Bajo la cordillera de Toisán, en Ecuador, existe un gran depósito de cobre. El gobierno quiere hacer dinero y se dispone a sacrificar a las personas, bosques nublados, la gran biodiversidad y los ríos.
Salva la Selva. Tomado de KaosenlaRed
"Nuestra naturaleza y la paz social valen mucho más que el cobre“, nos dicen los pobladores de Intag. Su bosque nublado al norte del Ecuador es uno de los ecosistemas más biodiversos del país y del mundo. Y es rico en recursos minerales también, sobre todo cobre y oro. Empresas mineras quieren extraerlo desde hace ya 20 años. Pero hasta ahora no lo han logrado dada la decidida oposición de la población.
Con este propósito, se fundó la organización ecologista DECOIN que ya en dos ocasiones frenó las intenciones extractivas de gobierno y transnacionales mineras como la japonesa Mitsubishi en 1997 y la canadiense Copper Mesa/Ascendant Copper en 2009.
Desde hace muchos años, Salva la Selva acompaña a los habitantes de Intag. Con donaciones ayudó a comprar y proteger 3.000 hectáreas de bosques de montaña amenazados, en medio del área en que se encuentra el depósito de cobre. La comunidad de Junín protege ahora su propio bosque comunitario.
Pero los planes mineros del gobierno han resurgido. El presidente Rafael Correa ha creado la empresa estatal minera ENAMI. Junto con la empresa estatal chilena CODELCO, la mayor productora de cobre del mundo, quieren explotar el proyecto Llurimagua, nombre oficial que ha recibido la concesión en la cordillera de Toisán.
Con campañas publicitarias de una supuesta „minería social y ambientalmente responsable“ el gobierno intenta confundir a la opinión pública. Los habitantes que se comprometen con la conservación de sus bosques y modo de vida, y la defensa de sus derechos son perseguidos con campañas de desprestigio y criminalización de su protesta.
El proyecto minero comenzará este año según lo previsto. Los defensores de la naturaleza y de Intag necesitan en este momento todo el apoyo.
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