DECLARACIÓN DE LA PLATAFORMA DEL MOVIMIENTO SOCIAL Y POPULAR
Honduras
Los
días 2 y 3 de noviembre del 2013, 58 organizaciones indígenas, negras,
campesinas, ambientalistas, estudiantiles, artísticas, feministas, de la
diversidad sexual, de pobladoras y pobladores, políticas, juveniles,
internacionalistas y gremiales, con la participación de la articulación
de movimientos sociales hacia el ALBA; nos autoconvocamos para, desde
nuestras sabidurías y poderes ancestrales, reflexionar y debatir sobre
nuestras estrategias de lucha frente a la profundización del modelo de
destrucción y despojo patriarcal, capitalista y neoliberal.
Con
la dignidad y la fuerza de nuestros pueblos, declaramos: Que nos hemos
constituido en una plataforma que aglutina los movimientos sociales y
populares de Honduras, alrededor de los principios de unidad,
solidaridad y de lucha por la vida. Siguiendo estos principios y en el
ejercicio de nuestros derechos como ciudadanas y ciudadanos demandamos
el respeto a la autonomía de nuestras organizaciones y comunidades por
lo tanto, rechazamos y denunciamos:
1. El proyecto militarista y represivo del gobierno y que el candidato oficialista a la presidencia de la Republica se ha dedicado a promover y a profundizar la violencia y pobreza, impulsando desde el congreso nacional la aprobación de nuevas leyes, acciones ilegales encaminadas a terminar con la escaza institucionalidad formal y la creación de nuevos cuerpos armados y entrenados para intimidar y reprimir a dirigentes, luchadores-luchadoras, comunidades y organizaciones populares en general.
2. La
profundización del despojo y saqueo de los bienes comunes y recursos de
nuestras comunidades, promovida por las grandes corporaciones
nacionales y transnacionales coludidas con el gobierno, con el argumento
de impulsar un desarrollo que desconocemos porque solo enriquece a unos
pocos a costa del empobrecimiento de la mayoría de la población, el
incremento de las desigualdades sociales y el deterioro de la vida en el
planeta.
3. La
violencia generalizada que este modelo promueve y que pretende combatir
con medidas que solo generan más violencia. De manera especial
rechazamos la violencia contra las mujeres que ha elevado dramáticamente
la cifra de femicidios; contra líderes y luchadores sociales, jóvenes,
comunicadores sociales y compañeras y compañeros de la diversidad
sexual, crímenes que permanecen en total impunidad.
4. El
hostigamiento y la persecución en contra de defensoras y defensores de
derechos humanos y la constante descalificación del trabajo que estas
organizaciones realizan en defensa de la vida. Especialmente en contra
de las defensoras Magdalena Morales y Berta Cáceres, así como también
los inclaudicables luchadores por la defensa y acceso a la tierra como Yoni Rivas, Vitalino Álvarez, Juan Chinchilla y Rafael Alegría.
5. La
precarización de la vida expresada en la eliminación de las mínimas
condiciones y leyes de protección social que costo décadas de lucha al
movimiento popular hondureño.
6. Las
políticas neoliberales encaminadas a la privatización y
mercantilización de la educación pública que significa cada vez un mayor
número de jóvenes que quedan fuera del sistema educativo, violentando
su derecho a una educación de calidad.
7. La
impunidad que incentiva y genera una elevada corrupción que impide la
inversión social y políticas públicas orientadas a la reducción de la
pobreza y la desigualdad social
8. La
demagogia que tradicionalmente hace un uso perverso de las necesidades
de la población para promover campañas electorales vacías tendientes a
mantener los privilegios de unos pocos que inclusive llegan a promover y
ejecutar prácticas violentas en contra de quienes piensan diferente.
Promovemos y reafirmamos nuestro compromiso con:
1. Una
Asamblea Nacional Constituyente, originaria, popular, incluyente y auto
convocada, condición indispensable para la refundación del país
2. La
defensa de los derechos territoriales, culturales y espirituales de las
comunidades y pueblos originarios. Derechos reconocidos en convenios
internacionales firmados y ratificados por el Estado de Honduras
(convenio 169 OIT, sobre todo en lo relacionado a la autonomía y el
derecho a la consulta libre, previa e informada actualmente violentados
por el Estado hondureño que actúa en favor del capital transnacional.
3. La
denuncia de la persecución y criminalización de las luchadoras y
luchadores y los movimientos sociales y populares a los que pertenecen.
4. La
construcción colectiva y unitaria del movimiento social y popular
hondureño que trasciende la política formal en todas sus manifestaciones
e intereses.
5. La
búsqueda y construcción de un nuevo modelo económico alternativo al
modelo neoliberal que en vez del lucro ya la competencia promueva la
solidaridad, la cooperación y el respeto a la vida y a la naturaleza.
6. El
rescate de lo público y del Estado, para construir un nuevo Estado al
servicio del ser humano, no del capital, laico y garante de los derechos
fundamentales de los hondureños y hondureñas.
7. Una
verdadera Cultura de paz, construida desde el respeto a las
diversidades de las personas y a las diferentes cosmovisiones de los
pueblos que elimine las prácticas racistas, discriminatorias y sexistas.
8. La
construcción de nuevos sujetas y sujetos políticos, proceso dirigido
fundamentalmente a las y los jóvenes que hoy constituyen el 52% de la
población hondureña.
9. El
derecho a contar con nuestros propios medios de comunicación
comunitarios fundamentales para avanzar en la construcción de un
proyecto de nación desde el movimiento social y popular hondureño.
10. El arte y la cultura popular como legítima expresión de los pueblos.
11. Nuestra resistencia y la construcción de prácticas y formas de pensar anti-neoliberales, anti-capitalistas y anti-patriarcales.
12. La solidaridad entre los pueblos del mundo como pilar fundamental para avanzar en nuestras luchas.
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