Michael Voss, de la Dirección de Enhedslisten/ Alianza RojiVerde y militante histórico del Partido Socialista de los Trabajadores (SAP ), la sección danesa de la IVª Internacional. En Viento Sur
Debemos preguntarnos, también, si nuestro planeta puede sobrevivir a esta ambición por crecer cada vez más. Necesitamos una transformación ecológica radical de nuestra sociedad; tenemos que luchar por una semana laboral más corta y para un que no nos destruya".
Este fue uno de los mensajes clave del principal discurso político en la conferencia anual del partido de izquierda danés "Enhedslisten" (Red Green Alliance-RGA -Alianza RojiVerde). El discurso, que inauguró la Conferencia, corrió a cargo de la portavoz del partido, la parlamentaria Johanne Schmidt -Nielsen y, como es habitual, tuvo un gran eco en los media nacionales.
Más allá de la reducción del tiempo de trabajo Johanne Schmidt-Nielsen no presentó otras medidas anticapitalistas para hacer frente al cambio climático, si bien esta posición anticapitalista está claramente recogida en el nuevo programa del partido: el "Programa de Principios" que, tras dos años de debate, aprobó la Conferencia.
Aún cuando no utiliza el término "ecosocialista" la orientación de la nueva plataforma del partido es clara. En el capítulo que analiza el capitalismo dice:
"El capitalismo está a punto de estallar los límites naturales. (...) La causa fundamental de la crisis climática y del medio ambiente está en la producción con fines de lucro y en el principio del crecimiento sin límites. (...) La economía de crecimiento no es sostenible ecológicamente. El consumo de recursos naturales y su impacto en la naturaleza tal y como se da en los países enriquecidos del planeta supera ya lo que la naturaleza puede soportar".
El análisis también señala que, tanto en Dinamarca como a nivel mundial, la gente pobre es la más afectada por las consecuencias de la destrucción del medio. Y subraya que "el crecimiento verde" no es la solución, que es sólo una manera de crear nuevos mercados rentables."
Sobre los cambios necesarios, el "Programa de Principios" manifiesta:
"Tenemos que reducir el consumo material y, al mismo tiempo, mejorar la calidad de vida. En lugar de hacer un pastel más grande -con la esperanza de que todo el mundo tendrá un pedazo más grande- debemos implementar una redistribución radical de consumo para asegurar que las personas pobres del planeta -incluyendo a los pobres de los países ricos- pueden mejorar su nivel de vida. Tanto en Dinamarca como en otros países ricos nuestro principal objetivo es mejorar la calidad de vida mediante trabajando menos, reduciendo los residuos, generando productos de más calidad y más duraderos, así como incrementando los bienes no materiales: como la naturaleza, el conocimiento, la salud, las relaciones sociales y el desarrollo cultural.
Para llegar a ello es necesaria una planificación democrática; una planificación en la que son prioritarias las preocupaciones sociales y medioambientales a largo plazo en contraste con las ganancias a corto plazo y la exigencia del crecimiento."
Y para terminar: "El clima y las políticas medioambientales constituyen ámbito en la lucha defensiva cotidiana que necesariamente plantean la cuestión del poder en la gestión de la agricultura, el transporte y la producción; y en ese sentido, debe combatir el capitalismo".
La disonancia entre el radicalismo del discurso de la portavoz del partido y la plataforma del partido no es ninguna casualidad. Mientras que el RGA -especialmente sus diputados y diputadas- han tenido éxito en lo que respecta a la popularización de los problemas sociales y democráticos básicos, el partido ha invertido muchos menos esfuerzos para impulsar las exigencias y las soluciones anticapitalistas. Al mismo tiempo, se le ha dado muy poca importancia en la propaganda y la agitación a esas propuestas anticapitalista que las conferencias y la dirección nacional del partidos ya habían aprobado y desarrollado en los últimos años.
Este problema fue señalado claramente en el informe escrito de actividades que presentó la Dirección Nacional y fue aprobado por los delegados. Como representante de la Dirección Nacional presenté este balance en la Conferencia. Me referí a la insatisfacción y la indignación que afecta a amplios sectores de la población danesa y señalé:
"El descontento y la indignación no son suficientes. Debemos generar esperanza. Debemos mostrar otras vías y alternativas. Como socialistas tenemos una alternativa, y hemos elaborado propuestas alternativas. Pero tenemos que darlas a conocer al público y convencer a más gente sobre ello:
· Cuando las empresas se oponen a los impuestos medioambientales y amenazan con la deslocalización de la producción a países con menos impuestos, tenemos que disponer de propuestas para impedirlo.
· Cuando cientos de miles de personas se ven abocada al paro y cuando cada vez hay más gente pobre, debemos proponer una semana laboral más corta y la extensión de los servicios públicos.
· Cuando las empresas se niegan a invertir la riqueza acumulada, debemos tener propuesta que les fuercen a invertir o a renunciar a su dinero".
Aunque, finalmente, el "Programa de Principios" fue adoptado por una amplísima mayoría, esta decisión estuvo precedida acalorados debates sobre las cuestiones importantes.
