Silvia Ribeiro, investigadora del Grupo ETC. Tomado de La Jornada
Blackwater cambió de nombre en 2009, luego de hacerse
famosa en el mundo por las denuncias sobre sus abusos en Irak, incluidas
masacres de civiles. Sigue siendo el mayor contratista privado del Departamento
de Estado de Estados Unidos en servicios de seguridad, es decir para
practicar el terrorismo de Estado dándole al gobierno la posibilidad de
negarlo.
Muchos militares y ex oficiales de la CIA trabajan
para Blackwater o alguna de las empresas vinculadas que creó para desviar la
atención de su mala fama y generar más lucros vendiendo sus nefastos servicios
–que van desde información y espionaje hasta infiltración, cabildeo político y
entrenamiento paramilitar– a otros gobiernos, bancos y empresas trasnacionales.
Según Scahill los negocios con trasnacionales –como Monsanto, Chevron, y
gigantes financieros como Barclays y Deutsche Bank– se canalizan a través de
dos empresas que son propiedad de Erik Prince, dueño de Blackwater: Total
Intelligence Solutions y Terrorism Research Center. Éstas
comparten oficiales y directivos de Blackwater.
Uno de ellos, Cofer Black, conocido por su brutalidad
siendo uno de los directores de la CIA, fue quien hizo contacto con Monsanto en
2008 como directivo de Total Intelligence, concertando el contrato
con la compañía, para espiar e infiltrar a organizaciones de activistas por los
derechos de los animales, contra los transgénicos y otras sucias actividades
del gigante biotecnológico.
Contactado por Scahill, el ejecutivo Kevin Wilson de
Monsanto se negó a hablar, pero posteriormente confirmó aThe Nation que
habían contratado aTotal Intelligence en 2008 y 2009, según
Monsanto solamente para hacer seguimiento de información pública de
sus opositores. Dijo además, que Total Intelligence era una entidad
totalmente separada de Blackwater.
Sin embargo, Scahill cuenta con copias de los correos
electrónicos de Cofer Black posteriores a la reunión con Wilson de Monsanto,
donde les explica a otros ex agentes de la CIA, usando sus direcciones
electrónicas de Blackwater, que la discusión con Wilson fue que Total
Intelligence se convertiría en el brazo de inteligencia de Monsanto,
espiando activistas y otras acciones, incluido que nuestra gente se
integre legalmente a esos grupos. Monsanto pagó a Total Intelligence 127
mil dólares en 2008 y 105 mil dólares en 2009.
No asombra que una empresa deciencias de la muerte como
Monsanto, que se ha dedicado desde sus orígenes a producir tóxicos y
desparramar venenos, desde el Agente Naranja hasta los PCB (policlorobifenilos),
agrotóxicos, hormonas y semillas transgénicas, se asocie con otra empresa de
matones.
Casi al mismo tiempo que la publicación de este
artículo en The Nation, la Vía Campesina denunció la compra de 500
mil acciones de Monsanto, por más de 23 millones de dólares por la Fundación
Bill y Melinda Gates, que con esto se terminó de sacar su careta de filantrópica.
Otra asociación que no sorprende.
Se trata de un casamiento entre los dos monopolios más
brutales de la historia del industrialismo: Bill Gates controla más de 90 por
ciento (%) del mercado de programas patentados de computación y Monsanto cerca de
90 % del mercado mundial de semillas transgénicas y la mayoría del
mercado global de semillas comerciales. No existen en ningún otro rubro
industrial monopolios tan vastos, cuya propia existencia es una negación del
cacareado principio de competencia de mercado del capitalismo. Tanto Gates
como Monsanto son muy agresivos en la defensa de sus mal habidos monopolios.
