viernes, 23 de mayo de 2014

Túnez: ¡Libertad para Azyz Amami y la juventud de la revolución!

Es la guerra”, decía Azyz Amami.
NOTICIA RELACIONADA: Encarcelado Azyz Amami, símbolo de la revolución. (Santiago Alba Rico)

Henda ChennaouiTraducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR

El pequeño apartamento de los Amami se ha convertido en un punto de encuentro de jóvenes y de militantes en estado de alerta, que vienen a informarse sobre las acciones previstas para la liberación de Azyz Amami. La consigna es la liberación del “preso”, pero no solo. Se trata también y sobre todo de “continuar la revolución y rectificar el itinerario revolucionario”. Tras el choque y la indignación, es la determinación la que alimenta ya las discusiones. “Gracias a Azyz, pues hoy no tenemos ya ninguna duda de que el estado policial sigue ahí. Nuestra prioridad es ahora clara: ¡la revolución!”, exclama uno de los compañeros de Azyz.

Khaled Amami, el padre de Azyz, se ha instalado en una habitación al lado de la sala. “Es el puesto de dirección”, dice con una sonrisa amarga, designando los tres ordenadores instalados en la habitación. Aquí, Azyz tenía la costumbre de escribir y de organizar sus acciones. Este joven treintañero que, sin quererlo, se ha convertido en un icono de la revolución, no ha dejado de actuar para apoyar a las víctimas de la violencia policial, los desfavorecidos y los oprimidos. Tras su implicación en el tema de los mártires y de los heridos de la revolución y su apoyo a los presos de opinión, entre ellos los raperos Weld el 15 /1 y Klay BBJ, así como Jabeur Mejri /2 y Sabri Mraihi, Azyz se ha focalizado en el asunto de los jóvenes llevados ante los tribunales por haber participado en la revolución, en 2011. Esta movilización que Azyz y sus camaradas han llamado: “Yo también he quemado una comisaría” /3, estaría en el origen de su detención, según piensan sus partidarios. Los argumentos son incontestables y el contexto no deja a nadie indiferente, sobre todo viendo la última aparición televisada de Azyz, en la cual acusó a los policías de la Goulette de haber incendiado su propia comisaría para destruir sus archivos. Son esos mismos policías los que detuvieron a Azyz y Sabr en un control rutinario, acusándoles de estar en posesión de una gran cantidad de cannabis.

Debajo del edificio en que viven los Amami, decenas de policías sin uniforme merodean a pie o en coche e intentan provocar a sus jóvenes “adversarios”. “Desde su detención, el control de identidad se ha vuelto regular alrededor de la casa de los Azyz, con además miradas odiosas e incluso insultos. Y después de eso, nos quieren hacer creer que les somos simpáticos” ironiza Skander Ben Hamda, uno de los compañeros de Azyz, detenido con él, en la época de Ben Alí, por su activismo. “Simpático” es el calificativo utilizado por el primer ministro que comentaba, recientemente, la detención de Azyz Amami. Pero los jóvenes consideran esa palabra como un insulto.

Quieren hacer creer a la opinión pública que se trata solo de un asunto de cannabis, que Azyz será el símbolo de la protesta contra la ley 52 (ley relativa al consumo de estupefacientes en Túnez, considerada ampliamente como represiva y caduca en relación a la realidad tunecina de hoy, ndt) que pronto va a ser reformada y que el expediente debe cerrarse antes de la reforma de esa ley. Sin embargo, Azyz ha sido detenido por su militantismo y no por la zatla (el canuto)”, protesta Amal Amraoui, miembro de la iniciativa “preso 52”.

“Simpático” y “ley 52” no pueden resumir el asunto Azyz. Su arresto es una prueba más del encarnizamiento contra la libertad de expresión y el derecho a la protesta, convirtiéndole así en el portavoz de quienes denuncian una transición política vaciada de su sentido, y continúan señalando con el dedo la violencia policial, la injusticia, la corrupción y la insuficiencia judicial.