El tema más importante fue la referente al Estado burgués, el Estado del bienestar y el sector público. En la propuesta presentada por una pequeña mayoría de la dirección nacional, el sector público y las actividades asistenciales se valoran positivamente, idealizándolos, como lo remarcaron muchas críticas. Y al mismo tiempo se restaba importancia a las medidas disciplinarias y las reformas adoptadas por el Estado contra la clase obrera en el ámbito de la seguridad social, las prestaciones de desempleo, la educación y la salud. Y esas áreas del Estado burgués eran descritas como una fuente de inspiración para el socialismo, incluso como los gérmenes del socialismo.
Una enmienda realizada por tres miembros de la dirección nacional, entre los que me encontraba, planteó que la clase obrera luchó y obtuvo victorias importantes en cuestiones como la salud pública gratuita, la educación, la seguridad social y las pensiones pero, al mismo tiempo, la enmienda precisaba que el lugar que ocupan las contrarreformas estatales y los límites del Estado de bienestar en el marco de una economía capitalista.
La enmienda también planteaba la importancia de la lucha contra la privatización y situando los gérmenes del socialismo en la organización y la lucha en torno a esos objetivos más en las instituciones del Estado.
Esta enmienda obtuvo el apoyo de una mayoría sorprendentemente grande (no se contaron los votos ) ya que la mayoría de la dirección nacional propuso otra alternativa.
Otra enmienda planteó una completa redefinición del ADN del partido. Esta enmienda tenía como telón de fondo el hecho de que los otros dos partido obreros tradicionales daneses, los socialdemócratas y el Partido Popular Socialista, desde que formaron gobierno junto con el Partido Social Liberal tras las elecciones de 2011, han perdido base social a una velocidad increíble, si bien su su declive comenzó antes de las elecciones. La decepción con el nuevo gobierno y el drenaje de miembros y simpatizantes de estos dos partidos en las encuestas de opinión es un factor importante en el crecimiento de la RGA.
Los autores de la enmienda desean construir un RGA más abiertos a los sectores descontentos de los otros dos partidos obreros que están a la búsqueda de un partido semejante al que creen ellos que era su viejo partido. Proponen definir la RGA como un partido abierto a la gente quiere luchar contra neoliberalismo y defiende el Estado de bienestar. Dan por sobreentendido -sin que lo digan claramente- que las personas no tienen que considerarse a sí mismos anticapitalistas o socialistas para adherir al partido.
A pesar de que la enmienda fue elaborada por algunos de los principales líderes, entre ellos Johanne Schmidt-Nielsen, fue claramente derrotada.
Por último, algunos miembros sostienen que el "Programa de Principios" hace de la RGA "menos revolucionaria", mientras que otros incluso lo califican de "reformista". Es cierto es que el "Programa de Principios" adoptado hace 11 años definía muchas cuestiones que estaba cerca de una estrategia revolucionaria marxista tradicional, cómo los órganos de doble poder, la confrontación con el Estado burgués, la necesidad de armar a la clase obrera, la completa disolución del ejército y de las fuerzas policiales , etc.
Estos elementos no están presentes en la nueva plataforma. Pero para comprender la dimensión de esta cuestión es necesario señalar que la plataforma de 2003 tuvo una existencia casi secreta. Muchos miembros del RGA no la conocían. No hubo presentación sistemática de la misma a los nuevos miembros. Es cierto, que muchos miembros actuales no estaría de acuerdo con los elementos más revolucionarios que se recogen en la misma. En definitiva, no funcionó como base para la formulación de las políticas del partido. Formalmente era la plataforma del partido, pero apenas afectó a las políticas y actividades del partido.
En ese sentido no considero que los cambios en este tema supongan un retroceso real. Las grandes diferencias acerca de cómo llegar al socialismo se han debatido abiertamente en la preparación del nuevo "Programa de Principios". Amplios sectores de la militancia y de la dirección tienen ilusiones en la posibilidad de una transformación, paso a paso, puramente democrática, incluso parlamentaria hacia el socialismo, sin mayores enfrentamientos con la clase dominante.
Los miembros de la SAP (Cuarta Internacional) argumentaron que en esta etapa la RGA no precisa una estrategia revolucionaria para desarrollarse como una fuerza anticapitalista. Incluso si fuera posible imponer dicha estrategia en el partido por una pequeña diferencia, esto implicaría el riesgo de una división completamente innecesaria. Pero también hemos insistido en el hecho de que el " Programa de Principios" no debe y no puede codificar una estrategia reformista, meramente parlamentaria y estatista.
Al final, de forma explícita o implícita, la mayoría de los miembros de todas las tendencias acordaron aprobar el "Programa de los principios ":
1 ) Que es clara e indiscutiblemente anticapitalista
2 ) Que hace hincapié en la movilización popular como la fuerzas impulsora del cambio y
3 ) Que deja abierta la cuestión de la transición al socialismo.
Este es el tipo de plataforma que aprobó la Conferencia.
(Para más información sobre la RGA:
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