocido los años de la guerra.
Traducido del francés por Daniel Gil.
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