Su encarcelamiento es un ataque directo a nuestra revolución”, estima Ines Tlili, militante y amiga del detenido.

Mientras los partidos políticos, los diputados de la ANC y el gobierno continúan multiplicando las declaraciones de apoyo a los dos jóvenes detenidos, Azyz Amami y Sabri Ben Mlouka, el Ministerio del Interior no se ha ahorrado ningún esfuerzo para reprimir, una vez más, a los jóvenes que se han movilizado por su liberación. Durante el fin de semana del 17 al 18 de mayo, la policía ha atacado salvajemente en la calle a jóvenes que se concentraban pacíficamente. Los videos sobre la brutalidad de la policía han recorrido las redes sociales, sin suscitar ninguna reacción del Ministerio del Interior. El domingo por la noche, otros jóvenes grafiteros han sido detenidos por haber pintado consignas revolucionarias en las paredes de Túnez.

La rabia policial contra los jóvenes de la revolución lleva meses a tope. Los procesos contra los jóvenes de Regueb, Bouzayen y Meknassi siguen en curso. El lunes 19 de mayo, la policía ha hecho una redada para detener a Khaled Amri, hermano del mártir Mohamed Amri, originario de Thala /4 por haber quemado una comisaría de policía durante la revolución. Como él, centenares de jóvenes son llevados a juicio o viven escondidos por haber realizado acciones pacíficas de resistencia, durante o después de la revolución.


Un hartazgo general parece apoderarse de los espíritus, exacerbados por las injusticias vividas por las familias de los mártires y heridos de la revolución. El lunes pasado, en plena Avenida Habib Burguiba, uno de los heridos de la revolución ha intentado colgarse ante el Teatro Municipal. Con la boca cosida, el joven ha perdido el conocimiento en medio de la multitud que le ha salvado. La bandera de Túnez alrededor de su flaco cuerpo no ha dejado dudas. Ese joven no pide un aumento de salario, sino solo la vuelta de la esperanza.


El próximo 23 de mayo, se celebrará el proceso de Azyz y Sabri en el tribunal de primera instancia de Túnez. Mientras tanto, la movilización a favor de “los jóvenes de la revolución” ha sido bloqueada por las autoridades. Dos acontecimientos organizados por la sociedad civil, en Túnez, han sido anulados en el último minuto. En Bizerta ha habido enfrentamientos entre fuerzas del orden y ciudadanos, como consecuencia de la prohibición de un encuentro de apoyo a los detenidos, previsto en la Casa de Cultura, con el pretexto de que era un acto político. Sabiendo que ese mismo lugar ha servido para los actos de varios partidos políticos, no están ya permitidas las dudas sobre una real regresión, en términos de libertades y de ataque contra la legitimidad revolucionaria. 
14/05/2014


Notas







Publicamos a continuación el texto de la petición de libertad para Azyz Amami y los jóvenes de la revolución y el link para firmar.

Libertad para Azyz Amami y los jóvenes de la revolución

Tras la revolución del 14 de Enero distintos gobiernos se han sucedido en Túnez y todas las veces se ha creído que otro país era posible. En contradicción con este sueño, se impone una realidad decepcionante y a menudo traumática. Hoy se arresta a los jóvenes por haber tenido la audacia de decir no al sistema y por haber atacado las comisarías de policía en esos históricos momentos en los que sólo el coraje contribuyó a cambiar el rostro del mundo. Los primeros en gritar su rechazo del régimen en un país necrosado por la corrupción y afligido por la pobreza, se encuentran hoy en el banquillo de los acusados por crímenes de “lesa autoridad”. Estos jóvenes creyeron vivir un período épico, pero las decisiones de los gobiernos sucesivos, orientadas a imponerles silencio, no han tenido nunca nada de épico. Al contrario, nada más rutinario y familiar que la intimidación y las presiones aplicadas para hacer callar a estos jóvenes aún indomables que se sienten insatisfechos de las políticas institucionales, así como de las condiciones de vida de un país al que han dado todo y que les ha vuelto la espalda con ingratitud.


