La crisis global del capitalismo ha vuelto a colocar en la agenda política la necesidad de refundar un internacionalismo de clase, desde abajo y la izquierda. Esta movilización del 1 de junio, impulsada por diferentes movimientos sociales contrarios a las políticas de recortes y austeridad, opuestos a las políticas que atacan a la clase trabajadora, demuestra que es posible avanzar por una vía que expanda los marcos de lucha más allá de las dinámicas nacionales, respetando y asumiendo las particularidades propias de cada territorio.
Izquierda Anticapitalista
Los desafíos son enormes: no sólo tenemos que combatir los ataques unificados de la Troika y demás instituciones del capital contra los servicios públicos, los derechos democráticos y las conquistas históricas del movimiento obrero, sino también recomponer la capacidad de las y los de abajo de luchar unitariamente y con objetivos concretos, para construir una alternativa a un sistema que sufre una crisis estructural que arrasa los espacios de bienestar previamente conquistados.
Consideramos que no basta con plantear una oposición a las políticas neoliberales en múltiples manifestaciones ni protestar en el parlamento, aunque estas dos premisas sean fundamentales para acompañar la construcción de un bloque social antagonista, opuesto radicalmente tanto al capital como a los partidos que sostienen el régimen del 78. Los movimientos sociales, con sus propuestas propuestas prácticas y transversales, desde la su pluralidad y y diferentes perspectivas, tienen que ser la base de un contrapoder articulado desde abajo. Pero también es necesario retomar un debate sobre la necesidad de construir organizaciones revolucionarias estables, que planteen una batalla estratégica de largo recorrido, desde una perspectiva programática de ruptura, lejos del burocratismo de los partidos de la izquierda oficial, que defiendan una visión unitaria e internacionalista con el eje en la calle para construir una alternativa política contrahegemónica al sistema capitalista y a su sistema político antidemocrático, que funcione como instrumento que contribuya a la autoorganización de las y de los trabajadores y a su autogobierno.
Los y las anticapitalistas continuaremos trabajando para construir un bloque social unitario y de clase antagonista, con un programa de combate y basado en la movilización permanente, pero también en una perspectiva estratégica de ruptura. Proponemos algunos ejes programáticos que creemos que pueden servir para relacionar y dotar de cuerpo político a las resistencias antiausteridad, así como para luchar por unas reivindicaciones comunes:
Izquierda Anticapitalista
Los desafíos son enormes: no sólo tenemos que combatir los ataques unificados de la Troika y demás instituciones del capital contra los servicios públicos, los derechos democráticos y las conquistas históricas del movimiento obrero, sino también recomponer la capacidad de las y los de abajo de luchar unitariamente y con objetivos concretos, para construir una alternativa a un sistema que sufre una crisis estructural que arrasa los espacios de bienestar previamente conquistados.
Consideramos que no basta con plantear una oposición a las políticas neoliberales en múltiples manifestaciones ni protestar en el parlamento, aunque estas dos premisas sean fundamentales para acompañar la construcción de un bloque social antagonista, opuesto radicalmente tanto al capital como a los partidos que sostienen el régimen del 78. Los movimientos sociales, con sus propuestas propuestas prácticas y transversales, desde la su pluralidad y y diferentes perspectivas, tienen que ser la base de un contrapoder articulado desde abajo. Pero también es necesario retomar un debate sobre la necesidad de construir organizaciones revolucionarias estables, que planteen una batalla estratégica de largo recorrido, desde una perspectiva programática de ruptura, lejos del burocratismo de los partidos de la izquierda oficial, que defiendan una visión unitaria e internacionalista con el eje en la calle para construir una alternativa política contrahegemónica al sistema capitalista y a su sistema político antidemocrático, que funcione como instrumento que contribuya a la autoorganización de las y de los trabajadores y a su autogobierno.
Los y las anticapitalistas continuaremos trabajando para construir un bloque social unitario y de clase antagonista, con un programa de combate y basado en la movilización permanente, pero también en una perspectiva estratégica de ruptura. Proponemos algunos ejes programáticos que creemos que pueden servir para relacionar y dotar de cuerpo político a las resistencias antiausteridad, así como para luchar por unas reivindicaciones comunes:
- Nacionalización de la banca bajo control social. Inversión de los beneficios financieros en regenerar el tejido productivo desde una perspectiva ecológica. Solución del problema de las preferentes mediante la expropiación del capital de los ejecutivos que contribuyeron el fraude. Para trabajar tod@s, reducción de la jornada laboral sin reducción salarial. Renta Básica para todos los parados, para combatir la exclusión social. Control de los trabajadores y de las trabajadoras de las cuentas de las empresas para acabar con los despidos.
- Expropiación de las viviendas en propiedad de la banca y de los especuladores. Alquiler social vinculado a la renta. Fuerte impuesto sobre las viviendas de lujo. Nacionalización de las grandes cadenas de alimentación y su control por parte de las comunidades de los barrios. La vivienda y la alimentación son derechos innegociables.
- Auditoría de la deuda. Por la democratización de las políticas públicas. Cancelación del pago de la deuda ilegítima y odiosa transferida del sector privado al público.
- Fin de los recortes. Frente a la privatización de la enseñanza y de la sanidad, socialización bajo la gestión de la comunidad educativa/sanitaria y de l@s usuari@s. No hay espacio para lo privado en los derechos básicos. Autonomía total y absoluta de las mujeres sobre sus cuerpos. Ningún recorte sobre las libertades fundamentales.
Nuestra lucha es internacional: ¡Por una alianza de los y las de abajo en el Sur de Europa para oponernos unitariamente a la Troika, los recortes, el paro y a la miseria! ¡El 1 de Junio, ocupemos las calles para construir la Europa de los pueblos!
31 de mayo, 2013
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