martes, 11 de marzo de 2014

Occupy, salario mínimo e iniciativas socialistas en Estados Unidos

La elección de Bill de Blasio a la alcaldía de Nueva York y la victoria de Khsama Sawant en Seattle han provocado un temblor en la política de EEUU. Más recientemente, la fundación de una organización política independiente por el sindicato de maestros de Chicago y la campaña de Dan Siegel en Oakland sugieren que algo nuevo e importante está ocurriendo en todo el país.

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Dan la Botz, en Lcr-La GaucheTraducción de Tomás Martínez para Izquierda Anticapitalista

En la primavera de 2012, 26.000 miembros del sindicato de maestros de Chicago (CTU) se pusieron en huelga, provocando el cierre de escuelas de la tercera ciudad más grande de Estados Unidos, que reciben a 350.000 niños. Esta huelga ha puesto de pie al sindicato contra el alcalde, Rahm Emanuel, que fue de gabinete de la Casa Blanca bajo la presidencia de Barack Obama.

De manera más general, estaba dirigida contra Arne Duncan, secretaria de Estado de Educación, que prometió “charted schools” (escuelas privadas laicas subvencionadas por las autoridades locales y había defendido la armonización de los programas y los planes de estudio en el plan nacional. Duncan había sido hasta la fecha la jefa de la patronal de las escuelas públicas de Chicago, designada por el alcalde Richard M. Daley, hija del famoso Richard Daley que gobernó la ciudad con el Partido Demócrata desde 1955 a 1976 y organizó el fraude que permitió ganar a John F. Kennedy en 1960.

Del combate sindical a la lucha política

Los maestros de Chicago se opusieron a la política escolar de Duncan y se enfrentaron al alcalde Emanuel con una huelga de más de una semana que se ganó el apoyo de otros sindicatos, de asociaciones de diversas comunidades, de padres y de alumnos. Fue, aunque nadie entonces no reivindicó, una huelga contra el Partido Demócrata, liderada por un sindicato que históricamente había apoyado a los demócratas. Lo que empezó como una huelga es ahora una rebelión política que amenaza con desafiar al partido en uno de sus principales feudos.

A principios del mes de Enero la CTU votó a favor de crear una organización política independiente. La resolución política adoptada “decide que el sindicato de maestros de Chicago pone en marcha una organización política independiente con importantes aliados de los sectores progresistas del movimiento obrero y de las asociaciones comunitarias, capaz de llevar campañas electorales y legislativas fuertes en beneficio de las familias trabajadoras, de nuestros miembros activos y de los jubilados”. La CTU afirma que apoyará a todos y todas las que luchan por la justicia social. Ésta podría ser defendida por los demócratas electos, por nuevos candidatos demócratas, pero también por candidatos independientes. No se dice quiénes serán. La cuestión es que ahora es posible hacerse la siguiente pregunta: ¿nos encaminamos hacia una alternativa socialista en Chicago?

La idea de que un sindicato de una gran ciudad como ésta pueda romper con el Partido Demócrata y apoyar a sus propios candidatos a las elecciones es algo desconocido en la política estadounidense. En todo el país, prácticamente todos los sindicatos con cierta importancia apoyan a los demócratas, se encargan de las llamadas telefónicas a los electores, llaman a sus puertas y los animan a votar.

Aunque no se sepa exactamente lo que va a hacer la nueva organización política de la CTU, es muy posible que apoye a los candidatos independientes. Si este sindicato fuese capaz de recrear a nivel político la solidaridad que ha desarrollado en los lugares de trabajo y de apoyar del mismo modo a un candidato independiente, podría marcar un avance político importante. Tanto es así que algunos han sugerido que la presidenta de la CTU, Karen Lewis, una afroamericana, se postule candidata contra Emanuel.

Al mismo tiempo, un grupo de aproximadamente 80 socialistas de diferentes organizaciones de Chicago, inspirados por la victoria electoral de Khsama Sawant, se reunieron para explorar la posibilidad de una candidatura socialista para las elecciones de la ciudad. Este grupo lleva trabajando desde Noviembre pasado, formando comités para redactar una declaración de intenciones y una plataforma, también para evaluar las posibles candidaturas, encontrar financiación y asesoramiento jurídico. Como en Seattle, su proyecto de plataforma socialista coloca la elevación del salario mínimo por hora a 15 dólares en el centro de las reivindicaciones. Hasta ahora, los activistas comprometidos en este proceso son casi enteramente procedentes de la izquierda socialista blanca. Sin embargo, será imprescindible ganar el apoyo de los latinos y afroamericanos para que la campaña tenga posibilidades de éxito. Candidatura de izquierdas en el ayuntamiento de Oakland Hay algo nuevo también en San Francisco donde, a principios de Enero, Dan Siegel, un abogado y militante de izquierdas conocido desde hace tiempo, anunció que se presentaba como candidato al ayuntamiento. Desde los años 60, la bahía de San Francisco fue una de las regiones más radicales del país, ya fuera por sus sindicatos, su movimiento LGTBI o por la militancia de sus comunidades étnicas.

La alcaldesa actual de Oakland, Jean Quan, procedente de la izquierda maoísta, fue elegida bajo los colores demócratas. Cuando el movimiento Occupy se instaló en una plaza de la ciudad, su jefe de policía envió a sus hombres para desalojar el lugar usando gases lacrimógenos, balas de goma y granadas de ensordecimiento. Quan felicitó a su policía por solucionar pacíficamente la situación, lo que llevó a Siegel, uno de sus asesores voluntarios, también de origen maoísta, a romper con ella.

Hasta ahora, Siegel se presenta como independiente y su reivindicación central de campaña apunta a elevar el salario mínimo por hora a 15 dólares. Llama también a reforzar a seguridad en Oakland, no para implementar un despliegue policial, sino para mejorar las condiciones de vida de sus residentes. Ha anunciado su candidatura rodeado por los líderes sindicales que han declarado su apoyo. Su página de twitter lo presenta como “un hombre decidido a poner fin al reinado del capital”.

Oakland, una ciudad predominantemente obrera y afroamericana, en la bahía de San Francisco, fue el escenario de las acciones más masivas y significativas del movimiento nacional Occupy, cuando miles de activistas lograron bloquear uno de los principales puertos del país en Noviembre y Diciembre de 2012.

Las protestas de afroamericanos contra la muerte de Oscar Grant el día de año nuevo de 2009 por la policía de tráfico y el movimiento Occupy durante el 2011 condujeron a la movilización de miles de personas y a la creación de un poderoso núcleo militante en la región de la bahía de San Francisco, que tiene una larga tradición de izquierda.

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