Azyz Amami alzó la voz para protestar contra esta injusticia. Recientemente había encabezado una campaña denominada “También yo he quemado una comisaría” para pedir la liberación de los jóvenes incriminados por haber resistido y luchado -pacíficamente- a fin de derribar la dictadura y reclamar la libertad. Mientras todo el mundo nos mira con admiración, aquí se mete en la cárcel a nuestros pensadores. Los gobiernos cambian, los resistentes frente al sistema siguen siendo los mismos porque las leyes siguen siendo también las mismas.


Nada ha cambiado. Azyz Amami habló y fue arrestado el pasado martes 13 de mayo de 2014 por “posesión de cannabis con intención de usarlo”, en aplicación de la famosa ley 52 que utilizaba la dictadura de Ben Ali para silenciar las voces disidentes. Hoy es urgente poner fin a estos métodos represivos de lo que siguen siendo víctimas los jóvenes tunecinos.

Pedimos a Mehdi Jomaa, primer ministro, a Mustafa Ben Jaafar, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, y a Moncef Marzouki, presidente de la República, que asuman su responsabilidad histórica, dejen en libertad a los jóvenes injustamente encarcelados y revisen la ley 52, del todo incompatible con la nueva era en la que ha entrado Túnez. No deben olvidar que, si ocupan ahora esos cargos, es gracias a estos jóvenes valientes y que, si hay una democracia en construcción, se debe a su coraje y su compromiso.


Para adhesiones:



Primer@s firmantes:

Lluis Llach, músico; CUP-Candidatura d’Unitat Popular; David Fernàndez, diputado y presidente del Grupo Mixto, Parlament de Catalunya; Isaac Rosa, escritor, España; Joan Tardà, diputado al Congreso de los Diputados por ERC; Isabel Vallet, diputada por la CUP al Parlament de Catalunya; Quim Arrufat, diputado por la CUP al Parlament de Catalunya; David Companyon, diputado por ICV-EUiA en el Parlament de Catalunya; CCOO-Catalunya; EUiA-Esquerra Unida i Alternativa; Ada Colau, activista social; Lluís Rabell, presidente de la FAVB (Federación de Asociaciones de Vecinos y Vecinas de Barcelona); Beatriz Morales Bastos, traductora; Asociación Al-Quds de Solidaridad con los Pueblos del Mundo Árabe; Javier Barreda Sureda, profesor de la Universidad de Alicante, España; Jokin Elarre, Universidad Popular Sanduzelai; Aurora Lago, Univ. Popular Sanduzelai; Salvador López Arnal colaborador de Rebelión y El Viejo Topo. España; Gilberto López y Rivas, Profesor-Investigador de Instº Nacional de Antropología e Historia, México; Santiago Alba Rico, escritor, Túnez; Agustín Velloso, profesor de la UNED. España; Teresa Aranguren, periodista, España; Leila Nachawati, profesora de la Universidad Carlos III de Madrid, España; Zohar Chamberlain Regev, activista por DDHH, España; Luis Alegre Zahonero, profesor de la UCM, España; Carlos Fernández Liria, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, España; Manel Márquez Berrocal, historiador, profesor, fundador de Kaosenlared y presidente del CEHT, España; Alberto Montero, profesor de economía de la Universidad de Málaga, España; Carlos Varea, profesor de la UAM y excoordinador de la CSCA; Ignacio Sánchez de Terán, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, España; Francisco Javier Mestre Marcotegui, profesor de Literatura y escritor. España; Alfons Bech Peiró, miembro de la Fundación Paz y Solidaridad de Comisiones Obreras- Catalunya; Antonio Cuesta, periodista y escritor. Grecia; Loles Oliván, arabista y traductora, España; Xosé Luís Santos Cabanas, traballador de universidade e escritor; Ana Esther Ceceña, investigadora, México

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