Aunque Bill Gates intente decir que la Fundación no
está ligada a sus actividades comerciales, todo lo que ésta hace demuestra lo
contrario: gran parte de sus donaciones terminan favoreciendo las inversiones
comerciales del magnate, además de que en realidad no dona nada, sino que
en lugar de pagar impuestos a las arcas públicas, invierte sus ganancias donde
le favorezca económicamente, incluida como propaganda de sus supuestas buenas
intenciones. Por el contrario, sus donaciones financian proyectos tan
destructivos como la geoingeniería o la sustitución de medicinas naturales y
comunitarias por medicamentos patentados de alta tecnología en las zonas más
pobres del mundo. Qué coincidencia, el ex secretario de Salud Julio Frenk y
Ernesto Zedillo son consejeros de la Fundación.
Al igual que Monsanto, Gates se dedica también a
tratar de destruir la agricultura campesina en todo el planeta, principalmente
a través de la llamada Alianza para una
Revolución Verde en África (AGRA). Ésta funciona como caballo de Troya
para despojar a los campesinos africanos pobres de sus semillas tradicionales,
sustituyéndolas por semillas de las empresas primero, y finalmente por
transgénicos. Para ello, la Fundación contrató en 2006, justamente a Robert
Horsch, un director de Monsanto. Ahora Gates, venteando mayores ganancias, se
fue directo a la fuente.
Blackwater, Monsanto y Gates son tres caras de la
misma figura: la máquina de guerra contra el planeta y la mayoría de la gente
que lo habita, sean campesinos y campesinas, indígenas, comunidades locales, gente
que quiere compartir información y conocimientos o cualquier otro que no quiera
estar en la égida de lucro y destrucción del capitalismo.
¿Por qué hay tantos medios de comunicación, editorialistas y bloggers que
claman diciendo que la compra fue un “engaño”?
Tomado de Sereslibres.com
Esa es una buena pregunta. Los más cínicos entre
nosotros podrían sospechar un incentivo financiero de la propia Monsanto a
estos “periodistas”. Monsanto, ha contratado a un equipo de relaciones públicas
para buscar blogs críticos y sitios web que informan sobre sus crímenes contra
la naturaleza y la humanidad. Hemos visto de primera mano en los comentarios
sobre los artículos PoliticalBlindSpot.com sobre Monsanto. No está más allá del
reino de las posibilidades que se han creado blogs donde los autores
aparentemente legítimos escribir pensamientos orgánicos, observaciones y
refutaciones. El público supone se trata de personas de la vida real, cuando en
realidad están trabajando de relaciones públicas para la empresa.
Pero el argumento central de los que dicen que la
compra Monsanto de Blackwater no es verdad radica en el hecho de que podemos
documentar oficialmente sólo Blackwater está contratado por Monsanto durante
años. Inmediatamente después de esta extensa obra que Blackwater hizo por
Monsanto, que vende la empresa. Debido a la naturaleza de cómo ocurrió la
venta, es imposible para documentar que la venta era. La conclusión obvia y
lógica a información privilegiada (en particular en la industria de la
seguridad privada), sin embargo, es que la venta era, de hecho, a Monsanto que
habían sido empleando el grupo.
Xe (ahora Academi) de hecho ha comprado, y si bien no
hay manera de documentar que los nuevos propietarios son en realidad, la
conclusión lógica sería que Monsanto, que había estado empleando los mismos
antes de la venta son los nuevos propietarios. Esto, por supuesto, también
tiene sentido del secreto que rodea el trato y la identidad de los nuevos
propietarios. La compañía fue comprada por inversores privados a través de las
empresas de capital privado que no tienen que divulgar cualquiera de sus
relaciones, con el Bank of America proporciona gran parte de los $ 200 millones
en financiamiento para el acuerdo.
Amigos: esta noticia es falsa. En realidad Monsanto CONTRATO a Blackwater en el 2010. Lo he chequeado con Silvia Ribeiro y el error se debe a una traducción que se hizo erroneamente de su artículo original en La Jornada en el 2010. Un fuerte abrazo! Carlos A. Vicente. www.biodiversidadla.org, carlos@grain.org
ResponderEliminar